La República Dominicana dedica aproximadamente un mes a celebrar las fiestas patrias, pero es a final de febrero cuando se intensifican las actividades, especialmente en el sector educativo. Diversas manifestaciones artísticas sirven de vehículo para rendir culto a los héroes de la independencia y resaltar la identidad dominicana. De la misma manera, se organizan otras actividades de contenido académico y cultural, tanto desde el gobierno como desde instituciones dedicadas a la cultura y la investigación. Poco a poco dentro de estas festividades se ha ido rescatando la memoria histórica y reconociendo las luchas de muchos héroes y heroínas que no habían sido reconocidos o ponderados en la misma dimensión que los tres patricios principales. Dentro de ese grupo figura María Trinidad Sánchez, mujer que colaboró con los trinitarios en la gesta independentista y fue una pieza clave en la lucha por derrocar al dictador Pedro Santana a un año de la independencia. Este acontecimiento histórico es el que recrea Emilia Pereyra en su novela El faldón de la pólvora. Lo cual es propicio resaltar a propósito de la celebración de la fiesta de la independencia dominicana.

La historia cuenta del fusilamiento de María Trinidad Sánchez junto a otros compañeros de la lucha por derrocar a Pedro Santana, quien ejercía el poder de manera dictatorial a un año de la independencia e implementar estrategias que permitieran a los trinitarios exiliados por Santana regresar a la patria. Intenciones que despiertan la ira del dictador, quien ordena sus muertes acusándoles de traidores.

Esta historia contada con simpleza podría resultar poco atractiva para los lectores, pero Emilia utiliza unos recursos que la llenan de vida, de pasión y fervor patriótico lo que cautiva desde el inicio de la lectura. Una prosa llana, pero cuidada; la descripción de los espacios junto al uso de recursos naturales le impregnan belleza y sentido. Los siguientes pasajes dan muestra de ello.

Antes de entrar con rapidez al pequeño bohío de tablas de Palma, por el sendero del patio sembrado de flores, romero, culantro y otras hierbas y frutales, los hombres con los rostros vedados por oscuros pañuelos miraban alrededor y se aseguraban de que nadie estuviera observándolos al fulgor de las estrellas.

¡Por qué tanta injusticia contra los que aman la patria ¡Gritó Bernabé Arbal!

La forma como se construyen los personajes no deja dudas sobre el ser humano que habita en sus cuerpos. La valentía, entereza y lealtad de María Trinidad Sánchez; su ausencia de miedo, su fe a toda prueba, su solidaridad, el amor por sus semejantes y el rechazo a la corrupción, la injusticia y la maldad.

Señores, mis manos cocieron una de las primeras banderas y fui testigo del trabucazo de Mella. Nunca he dejado de luchar por el bien de esta tierra, pero ahora se me acusa de conspirar contra el gobierno, de obstaculizar la paz, pero no hay paz sin justicia de Dios y de los hombres ¡Tampoco habrá patria bajo el yugo de esta cruel dictadura ¡

Asimismo, el agrio carácter de Santana, su rencor, la ira, la crueldad, el orgullo y el miedo a demostrar debilidad.  ¡Ella será fusilada¡¡La ley es la ley ¡¿Cuántas veces tengo que decirlo?

En fin, esta corta novela calificada como una lectura para jóvenes va más allá de las intenciones primarias, puesto que rescata el heroísmo de una mujer adelantada a su tiempo, al igual que sus colaboradoras. Deja ver la calidad humana e inteligencia de los trinitarios al luchar junto a ellas y confiar es su trabajo, en una época en que las mujeres solo jugaban roles de madre y esposas. Así como, muestra que en la tierra conviven seres con distintas formas de ver el mundo; los que son capaces de todo con tal de proteger sus intereses egoístas y quienes creen que su bienestar a costa del malestar de los otros no tiene sentido. Los que creen que las leyes son el ancla para forjar el bien común y quienes las utilizan para imponerse sobre los demás y destruir todo acto de lealtad, grandeza y heroísmo. Es recomendable para cualquier edad, pero más para los jóvenes, quienes deben entender que, si hoy disfrutan un poco de democracia, es porque detrás de ellos hubo quienes lucharon y hasta ofrendaron sus vidas a cambio de la libertad, la justicia y la paz.

 

Andrea Teanni Cuesta Ramón en Acento.com.do