Hace más de 30 años el poeta Carlos Roberto Gómez Beras puso tinta a su sueño de ver toda una poesía antillana derramada en toda América; en un Caribe ancho y hondo hasta llegar a España, pasando por Italia, Praga, y más allá de los Balcanes. Isla Negra Editores es una prueba de la tenacidad de un ejercicio escritural que se gesta entre islas hermanas, acercando y reclamando gestores a cada paso.

Es por ello que este pasado fin de semana, durante los eventos del DOMINICANA Libro & Culture Festival, la Editorial Isla Negra celebró treinta años de sueños cumplidos con un conversatorio magistral entre varios de los autores que componen y dan vida al impresionante catálogo de esta editorial.

La actividad se llevó a cabo en el Recital Hall del edificio de música del Lehman College. Esta institución académica del Bronx y perteneciente al sistema CUNY, fue la anfitriona del festival literario y cultural.

De entrada, el poeta y editor Carlos Roberto Gómez Beras, agradeció la presencia de amigos, colaboradores y público en general, al tiempo que ofreció un poco de contexto sobre Isla Negra, un esfuerzo que editorial que “busca editar, publicar y difundir la literatura hecha en el Caribe, sobre el Caribe y por el Caribe que tanto en su forma como en su contenido. Desde su fundación en 1992, la editorial ha cumplido su objetivo de sumar escritores de ámbitos como el latinoamericano y europeo que amplían horizontes editoriales y culturales”.

El resto del panel lo integraron los escritores Carlos Canales, Kianny Antigua, Sergio Beras, Robert AB Sawyer, Ana María Rua y Joseph Burgos. Durante más de una hora, los asistentes pudieron disfrutar de las lecturas de los participantes, así como de anécdotas sobre su experiencia editorial. Rey Andújar, director de Cultura en el Exterior y encargado del festival, resaltó que el legado de Isla Negra “está relacionado con el impacto que ha tenido en la internacionalización de la literatura Dominicana y caribeña”, y mencionó escritores como Pedro Antonio Valdéz, Rita Indiana y Pedro Cabilla, quienes publicaron sus primeros textos con esta editorial.

En un entorno editorial material y financieramente precario, la Isla Negra mantiene de manera digna una postura auto-sostenible y culturalmente significativa. Amigos, lectores, escritores, estudiosos, profesores y libreros que participan juntos en una dinámica economía de la solidaridad. El carácter comunitario-global de este proyecto, reúne también una serie de valiosos voluntarios que mantienen el nivel estético que de este gran esfuerzo editorial.

En su discurso de despedida, Gómez Beras agradeció a la organización del festival por la distinción y también a los pintores, escultores, diagramadores, traductores, maestros, críticos, correctores, distribuidores, periodistas, cineastas, performeros y fotógrafos, que se han sumado a las filas de una batalla editorial a canto y palabra. ¡Larga vida para Isla Negra!