El jurista, académico y escritor Carlos Salcedo Camacho ingresó formalmente en la Academia Dominicana de la Lengua, afiliada a la Real Academia Española
Salcedo Camacho, durante su discurso, dijo que la literatura ha desempeñado un papel crucial en la crítica y transformación de los sistemas jurídicos, cuestionando sus estructuras y denunciando sus miserias.
Recordó que desde las narrativas de Kafka y Dostoievski hasta obras contemporáneas como Una novela criminal de Jorge Volpi, la literatura "ha expuesto las fallas de los sistemas judiciales, revelando cómo a menudo se convierten en instrumentos de opresión en lugar de ser garantes de justicia".
Agregó que autores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz y Miguel Ángel Asturias, han utilizado sus obras para abordar conflictos éticos y jurídicos.
Este cruce interdisciplinario dio origen a la corriente "derecho y literatura", destacada por François Ost, que analiza cómo la literatura reimagina la justicia, el poder y los derechos. Obras como Crimen y castigo, El proceso o Yo acuso no solo reflejan la opresión burocrática y los abusos judiciales, sino que también promueven la reflexión sobre la responsabilidad moral, los límites del poder y la dignidad humana.
La obra de Kafka, por ejemplo, explicó que critica la burocracia judicial en El proceso, revelando cómo esta aliena al individuo y despoja a los acusados de garantías fundamentales como la presunción de inocencia y el derecho a la defensa. Zola, con Yo acuso, utilizó la literatura como un arma contra el antisemitismo y la manipulación estatal en el caso Dreyfus, destacando el poder de la palabra para equilibrar la opinión pública y promover la justicia. Dostoievski, con Crimen y castigo, exploró la moralidad del castigo y los dilemas de la culpa, anticipando debates modernos sobre enfoques restaurativos y resocializadores de la pena.
"En América Latina, autores como Vargas Llosa y Jorge Volpi han ampliado esta tradición. La fiesta del chivo retrata la arbitrariedad de la dictadura de Trujillo, destacando la necesidad de un estado constitucional que limite el poder absoluto y garantice los derechos humanos. Volpi, con Una novela criminal, combina narrativa y documentación para denunciar la corrupción y las falencias del sistema judicial mexicano, ejemplificando cómo la literatura puede ser una herramienta poderosa para exponer injusticias y promover cambios normativos", explicó.
Para Salcedo Camacho, la literatura ayuda a los juristas a desarrollar habilidades interpretativas y argumentativas, necesarias para enfrentar dilemas éticos y legales complejos. Según Martha Nussbaum, la narrativa literaria complementa la racionalidad jurídica al iluminar las emociones y necesidades humanas que las leyes a menudo ignoran.
Salcedo acotó que la literatura "no solo sensibiliza a los operadores jurídicos", sino que educa a la ciudadanía, fortaleciendo la opinión pública como un motor de cambio democrático.
Según afirmó Salcedo, la literatura y el derecho son aliados indispensables en la búsqueda de justicia y equidad. Mientras el derecho organiza la convivencia, la literatura humaniza y complementa este esfuerzo, revelando las fallas del sistema y ofreciendo nuevas formas de pensar y actuar.