Las entrevistas devienen a veces en confesionario público de intimidades no previstas por lo consciente. Desahogos desbordados la mayoría de las veces, pero sin el cumplimiento de penitencias ni sermones, por lo menos en Bao Radio, eso no se sucede.
Por segunda vez me senté frente al micrófono rojo de la oferta cultural online Bao Radio, de Rubén Lamarche, Micaela Tolentino, Emil Matos, Rey Andújar y Mani, el mago barbaaceituna y buena onda. El hombre de la cámara y sus malabares audiovisuales. Por cierto, riquísimo el café negro sin azúcar, Mani, gracias y que se repita.
Hace tres días mi primer libro Marginalia y yo estuvimos atendiendo una invitación del amigo y escritor Emil Matos, conductor de La Yola Borracha, el podcast de arte y literatura de Bao.
Tanta naturalidad y apertura provocó en mí un gustico desconocido por la radio de ahora, tan diferente a la radio de toda la vida.
Esta radio muestra mayores bríos y un alcance casi exponencial. A veces de exagerada democracia participativa, pero dicen que, a mayor democracia, mucho mejor. Se trata de prohibido Prohibido prohibir sin fundamentos.
Y todas esas nuevas formas de hacer radio son posibles gracias a las nuevas tecnologías que agregan mayor magia, brillo y lucidez a sus contenidos y a sus protagonistas.
El título de hoy de esta columna dominical se debe a que Emil define a Marginalia como un caleidoscopio.
Y Matos lo dice así: no es estrictamente un libro de cuentos sino más bien una especie de caleidoscopio de cuentos, anécdotas y detalles. Un libro que se mueve muy bien entre la nostalgia y éste presente que el escritor aborda de manera crítica sin enjuiciar las acciones de sus personajes.
Y quien suscribe debe decir que este caleidoscopio literario ha sido pulcramente editado gracias a la labor profesional del escritor y periodista cubano Rafael José Rodríguez Pérez, editor de Riodeoroeditores, una nueva editora en Santo Domingo. Y, claro, honor a quien honor merece.
Emil y yo también hablamos de la Ciudad Colonial (Zona para los que vienen de otros ámbitos urbanos) como uno de los lugares menos hostiles y más acogedores de Santo Domingo, aunque carezca d parqueos disponibles.
Refugio para otros que residen en la verticalidad y bajan a buscar un calor humano diferente y menos condicionado por los roles y las yipetas. Huyendo de la alta gama y los asépticos malls del Polígono Central.
Y Marginalia y sus personajes atraviesan las calles de la Zona buscando el lugar para buscarnos y mirarnos a los ojos sin bebernos el trago equivocado. Se trata de estar juntos por lo menos un par de horas. Los wasaps nos acercan tanto que nos van dejando solos.
Un caleidoscopio que va desde el Patricio que nos selló con un código de barras no previsto, pasando por Camilo y la bulla de sus congas, hasta la inglesita que buscando el amor en Las Terrenas encontró el abuso y la acogida al mismo tiempo como las alas de un extraño pájaro bipolar.
Y como dije al principio. Creo que me gusta la radio, voy a seguir probando. Emil, lo que hablamos va. Me inspiraste con la imagen alucinante y poderosa de la caseta telefónica y su phone colgante en medio del desierto en la genial serie Better Call Saul creada por Vince Gilligan y Peter Gould.
Gracias de nuevo a Rubén Lamarche, a Emil Matos y a Maní. Nos vemos por ahí. Confieso que la experiencia de compartir micrófonos con ustedes fue muy agradable.