La creatividad es clave para desarrollar diseños sostenibles y amigables con el medio ambiente que aprovechen de forma eficiente los recursos, eleven la calidad de los espacios y revitalicen comunidades.

El segundo capítulo de la publicación Dominicana Creativa: Talento en la economía naranja desarrolla los temas de la arquitectura, el urbanismo y cómo influyen en el crecimiento sustentable de la ciudad en la economía dominicana. El proyecto es una iniciativa del Banco Popular Dominicano para promover las industrias creativas y culturales del país.

Los datos y análisis que se ofrecen a continuación corresponden a la fusión de las palabras del autor del capítulo de arquitectura de Dominicana Creativa, Juan Mubarak; con las voces de Gustavo Luis (Cuquito) Moré, Yudelka Checo, Cesar Langa, José Marion-Landais, Jesús Rosado y Luis Sabater, que participaron en el debate Dominicana es Creativa: Arquitectura.

Una de las bases conceptuales de la economía naranja vinculada a la arquitectura y el urbanismo es el desarrollo de las infraestructuras culturales y creativas, las cuales deben estar vinculadas a las necesidades y los valores culturales que cada territorio posee para garantizar la permanencia y dinámica de un mejor aprovechamiento de la generación de valor. El territorio es una dimensión y manifestación de las sociedades que lo construyen.

 

La arquitectura dominicana es una mezcla aborigen, africana y española. República Dominicana ha asumido esa arquitectura como parte del patrimonio hoy en día. “Hay ciudades como Brasilia, que tiene un problema grave emocional para sus habitantes, y es que no tiene un pasado. O sea, la ciudad es tan perfecta que molesta. Y nosotros somos dichosos de tener esa historia y esa cultura de la mezcla de influencias”, resalta Cesar Langa, arquitecto con enfoque sostenible.

Lo que no ha aprovechado Santo Domingo como ciudad cabecera es son los recursos naturales. La capital tiene el río, el mar y su arquitectura los niega completamente. De hecho, está desarrollada de espaldas a ambos, pudiendo ser una oportunidad, aún a tiempo para su explotación.

La arquitectura y la economía: directamente proporcionales

El pronóstico de que cada vez más personas vivirán en ciudades trae desafíos al desarrollo inmobiliario dominicano. En la actualidad se vive un punto de inflexión entre el aprovechamiento de lo existente y el futuro de la ciudad, un momento decisivo para que la ciudad y la economía crezcan juntos a largo plazo.

“Como arquitectos, nuestro trabajo debe brindar una experiencia enriquecedora para quien habita o trabaja en ese espacio porque el poder transformador de la creatividad es la entropía: la capacidad de habitar en los zapatos de otro, entrar en sintonía con sus emociones, visualizarlo y plasmarlo”, resalta Javier Pérez Pittaluga.

Pérez Pittaluga es director de la empresa Pérez Morales y Asociados, y fue escogido como historia de éxito para el proyecto.

En ese sentido, José Marion-Landais, creador de Pulso Arquitectura, argumenta que dos grandes retos son: entender como ciudad es que la densidad es buena, mientras sea planificada. Y, a su vez, que el uso mixto es bueno. “El hecho de que tengas un restaurante en el primer nivel, pero tengas residencial en los niveles superiores, y que eso también se pueda mezclar con oficinas. Y que tu trayecto tu lo hagas andando, no con un carro, ni que necesites transportarte más de 15 minutos para conseguir una farmacia, un supermercado, una panadería”, explica.

Lobby de entrada y vista frontal (segunda etapa) oficinas y áreas de apayo Pinewood Studios, República Dominicana.

Este tipo de diseños hacen que la economía se mueva porque la ciudadanía pierde la dependencia de los grandes supermercados y abre el mercado a los micro, pequeños y medianos empresarios (Mipymes), que son el soporte de la economía en República Dominicana, representada por la clase media trabajadora.

Los colaboradores en los productos audiovisuales del capítulo, así como el autor, hablan de lograr la cohesión social con espacios donde la gente puede interactuar. En conjunto, resaltan que el valor del espacio público no solo es bueno para la belleza de la ciudad, sino para la rentabilidad urbana.

“Para que una ciudad sea eficiente económicamente tiene que tener las condiciones que reúnan a los ciudadanos de una manera humana”, dice Gustavo Luis (Cuquito) Moré.

Se pronostica la necesidad de lograr la verticalidad, para lo que se deben desarrollar las infraestructuras de servicio. No se trata solo infraestructuras de funcionamiento diario como sistema de pluviales, sistema de cloaca, o sistema eléctrico; sino también estructuras urbanas como parques, plazas, lugares de ocio que permitan el intercambio social.

Tendencias arquitectónicas para crecimiento económico

  • Una línea de desarrollo de la economía naranja es la conservación, preservación y restauración de edificios patrimoniales ya que estos son portadores de la cultura e identidad del territorio. El restauro en vez de la demolición es un reto.
  • La implementación de la Certificación Líder en Eficiencia Energética y Diseño sostenible (LEED) para que todas las construcciones cumplan con un mínimo de requerimientos para que la huella de carbón sea menor.