«Abuelo mira cómo gime el viento. Despierta, escucha cómo llora el ruiseñor agitado en la lluvia…toquemos los recónditos deseos donde te ocultas». Lara, Deuri. Hijo Natural y otros poemas de mi tierra. III. Pág. 22.
Deuri Lara Vizcaino es un joven poeta y escritor residente en el Barrio Moscú de San Cristóbal, nació en Arroyo Blanco, Bani, el 18 de abril de 1994, para quien la escritura y la lectura, han sido las alas que le han permitido remontar el vuelo y despojarse de miedos y atavíos sociales y culturales.
Afectadas sus cuerdas vocales y piernas por la poliomielitis desde su niñez, se transporta en silla de ruedas y ha sabido elevar su voz para que sean derribadas las barreras arquitectónicas que impiden el libre acceso a las personas discapacitadas a los espacios públicos.
Deuri tiene un agradecimiento infinito al poeta y artista plástico Ramón Mesa, a los narradores y poetas Ysabel Florentino y Jesús Cordero, quienes le enseñaron a escribir y poco a poco fueron «descubriendo y sembrando la semilla de la poesía en él y no sólo aprendió las técnicas…sino a amar ese mundo tan mágico y tan único que es el mundo de la poesía»
Jesús Cordero y Ramón Mesa, eran quienes leían sus poesías, porque tenía miedo de que se burlaran de él, hasta que un día le comprometieron a leer y perdió el miedo a tener su propia voz en la Feria Regional de Baní…lentamente, a su ritmo.
Deuri gusta de leer, sus primeras lecturas fueron La metamorfosis de Kafka, El profeta y El Loco de Jalil Ghibran, lecturas que le ayudaron a liberarse de los miedos, José Acosta con «Los derrotados huyen a Paris”, Enriquillo Sánchez, le inspira a escribir «Marilandy”, poemario que surge a partir de su mejor amiga, la mejor estudiante de la escuela y que siempre le acompañaba, nunca lo abandonó, hasta que salió embarazada y su vida tomó otro rumbo.
En Marilandy, Deuri eleva su voz a favor de la liberación de las mujeres maltratadas, victimizadas y que han sido lastimadas en su autoestima, quiere expresar lo que ellas quieren decir y no dicen al no ser libres para tomar decisiones y pensar por sí mismas, libres de la opresión y el dominio de los varones.
Deuri Lara tiene una alta sensibilidad, lo cual es muy significativo, pues podría incidir en el cambio de comportamiento de los hombres hacia las mujeres, en nuestro país que revelan las estadísticas altas tasas de violencia contra las mujeres; admiramos a Deuri por ser feminista, un “avis rara”, es quizás, uno en un millón de hombres sensibles, capaces de hurgar en los sentimientos de las mujeres atrapadas en círculos de poder asfixiantes y enajenantes, que les impide ser ellas mismas.
Valdesia, campiña prodiga donde se almacena el líquido vital que nos sostiene: el agua; en su colección de prosa poética que tiene por título Hijo natural y otros poemas de mi tierra, la evoca con nostalgia:
«los gallos se hacían de un puñado de brazas. En el lenguaje del fogón luna se deshojaba y los niños iban río abajo tejiendo poesía, haciendo que la noche goteara sin vientre. Entrañable esa casa donde, tarareando, éramos metáforas de barrancolíes, junto al primer amor rayado de pájaro y siluetas como la lluvia. Éramos flauta de agua que se escuchaba en cada átomo de tus párpados, donde echaba raíces el cielo, hojas caídas y una cascada a orillas del galope de los machetes, fundiendo la tarde de garganta seca, y de cantos del compadre Juan. Y los silbidos caían sobre la tierra haciendo que los guaraguaos brotaran del cielo. Las palomas acostaban las horas perfumadas de orégano. Las flores eran soplo de cántaro cosechando versos, ignorándote amada Valdesia….Valdesia en ti me veías vivir. Soy como tú, desnudo, humeante, salvaje, una puerta, un sueño de barro, sin ataúd ni postre, sin espantapájaros. Soy como tú de tierra y de campo».
Su prosa poética es filosófica, es humana, penetra en lo más profundo del sentimiento. En ella, la figura del abuelo está presente constantemente, como una caricia, un recuerdo imborrable.
«Abuelo mira cómo gime el viento. despierta, escucha como llora el ruiseñor agitado en la lluvia…toquemos los recónditos deseos donde te ocultas».
«Abuelo, corramos, corramos, mientras los sueños y la arena se elevan y el fuego cae».
«Somos bohíos, bohíos solitarios donde fluye la incertidumbre».
«Aquí yo, abuelo, corrompo tu vuelo al mundo. Sé que eres un paraíso de vida breve».
«Ha salido el sol, ha salido el monte y eres tú sobre la rosa, Espérame, no hay forma de cuerpo condenado, Crucificar el incendio es apagar todas las lunas y encender tu mirada de riberas».
«El canto del gallo es la décima que te despierta»
«Sembré un lugar para ti. Mi madre dice que las cosas caminan pero sigo teniendo frío, pero sigo miradas y pasos amargos, pero sigues oculto. Se pinta la lejanía en tus recuerdos».
«Las ilusiones y la vida son fugaces como el trueque de las caricias».
«En la esperanza se ocultan niños jarto e jobo»
«Lavan en el arroyo jornadas de hambre, sedientos de adueñarse de todo valle, de toda libertad, como tu abuelo, se consuelan, sienten lo perdido».
«Te bebes los atardeceres que revolotean en el verso de la mamajuana y en la agonía hablas tu lenguaje».
Deuri Lara Vizcaíno sigues escribiendo y obteniendo premios te deseamos todo lo mejor, eres un ejemplo de resiliencia, de superación de los obstáculos, has saltado la valla, has calado en lo más profundo del sentimiento por tu sinceridad, por esa luminosidad en tu rostro, tu prosa y tu poesía están llegando a todos, eres un representante genuino de las entrañas del pueblo.