Como diría Oscar Wilde "El artista nuca ve las cosas como son, si fuere así, dejaría de ser artista".   José Mármol en el diseño de esta producción, nos describe la visión de un universo particular donde las palabras nos describen la experiencia de un nuevo mundo.

Deus ex Machina del año 1994, (con el que recibiera varios galardones nacionales e internacionales, y que fuera publicado con el título Deus ex Machina y otros poemas en la colección Visor, Madrid, 2001).

Se denomina «Deus Ex Machina» a toda trama que se resuelve a través de un elemento, personaje o fuerza externa que no haya sido mencionado con anterioridad y nada tenga que ver con los personajes ni la lógica interna de la historia.

La presencia abundante de la metáfora, las salpicaduras del símil, la metonimia, prosopopeya e hipérbaton le dan el matiz de moderación sintáctica que le hace ocupar un lugar sobresaliente en la poesía.

Plinio Chahin nos dice al respecto:  "Es obvio que esta obra se nutre de un conocimiento erudito. Sólo que no es el simple resultado de él. José Mármol sabe desdibujar y concentrar, sincretizar: por ello su lenguaje tiene la ambivalencia de lo inédito. No hace arqueología poética ni se deleita en elaboraciones preciosistas. Sería un error creer que sus poemas son “estampas o cuadros estéticos descriptivos”. José Mármol ni siquiera crea: traspone. El poema no es sino para él un campo de “indagación ontológica “. El santo, dios, el poeta, el amor, el deseo, la soledad, la mujer y el antihéroe son sus grandes paradigmas, como en Baudelaire."  (Art. Periódico Hoy).

Dios y los dioses son motivos permanentes de la poesía de Mármol. Son grandes objetos poéticos, grandes piezas del juego de la creación, pero también graves preocupaciones. En los citados poemas Dios ha sido   colocado en el contexto de la apuesta, de la búsqueda, como si el poeta quisiera ganarle la partida, la partida de llegar hasta él, de conocerlo. (Manuel Matos Moquete).

Arroja tú los dados, Señor, te ha llegado el turno y es invierno”.    Mármol trata el tema de la deidad como si su aparición en la vida fuese un juego, como si el ser supremo y el hombre jugaran a tener el control.   Donde lo inevitable es la destrucción, la perdición de lo que existe y ve al Cristo como aquel personaje del teatro griego que viene a salvar la situación con sus poderes.

José Mármol es uno de los grandes poetas contemporáneos de nuestro país, un pensador y escritor que llega para todos los tiempos, ayudando hacer conciencia humana en la búsqueda de lo sublime, de respuestas para una conciencia edificada en el lenguaje.

Nuestra literatura está llena de artistas que hacen posibles mundos inimaginables, donde lo bello y lo extraordinario inunda las mentes de aquellos quienes hacen de la lectura una religión.    Las letras dominicanas narran historias anheladas, deseos de mejoría, protestas a las desigualdades, gritos de tristeza, temor y amor incondicional, en el que los amantes a la tambora componen compases enlazados con el aire del mar y en el madrigal del beso furtivo.