Hoy en día nos encontramos sumergidos en una diversidad de elementos que son precedentes del mundo taíno y muchas veces no nos damos cuenta. El mundo taíno ha dejado muchas cosas que hoy en día nos representan y de las cuales hoy disfrutamos, desde el delicioso casabe presente en la gastronomía dominicana elaborado a partir de la yuca, y para nadie es un secreto que este forma parte de la gastronomía taina porque lo hemos escuchado desde siempre en la escolaridad. Sin embargo, los taínos no solo están compuestos por el casabe y todo lo que hoy conocemos. Fray Ramón Pané en su libro “Relación acerca de las antigüedades de los taínos” nos muestra un nuevo mundo por descubrir lleno de tradiciones, su cosmología y muchos detalles que nos ayudan a comprender un mundo del cual conocemos muy poco.
Este artículo invita a un viaje a través del tiempo, explorando la obra de Fray Ramón Pané como una ventana al mundo taíno. De este modo, podremos comprender mejor sus creencias, su organización social y su relación con el entorno natural, permitiéndonos redescubrir una parte esencial de nuestra historia y fortalecer nuestra identidad como pueblo caribeño.
El mundo taíno está lleno de una variedad de mitos y leyendas que los podemos evidenciar al momento de iniciar la lectura en el capítulo uno: Esta gente, estando en aquellas cuevas, hacía guardia de noche, y se había encomendado este cuidado a uno que se llamaba Mácocael; el cual, porque un día tardó en volver a la puerta, dicen que se llevó el Sol.
Es impresionante que el sol haya sido posible de llevarse a una persona, entonces, se podría poner en tela de discusión ¿Eran todos estos acontecimientos reales? ¿Qué parámetros o medios tomaban en cuenta ellos para creer semejante situación?
Además, no solo se trata de confirmar que tan verídica era la información, sino más bien destacar lo extraño que es y muchas veces poco creíble que el sol, una fuente de luz sea capaz de realizar semejante acontecimiento cómo el que se acaba de destacar. Por otro lado, también se podría cuestionar la razón o motivo por el cual se llevó el sol a este hombre, ¿solo porque tardó en unos minutos en regresar a la puerta donde hacía guardia? Sobre un acontecimiento como este hay mucha tela por donde cortar.
En esta obra del mundo taíno al igual que otros libros como “El Popol Vuh” también podemos apreciar acontecimientos que nos indican sobre la creación de la naturaleza que los rodea. A medida que vamos avanzando se nos presentan las diversas formas que nos narran los autores de cómo surge parte de la naturaleza propia de una cultura. “Y mientras comían, sintieron que venía Yaya de sus posesiones, y queriendo en aquel apuro colgar la calabaza, no la colgaron bien, de modo que cayó en tierra y se rompió. Dicen que fue tanta el agua que salió de aquella calabaza, que llenó toda la tierra, y con ella salieron muchos peces; y de aquí dicen que haya tenido origen el mar.”
En este caso podemos ver cómo ha nacido supuestamente el mar ¿Se puede creer en algo como esto? ¿Cómo que con una simple calabaza al brotar agua se haya formado el mar? Este tipo de situaciones son una de las menos creíbles que podríamos extraer del mundo taíno y sobre su concepción de la creación de la naturaleza. Ahora bien, el mito taíno que explica la creación del mar a partir de una calabaza puede parecernos inverosímil desde una perspectiva científica. Sin embargo, es importante comprender este mito dentro del contexto de la cosmovisión taína, donde la naturaleza era vista como un ente vivo y lleno de espíritus. No obstante, sea creíble o no, hay que reconocer el valor cultural que tiene este mito para los taínos.
Pané nos cuenta: “En cuya casa había diecisiete personas, que todas se hicieron cristianas, con darles sólo a conocer que hay un Dios, que ha hecho todas las cosas, y creó el cielo y la tierra, sin que otra cosa se discutiese ni se les diese a entender, porque eran propensos a creer fácilmente.”
Realizar una comparación de la fe en Dios en la actualidad con la fe en las deidades del mundo taíno, comprende encontrar diferencias significativas. La fe actual en Dios suele basarse en una búsqueda personal y una profunda reflexión teológica, mientras que la fe taína estaba más ligada a la experiencia directa con la naturaleza y la observación de los fenómenos naturales. La fe, en cualquiera de sus formas, es una experiencia personal y compleja. Además, es importante destacar que la religión taína era un sistema de creencias profundamente arraigado en su contexto histórico y cultural.
Para finiquitar, el reflejo de nuestros orígenes evidentemente está remontada desde la cultura taína con todo lo que ella arrastra, su cultura, sus creencias, sus leyendas y todas aquellas visiones que caracterizan a estos primeros habitantes. Al mismo tiempo, no podemos dejar de lado cómo este libro también nos ayuda a poder realizar conexiones con libros como “El Popol Vuh”, “Dioses y hombre de Huarochirí”, entre otros.
Es muy importante destacar que de este lado lado, está la obra de Fray Ramón que nos abre una ventana a un mundo fascinante, redescubriendo la riqueza cultural taína y su profunda conexión con la naturaleza. Este libro es un legado invaluable que nos invita a reflexionar sobre nuestra identidad y fortalecer nuestro vínculo con la historia.