Estamos frente a un texto literario para niños y niñas que, nos convoca a dar una mirada estética reflexiva y critica, a la escritura creativa y recreativa, para niños, en nuestro país.

Con este texto, adultos y niños, nos vemos compelidos a tener que dialogar con el texto, desde su portada, y la hilación pictórica o pictorica que representan sus ilustraciones. Hay un estallido de colores, donde el verde, el amarillo y el color rosado, son los más sobresalientes.
Se trata del libro titulado "El hombre grama, y otros cuentos verdes y pintones", del escritor, periodista e investigador, doctorando en tesis de grado de la PUCAMAIMA, poeta y narrador, Luis Martín Gómez (Editirial "Mar de tinta", primera edición. Con ilustraciones de Tulio Matos y Jean Hamlet René Burgos, con dibujos complementarios de José Antonio Ceballos y con diseño, dibujo, diagramación y portada, de Isidro Rosario. 44-págs. Editora Búho. Santo Domingo, República Dominicana. Primera edición, 2010).
 
Luis Martín Gómez.
Usted creerá que, al poner esos "simples detallitos", lo hago para abultar y se equivoca, amigo lector. Y aprovecho para exponer algunos puntos que hoy debilitan los enfoques de la crítica literaria dominicana, atosigada por el ego que apunta a hacia la imposición del planteamiento personalista del "auto proclamado" crítico literario.
Esas limitaciones analíticas se exponen de manera más claras, cuando estamos ante textos para niños, o sea, ante la literatura infantil, donde la ilustración y la diagramación, deben ser base arquerípica del discurso literario y del manejo exponencial de la lengua, por parte del sujeto creador, para disponerse a reinventar para ese universo de pequeños sujetos pensantes e imaginativos, a quienes se procura convertir en gigantes del sueño, el imaginario y la utopía.
 
Cualquier "lector-durmiente", adulto, niño, joven o adolescente, puede quedarse atrapado en la fase inicial de la base semántica o significativa del discurso literario usado por creador para niños o no, cuando se encuentra con una temática tan llamativa, como es el caso de los  problemas naturales y su falta de cumplimiento entre la ciudadania, y mas, en países subdesarrollos y dependientes, como el nuestro.
Tremenda trampa: El crítico de literatura infantil no puede, ni debe, estancarse en lo temático, como centro de su quehacer de cuestionamiento del discurso estético-literario, usado por el escritor o por la escritora de literatura infantil, por puede ignorar algunos universos intangibles que se ocultan en la forma que el autor dice o expresa en su decir. 
 
Ese es lo que ocurre, con este libro de Luis Martín Gómez, que tampoco vengo a decirte yo, amigo lector, que aquí está la sexta maravilla del mundo literario para niños, en nuestro país, pero tampoco puedo ignorar el valor estético-literario literario que reiresenta, no sólo por su tema, lo cual es lo de menos, sino por el manejo de la lengua, en procura de adueñarse del gusto y la preferencia de unos lectores y unas lecturas muy difíciles de envolver, desde la palabra y desde la imagen.
En este libro, la literatura infantil dominicana tiene un soporte de enseñanza que le puede servir de orientación escritural, en lo referente al mundo de escribir para deleitar, entretener o engatusar, niños y niñas. Cuidado, escritor o escritora para niños, no creas que son "simples lectores", son mordaces y abusivos, cuando su gusto o preferencia no les brota desde el título o desde la portada.
Título, portada, diagramación armónica y colorido, han sido los simples detalles estéticos que permiten atrapar al lector, ante esta obra, sin importar la edad.
 
Y créame usted que se lo está diciendo, el primer académico dominicano que, a nivel de la educación superior dominicana, ha impartido la Literatura infatil, como  saber creativo, pedagógico y didáctico, en grado y en postgrado, en este país, desde la licenciatura en educación, mención en Filosofía y Letras, desde el año 1983.
 
Ese hecho histórico se generó en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), apoyado por la entonces directora de la escuela de pedagogía, la doctora Ligia Amada Melo, viuda Cardona, sin jactancia y sin humildad, se lo hago saber, para el ego de muchos sabihondos y sabihondas de esta media isla. Piense usted lo que entienda y respeto su posición.
Volviendo al discurso sostenido en esta obra, se trata de un libro que puede ser recomendado para niños y niñas de ocho (8) a diez (10) años, aproximadamente.
No me interesa referirme al valor semántico y/ o temático de la obra, porque es más lo que surge del estudio semiótico del uso de la lengua, en esta obra, que el mensaje dejado, como base de orientación para el cuidado y la defensa, propia de la educación medio ambiental. Les soy sincero, para mí enfoque eso no cuenta.
En mi estudio, atrapo en esta obra los trazos de los ilustradores y la organización sintáctica de sus enunciaciones estéticas y la poeticidad que el autor impregna en su discurso narrativo, para niños, procurando, siempre, un deleitar, enseñando, y, un enseñar, deleitando.  
 
 
(Hay, en su registro de producción, unas 4 obras más, publicadas por Luis Martín Gómez). Que sean las obras, las que hablen por los autores.