(Ilustraciones del Dr. Odalís G. Pérez Nina)
(*) Entiendo su sorpresa, amigo lector, ya que al inicio del titular, de acuerdo a la normativa española, debe ir con mayúsculas, lo mismo ocurrirá con los llamados nombres propios (de gente, lugares, cosas y pueblos, etc.); pero algo que debo recordarle es que los escritores tienen "libertad" de asumir su manera o forma de escribir, dentro del proceso creativo y es mi deber respetar su disposición al escribir, como analista del discurso.
Mas aún, esa acción nos induce a que estamos ante la realidad ficcional y escritural de un sujeto-autor tramposo, en la mejor de las acepciones semánticas, porque, a sabiendas del dominio de sus recursos de redacción del discurso narrativo, tira su trampa sobre la página en blanco, y si eres un lector "acácalo", dormido, acrítico, no adviertes sus trapisondas narrativas.
Podemos advertir que en esta narración se ha cumplido con algunos pasos fundamentales recomendados por lingüistas con cierto "expertis" o experiencia en la redacción y en el análisis discursivo: "Una vez concentrados en la tarea de escribir, es necesario tomar en cuenta que el proceso de escritura consta de tres etapas: la planificación, la escritura y la corrección o reescritura (Cassany, Daniel, 2006)".
Es esto, precisamente, lo que ocurre en este libro de cuentos ( Editora Búhos. Editorial Santuario. Santo Domingo, República Dominicana. 2015), del poeta y narrador sanjuanero, Mario Roberto Sánchez Nin, alias mario de san juan).
Aunque cada cuento, de los 18 recogidos aquí, cada uno tiene su arquitectura narrativa diferente, hay algo en común en ellos y es el manejo de la temporalidad en pasado y la presencia de un narrador interno, narrador omnisciente que tiene dominio de todo cuanto ocurre en el contexto de la narración inmediata y hasta tiene dominio de lo que ha de ocurrir en el futuro.
La tragedia cotidiana del ser y los conflictos naturales del convivir en sociedad, son los recursos temáticos escogidos por el sujeto-autor, para diseñar su entramado narrativo, como parte de su vivir personal. Se siente en cada plano narrativo, como el ambiente propio del convivir de personajes comunes, configuran los perfiles psicológicos y los rituales de los personajes urbanos que interactúan en esta obra.
La incertidumbre de la gente es atrapada aquí, para exponerla como eje del narrar que acompaña el ambiente en suspenso de lo contado aquí aquí por alguien que no es ajeno a estas hazañas ficcionales.
El libro está distribuido en tres (3) partes. La primera parte, "Círculo de plata", abarca las páginas 23/50. La segunda parte, "La ciudad cubierta de flores", se extiende desde la páginas 53/98 y la última y tercer parte, "La noche de los pájaros", abarca desde la página 101/110.
En las tres (3) partes hay una conexión discursiva que las hace vinculantes, desde las descripciones iniciales de los ambientes que allí conviven con los personajes, hasta los hechos que ocurren como salidos de un panorama planificado, procurando sorprendernos.
Puedo confesarles que fue, a partir de esa tercera y última parte de la estructura del libro, que pude entender bien la trampa narrativa y el tinglado semántico que subyace en esta obra.
Mientras a sus personajes centrales se le ponen las manos azules y "se convierten en pájaros", nosotros, si actuamos como lectores "durmientes o dormidos", sin querer o queriendo, les cortamos las alas y nos convertimos en sus crueles persecutores, violentando sus derechos o preferencias, como sujetos en movimiento vital, en su vuelo hacia la construcción de metáforas.
Debo destacar que, en el narrador que nos cuenta o que nos dice el acontecer, es la voz de un poeta en alto vuelo la que fluye o la que brota. Se trata de una obra para ser leída… como quien persigue una sospecha, de manera meticulosa…para no caer en la redes de un sujeto-autor tramposo que condiciona o planifica, paso a paso, su discursividad poética y narrativa, para sintetizarnos breves episodios de su vida.