‘’Llamo a la gente ‘’rica’’ cuando son capaces de satisfacer las necesidades de su imaginación’’ -Henry James
Karina Castillo, docente, Máster en Gerencia de Centros Educativos, poeta, narradora y escritora de cuentos infantiles. Prestigia la literatura infantil con este libro “Detrás del muro y otros cuentos”. Al abrirlo exploro un libro de historias con tantas posibilidades. Me aventuro a otros universos donde habita la ternura, la sorpresa, el miedo, la curiosidad, la alegría y determinación.
Este libro es un regalo para descubrir lo que tiene dentro, que nos traslada a otros universos reales y mágicos. Este libro tiene ilustraciones brillantes de Sarah Amaro. La imaginación y la creatividad de la autora nos embarcan en una aventura de entretenimiento y relajación. Su lectura nos refugia, es paradisíaca en el medio del caos que vivimos. Este viaje es una distracción, un disfrute sin igual. La literatura infantil es la que relata, recrea, eleva y ayuda a inventar. La lectura de un libro es la riqueza de los infantes. Detrás del muro y otros cuentos es soñar con los ojos abiertos. ‘’Desde este día decidí convertirme en maestra. Desde ese día creí en los milagros.’’ (página 69) Secundo a Casandra Clare al decir: ‘’Hay que tener cuidado con los libros y lo que hay dentro de ellos, ya que las palabras tienen el poder de cambiarnos.’’ En la narración de Milagros, historia de un tobogán podemos ver como una niña llena de miedo y con sueños de superarlo se arma de valor y determinación y logra vencerlo. ‘’¡Sube al tobogán y tírate!’’ ‘’Me quedé de una pieza, me estaba pidiendo hacer esto luego que el recreo había terminado, pero me armé de valor y me subí.’’ (páginas 66 y 68)
La interpretación de los cuentos para la infancia es un hábito muy bueno, es emocionante compartir relatos, es un mecanismo valeroso que incentiva la fantasía y favorece el progreso de capacidades fundamentales. En tanto que analizamos esta encantadora práctica detectamos como los cuentos favorecen y ayudan a los niños y niñas a encarar sus temores, apreciar el gozo y resistir desafíos en conjunto. Entre tanto se introducen en la humanidad de los protagonistas que habitan sus páginas. En este libro de historias podemos examinar la importancia del tono de voz en cada cuento. Su lectura favorece la escucha atenta.
La autora nos sumerge en un viaje hacia la imaginación, un mundo repleto de impresiones, sucesos y enseñanzas. Karina Castillo nos adentra a imágenes poéticas diferentes, nos traslada a sitios ignotos, inhabitados, donde pueden percibir el temor de unos niños que quieren ver qué hay detrás del muro, la euforia de una niña que pinta su primer mural o los retos que enfrenta una hermana con su hermano atrevido y destructor.
Estos cuentos posibilitan a los niños y niñas a descubrir inquietudes, percepciones de una forma sólida (segura) y vigilada. La literata enfrenta a los lectores pequeños a condiciones y trances variados donde profundizan su comprensión y dirigen sus particulares sentimientos. ‘’Definitivamente nuestra curiosidad creció y también nuestro miedo. ¿Y si además de gatos, querrían a los niños?’’ (página 24)
Un niño experimenta temor cuando la existencia de una amenaza o riesgo le ocasiona un sentir molesto, repulsivo, alborotado con aceleración de su neuroeje soberano. Aparece de la relación de un individuo, en este asunto los niños y una cosa o acto que para los pequeños resulta arriesgado, temible o éticamente nocivo. El miedo es una exaltación que se soporta de manera particular, pero que indudablemente tiene un comienzo comunitario, y es pegajoso en los chiquitos. Los temores se aprenden: por restricción, por práctica, por repetición y por transmisión digital. El miedo tiene otras fases útiles, es un intermediario benefactor, alentador y relacionador e impulsa la moderación y el cuidado. Avisa al individuo de un peligro posible, activa las competencias de actuación. ‘’Vuelven a mi mente esas imágenes: la del anciano caminando como soldado y su sombrero, una de las hermanas, desde el balcón, saludando ¿O llamando? y el agua turbia, detrás del muro’’ (página 28).
Karina Castillo nos cuenta en sus cuentos con emoción, enigma o risas. Establece un lazo singular con los niños, esta atadura la crea no solo por medio de los vocablos, sino por las sensaciones transferidas. Su narrativa seduce el interés, despierta la atención y estimula la coparticipación en el relato. También prepara a valorar la profusión del lenguaje y la hermosura de la narración. Estos cuentos son una vivencia para compartir, para alimentar el vínculo entre el adulto y el niño. La lectura de ellos aparte de fortalecer su inventiva inspira destrezas significativas. Crea una conexión inexorable entre el lector y el oyente.
Los cuentos empiezan con la brecha de una disposición instaurada, partiendo de ellos se adelanta el encuentro con lo desigual (distinto) que traslada el individuo leedor a cambiarse de sitio y fraguar en dirección a otras cosas. Estas historias son circunstancias que consienten la colocación de otro ciclo en este momento. Esta ensayista elabora alteraciones y prepara a la confección de universos desconocidos. Se convierte en hacedora de metáforas y estilos muy finos. Logra en la construcción de su estructura sostener al leyente en ese mundo creativo que ella inventó. ‘’El negro puede ser cualquier cosa: El aroma de la noche en el verano, la caída de la lluvia en la tormenta, o sencillamente el silencio que queda, después del beso de buenas noches’’ (página 43).
Es maravilloso cómo utiliza la sinestesia, esta figura retórica fluye y cobra vida en forma de vivencia mental. La hallamos en el mundo sensitivo haciendo maravillas con su multivisión: El marrón estaba en la tierra húmeda, la caída de la lluvia en la tormenta, el calor del sol en la mañana. ¡Cuánta simbología en sus letras cuando un niño ciego siente el color verde en el aroma de la hierba fresca! Con su ternura capta esos lazos bonitos que nos unen, las semejanzas y el parecido entre todos.
Utiliza la ternura como una manera de ver, de exhibir al mundo como vive unido y ayudando. En su análisis, la ternura prevalece como hebra uniforme, el afecto en su fase intrínseca con la estima a la naturaleza. ¡Cuánta mezcla de amor y dulzura! Su enfatizar y entonación son únicos. La ternura se manifiesta como sentimiento suave, caluroso y acaramelado que se experimenta. Infiltra amor, compunción y lindeza de la sensibilidad. Esa belleza de vivir demuestra que no se está solo, urge ser entendidos y compartir todas las sensaciones posibles y el deleite que nos brinda en sus evocaciones, por su importancia, por el efecto emocional de confort que ocasiona. Y por ese aviso, esa llamada grata que escuchamos felices cuando alza su voz. ‘’Los abrazos, mi hijo le dijo, son del color que tú quieras’’ (página 41).
Detrás del muro saltamos, nos espera la sorpresa, el asombro, el miedo, el humor y la curiosidad. Karina nos conduce a este entramado de emociones donde la ternura y el amor vigilan y nos llevan a otras oportunidades (posibilidades). Karina Castillo, gracias por todo lo que nos dejas ver después de este muro que derrumbamos felices o lo saltamos si queremos. Gracias del alma.