En la poética de Victoria, se nota no tan solo una voz joven que atrapa mariposas en su decir poético, sino que sus poemas denotan una fuerza inmensa del decir en versos, mismos  en los que recoge sus cotidianidades para cantarla con una dulzura y una fuerza de recursos literarios que la hacen poseedora de una belleza expresiva poco común para una novel en el andar literario.

La altura de su construcción metafórica es impresionante a la luz de su juventud en todos los órdenes, esto se puede observar en uno de sus poemas cuando nos dice: ¨tus ojos cayendo sobre mi…como soles que caen al horizonte¨.

Pero los colores expresivos de su poesía no se quedan ahí, ella sigue buscando en su realidad, en su mundo circundante los elementos que le harán dueña de una poética galvanizada y que reclama desde su interior sentimiento de mujer el poder abrir su interior bajo un decir de economía de palabra asombroso, tal y como lo expresa en el poema 9: ¨

Puedes aclarar mis sonrisas/Y satisfacer mis ansias de ser solo yo y mi nada.

Es como quien reclama al amor de una pareja, como quien pide ahogada en esa realidad de ser ella y su mundo poético, en que él puede hacer al decir de la poetisa que es ella: ¨Disfrutar de las cosas mínimas…Tomar mi vida y devolverla/Vuelta una partícula de luz¨.

Revela aquí su fuerzas de imágenes, de búsqueda interior en la atormentada joven poeta que le canta y reclama desde los espejos de su alma enferma de fantasmas y fantasía literaria.

Sin dudas los colores auditivos de la poética de Victoria andan por las espumas de ese mar que la vio nacer, por la majestuosidad y belleza de esas montañas que desde la infancia de sus ojos le acorralan de amor y dulzura terrenal.

En su ella poética bulle ese desbordado ruido de un mar en el que sus olas están acorraladas por la ancha falda de una montaña humedecida por siglos de poesía y locura literarias deambuladas tras las huellas de un don Sócrates Nolasco.

Sus colores poéticos se dejan pintar de su palpitar de amor juvenil y de esperanza a flor de labios, labios en los que recuesta un decir estremecedor como el del poema 15: Veamos.

¨ Discurro entre los escombros de mi espíritu,

Mi corazón aun rebosa de deseos

Pero mi alma está llena de cansancios,

Anhelante de sueños¨.

 

Tan solo la fortaleza del verso:

 

¨ Discurro entre los escombros de mi espíritu¨…

 

Mismo que no la hace ser un ser triste y mucho menos de un decir literario angustiado, pero si una demoledora manera de decir de una alma enamorada. Digamos que atormentada por el furtivo beso que se da o que se queda atado en clavo doloroso del adiós.

Victoria desde su poética incursiona en una narrativa del decir del amor y de la vida, recobra el permiso de los dioses y de los demonios sueltos en su imaginación de creación literaria para decirnos con dulzura en cada verso el canto que a llevado dentro desde sus días más pueriles.

En su poética se destaca esa presencia de la naturaleza, donde sus poemas son tocados de luna, veranos y flores; de  la lluvia, de esa luz solar, de las estrellas, de aguas de mar, de lagunas y de ríos, porque no decir de alma y ternura por las cosas que la han amado. O como dice ella:

 ¨Quiero escribir un poema

imaginar mil mundos/ Contemplar

Cantar

Soñar

Vivir

Quiero escribir un poema.