DESPEPITAR
“Lo hizo para colocar en su puesto de maestra a una jovencita del poblado que había DESPEPITADO”.
Es natural que algunas palabras circulen más que otras. Una de las razones para que esto sea así puede provenir del origen de algunos de estas voces. Algunas de ellas cargan un fardo de censura muy pesado por su origen.
En el caso del verbo del título al usarlo el hablante pensó que era menos ofensivo que los otros que circulan en medios restringidos por la moral y las buenas costumbres. No se percataban de que este verbo de todas formas aludía a una parte pudenda de la anatomía de la mujer.
No hay que tomar el verbo despepitar en su sentido derecho. Es una forma de dar a entender que un hombre ha dispuesto de la virginidad de una mujer. Este tipo de acción o resultado de esta se conoce en las hablas de diferentes maneras. Algunas más crudas que otras.
Este verbo del título tiene estrecha relación con la voz pepita, que para muchas personas en diferentes hablas es el clítoris.
El uso dependerá, al final, del medio en que se emplee. Los hombres jóvenes desafortunadamente piensan que mientras más soez es la voz empleada, más valor tiene para transmitir el mensaje.
No hay lugar a sorpresa si algunos hablantes de español dominicano no pueden reconocer todas las voces vernáculas. Es imposible que haya alguien que esté en capacidad de recordarlas todas.
Después de leer lo que antecede, es fácil saber que este verbo del título tiene estrecha relación con la voz pepita, que para muchas personas en diferentes hablas es el clítoris.
GUABINOSO
“. . . un libro GUABINOSO, taimado, condescendiente. . .”
Hace largo tiempo que los dominicanos conocen un pez por el nombre guabina. El nombre es internacional, consta en el Diccionario de la lengua española de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Es un pez de agua dulce, más aún, de río; así lo consigna el diccionario recién mencionado. En la descripción que esa corporación hace del pez está la clave del uso de guabinoso.
Como puede deducirse de la introducción de este tema, el objetivo de esta sección es centrar la exposición sobre el pez sin dejar fuera las palabras derivadas. Además, se revisarán las palabras derivadas del nombre del pez, al tiempo que se mencionarán los países en los que se usan. No faltará aquí una revisión al origen de la palabra.
El diccionario mencionado más arriba asienta además de la descripción del pez el sustantivo guabina aplicado a la, “Persona que, interesadamente y con frecuencia, cambia de parecer o filiación política, o que se abstiene de tomar partido”. Califica de despectivo el nombre aplicado a una persona y escribe que es de uso en Cuba.
La palabra aborigen guabina aparece por primera vez de la pluma de Las Casas, en tanto pez hallado en La Española. Deja entrever que era un alimento preferido y saludable.
Según parece el pez en cuestión era difícil de capturar o de manipular; esta propiedad fue la que sirvió de base para que se aplicara su nombre a la persona que se caracterizó más arriba. Hay que tener en cuenta que guabina (guavina) es un género, por lo tanto, existen diferentes especies.
En Puerto Rico y Venezuela la locución adjetiva “más resbaloso que la guabina” es aquella, “hábil para salir airosa de cualquier situación”. Ha de tenerse en cuenta que no se la considera despectiva. Por tanto, la locución subió de categoría.
En los usos indicados más arriba se encuentra el germen del adjetivo guabinoso de uso en varios países americanos.
Ya a principios del siglo XX D. Augusto Malaret recoge no solo el nombre del pez, tal como lo hizo antes Esteban Pichardo. Además, produce la frase que se transcribió más arriba. Diccionario de provincialismos de Puerto Rico (191917:81). Ambos autores cuyos nombres figuran aquí reconocen el origen americano del nombre del animal. Diccionario casi razonado de vozes y frases cubanas (1936:285).
En el año 1921 Constantino Suárez entra en una interesante explicación del uso de guabina aplicado a una persona, “Dícese a la persona que procura congraciarse con todo el mundo, aplaudiendo todas las opiniones por encontradas que sean, sin sentir entusiasmo por ninguna”. Más importante aún, escribe que se han derivado de esta voz “guabinear, guabineo y guabineador”. Vocabulario cubano (1921:254).
En Cuba se ha continuado con el uso de guabinear en tanto “abstenerse una persona, por conveniencia, de tomar partido entre bandos con opiniones contrarias, especialmente en política”. De allí que el guabineo sea la actitud o comportamiento del que guabinea. Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2016-II-23-24).
En Venezuela es el país que el Diccionario de americanismos (2010) mienta como el único en que se emplea la voz guabinoso para, “Persona que evita tomar decisiones o enfrentar una responsabilidad”. “Escurridizo” es como D. Ángel Rosenblat define al guabinoso al estudiar las voces del español de Venezuela. Buenas y malas palabras (1974-IV-123).
En el último país mencionado, el uso de guabinear, guabineo y guabinoso ha continuado. A la cualidad que implica ser guabinoso se ha añadido la precisión “evadiéndose constantemente de ellas”; se refiere a evitar situación difícil, comprometedora, o responsabilidad. Diccionario del habla actual de Venezuela (1994:257).
El Diccionario de venezolanismos (1983-I-486) introdujo algunos matices a guabinear que deben retenerse, “No definirse y evadir circunstancias con astucia para evitar tomar posición o partido”. Ha de resaltarse el rasgo, “con astucia”. De nuevo cuando trata el adjetivo guabinoso recurre al término “escurridizo” de Rosenblat y agrega, persona “lista, astuta”.
La palabra aborigen guabina aparece por primera vez de la pluma de Las Casas, en tanto pez hallado en La Española. Deja entrever que era un alimento preferido y saludable. De la misma forma que procedió este autor con respecto a frutos y animales, comparó la guabina con un pez conocido, la trucha.
Llegado a este punto del desarrollo de las voces estudiadas, hay que volver a la frase trascrita. En ella no se alude a una persona, como era de esperarse, sino a un libro que es guabinoso. Como si no fuera suficiente, a seguidas de guabinoso el redactor escribe, “taimado, condescendiente”. Eso refuerza el concepto formado acerca del guabinoso, pues algunos rasgos son comunes a las tres palabras al final de la cita.
Antes de concluir esta exposición hay que agregar en el habla dominicana se conoce el pez, pero las voces derivadas de su nombre no son de uso ordinario. Este es el resultado de la búsqueda en los diccionarios de palabras utilizadas en el español dominicano.
No puede dejarse pasar la oportunidad de introducir en este escrito un dato curioso acerca de los indigenismos. Las palabras que comienzan con la sílaba gua– suman más ciento ochenta (180). No debe olvidarse que esta es la representación gráfica que los hablantes de España eligieron para trasladar en papel los sonidos que oyeron de boca de los aborígenes.