El cibermundo es el centro de la acción o ejercicio de lo virtual, por parte del sujeto creador, el cual, en este caso, es el sujeto cibernético, apegado a la lengua y al pensamiento.
 Desde ese macromundo de la virtualidad,  organizamos nuestro sistema comunicacional que, en el fondo, expresa saber y poder.  
 
Todo acto de razonar, hoy está situado en la cobertura de una inevitable híbridación, se trata del maridaje entre la vida virtual y la vida real. Ya hoy en día, ambas vidas mantienen una inseparable unidad viral, de incuestionable convivencia natural.
Sin embargo, no todo es maravilla es este mundo, por lo que tenemos una amenaza latente frente a nuestros ojos, frente a nuestra familia, frente a la vecindad, frente a la nación.
El autor de este trabajo, junto al Dr. Andrés Merejo, al final de la investidura del doctorado en Filosofia para un mundo global, ambos, egresados de la Universidad del País Vasco.

Crece en nuestro ambiente, la posibilidad de la tendencia a la adicción, como apego irrenunciable del sujeto, a estar movilizando las teclas, los signos y símbolos de la pantalla de los celulares, las laptops o de las computadoras. Y eso atenta contra la salud, contra nuestra propia vida. 

"El sujeto cibernético, con tendencia a adicción, vive por y para el ciberespacio y algunas de sus aplicaciones, sin comprender que él,cómo tal, se sitúa en un espacio social, de múltiples relaciones, en el que su accionar no tiene un sentido único, esto es, que no puede operar como si no hubiese conversaciones humanas reales, sino que todo pasa a través del chat, dónde vivir en conversaciones virtuales con otros sujetos, es lo que realmente cuenta para este tipo de cibernauta".  (Ver pág. 35, obra citada).
Desde ese discurso sobre el pensar y la salud del sujeto, estamos ante un "Filósofo transido" que nos ubica en el razonar de este tiempo, de nuestro tiempo, sin dejar atrás los rápidos cambios de esta ciberrealidad.
El gran peligro de la adicción está en la pérdida del control personal del sujeto, ante el espacio virtual.
Se alude a una cita de Vanessa Londoño López.  sacada de su libro titulado "El selfi: La vida retratable",
Para Vanessa Londoño (…) "el selfie no es solo un fenómeno social sino lingüístico. En 20crisma13 el Oxford Dictionary lo impuso , incorporó oficialmente el término al idioma inglés, y además lo nombró palabra del año a través de su portal de Internet. La palabra selfie resume con gracia y hasta de forma entrañable, por su brevedad, el gesto de autorretratarse con el lente frontal de un teléfono o aprovechándose del reflejo de un cristal". (…) (Ver  "Selfie: la vida retratable ", en el.otro lado de las redes sociales". Global. Vol. 11.No. 58-mayo-junio 2014. Funglode.
En el trasfondo de esta obra, se arremolina el pensar transido de un filósofo que ha centrado su quehacer, desde la lengua, la cultura y el poder, en el estudio del discurso planetario, global, discurrente…cambiante y muy cercano a la incertidumbre, como expresión certera de la realidad de hoy.
Si buscamos en la pág. 43 de esta obra, nos encontraremos con un tema que entra en la sociología de lo virtual, cuando el sujeto-autor pone en cuestionamiento la mirada neoliberal del capitalismo actual y saca a relucir el aparente "vivir en el imperio de lo igual en la red, cuando allí hay diferencia de de gustos en cada conunidad, en cada chat, en el mismo grupo de amigos con los que nos hemos enredados en las redes que se generan en el ciberespacio".
Desde este filosofar del ciberesiacio, nos encontramos con una mirada distinta a los hechos, al acontecer y al otro. En ese nuevo mirar que reclama este filósofo de lo transido, nos encontramos con las huellas de Nietzsche (15-10-1844, Röcken, Lützen, Alemania/25-8-1900, Weimar, Alemania).
Lo que no veo en esta obra es, algún cuestionamiento transido a los derechos fundamentales del Ser o del sujeto social, como parte de una comunidad con deberes y con derechos, frente a la pérdida cotidiana de sus fundamentos juridicos, en una sociedad que se dice ser democrática y participativa.
Dr. Andrés Merejo, autor de la obra "Cibermundo transido" -Enredo gris de pospandemia, guerra y ciberguerra" (2023).

 

¿Dónde están mis ciber-derechos a conectarme desde el cualquier espacio de mi entorno vivencial, como sujeto pensante y actuante, en estos instantes de virus y amenazantes riesgos, más allá de las consignas de los partidos políticos.
De todas maneras, nos debe ser suficiente leer un tratamiento creativo y crítico de nuestra realidad tangible e intangible, para reconocer los valores teóricos y epistémicos de su teorizar cibernético.
El sujeto-autor asume su vida transida, para reclamar de nosotros complicidad y apego a sus postulados, desde la lectura, lo cual es posible, pero siempre desde un entender o un leer bronco, "chivo", cuestionador, crítico, cimarrón…desde un leer que desconstruya el discurso y obligue a la creación de nuevos laberintos del saber. Una lectura contextual, hacia la multiplicidad de sentidos del discurso vurtual, virtualizado…transido.   
 
En esta obra nos encontramos con la oportunidad de reinventar y reinventarnos. Es una provocación al pensar y hacer del sujeto transido, desde la realidad quemante de estos días virales, enfermizos… mortales, a nombre del humanismo transformador.