Las campanadas del fenómeno en camino comenzaron a sentirse en los días finales de 1971. Radio Pedernales, la primera emisora del pueblo desterrado, estaba en transmisión de prueba.
Los pedernalenses oían estaciones de radio haitianas, del Caribe colombiano y venezolano y algunas de la capital con mucho ruido e intermitentes, como Radio Clarín, Radio Mil y Radio Comercial.
La comunicación telefónica era rudimentaria. Se hacía desde un centro a través de un aparato de batería en línea con otros pueblos cercanos. El operador lo hacía sonar girando una manigueta. La cantidad de vueltas determinaba la conexión con el destinatario. Y así, hasta Barahona, donde sí había un teléfono electrónico.
El teatro Doris (cine), en la avenida Duarte casi esquina 16 de Agosto, al norte de la comarca, servía para catarsis de esta comunidad agrícola y minera, en la parte más austral del territorio dominicano, en la frontera con Haití, a 307 kilómetros del Distrito Nacional.
Era de lo muy poco que existía durante las décadas 50 hasta el 70 del siglo XX como espacio de entretenimiento para escaparse de la monotonía y la falta de oportunidades.
El Doris era mucho más que un simple cine. Era parte de la cotidianidad comunitaria. De su cultura.
Por las bocinas giratorias ubicadas sobre el techo de la caseta de proyección no sólo anunciaban la película de la noche, o la matinée del día. Por ellas, la comunidad se enteraba de los velorios, los Nueve Días, los torneos deportivos, los bailes en los clubes, los anuncios sobre gravedad de pacientes. Y por ellas jóvenes enamorados dedicaban canciones románticas de Sandro, Leo Favio, Adamo, Leo Dan, Javier Solís, Jorge Negrete, Pedro Infante.
Pedernales no sufría de contaminación sónica. La tranquilidad estaba normalizada. La parte urbanizada se agotaba en unas cuantas cuadras concentradas. En los cuatros costados del poblado se escuchaba con claridad la introducción vibrante del anunciador Fernelis Dotel: ¡Atención, mucha atención, esta noche, el Teatro Doris presenta…!
EMPRENDIMIENTO POR EL ARTE
La sala de cine comenzó sus funciones en un local de zinc que había sido construido como facilidad de la colonia para despuntar café. Allí habían operado la bodega de Sadhalá Cury y el Partido Dominicano (de Trujillo).
Atribuyen a Pipín Fernández Mancebo la reconstrucción, instalación, operación del primer proyector (16 milímetros) y el entrenamiento a varios jóvenes de Pedernales; entre ellos, Fernelis, Nolin, Glory.
El público se sentaba en hileras de sillas de guano vulnerables a las chinches, o en bancos. Por la carencia de techo, siempre estaba expuesto a tiros de piedras e insufribles huevos podridos lanzados por mozalbetes; travesuras que luego contaban con desparpajo en corrillos del parque del pueblo y juntes de vecinos.
Fernelis Dotel, quien después sería gobernador en el gobierno de Salvador Jorge Blanco (1982-1986), anunciaba las películas, originariamente, a través de un cono de latón truncado que le servía de altavoz. Luego por las bocinas normales. Tenía a Nolin como ayudante. Cada film tenía tres rollos. Cuando terminaba uno, el operador debía ingeniársela para montar el siguiente en el menor tiempo.
Inició con películas rentadas al famoso cine Ercilia de Barahona. Luego alquiladas en Santo Domingo por gestión de Santo Sinencia, hermano de doña Nurys Mancebo (La Pupa), dueña del negocio. Más adelante las llevaban desde Cabo Rojo, tras ser disfrutadas en el cine al aire libre exclusivo de empleados y parientes de los empleados de la minera estadounidense Alcoa Exploration Company, que explotó los yacimientos de bauxita desde los años 50 y caliza hasta mediados de los 80.
Bretón apela a su memoria y relatos de su padre Rubén Bretón, expresidente del Partido Dominicano, corresponsal-representante de venta de El Caribe en la época.
“Cuando doña Nurys Mancebo (La Pupa) bajó de Jimaní lo hizo con la intención de hacer negocios para mantener a sus hijos. El Gobierno había decretado un subsidio a todo el que emprendiera un negocio diferente a la bodega o pulpería, como la farmacia, el cine y otros. Entonces hizo que su hermano Santo le ayudara a conseguir las películas que proyectaba algún cine de Barahona, y, aprovechando que Sadhalá Cury había quitado la bodega del antiguo edificio de la depuradora de café, y aprovechando que ya el Partido Dominicano se había mudado, tomó ese edifico de paredes y techo de zinc, le puso bancos de madera y sillas de guano, y en un extremo colocó un tablado a buena altura para colocar un único aparato para cintas de 16 milímetros, y en el otro extremo un telón blanco bien estirado. Así alquilaba películas que llegaban de dos o tres rollos, y comenzó a pasar películas mexicanas. Ahí yo vi películas de Jorge Negrete, Pedro Infante, María Félix, Agustín Lara… Fernelis Dotel era el anunciador con un cono truncado construido de latón, como altoparlante. Se oía en todo el pueblo… Así fue hasta septiembre de 1955. Luego, La Pupa, apurada por las autoridades por el subsidio del cine, inició la construcción de un edificio para el cine, en block y sin techo en el sitio donde había estado el Teatro Doris”.
Luis Vencedor Bello Mancebo (Vencito), 68 años, es hijo de Felicia Mancebo, hermana de La Pupa. Es autor del libro: “Memorias de Pedernales. Vencedor Bello y Alcoa Exploration Co.”.
“El cine Doris data de los años 50 y fue construido ahí, en ese gallinero que una vez fue de la cooperativa de caficultores. Cuando eso propiedad del ayuntamiento, o del Estado. Incluso hubo un tiempo en que fue la sede del Partido Dominicano… Después doña Nurys Mancebo (La Pupa) le compró eso al ayuntamiento, creo que por 18 pesos”.
Y precisa: “Era como una emisora. Pedernales era un pueblo pequeño. En ese tiempo la ciudad era las casas que construyó el generalísimo Trujillo en las calles Duarte, Mella, Juan López, Genaro Pérez Rocha… Por el cine, los jóvenes aprendimos a apreciar canciones con calidad, se nos saludaba… todo lo que hacía en una emisora. El huracán Inés (29-9-1966) lo destruyó y después lo reconstruyó doña Felicia, mi madre. Continuó mejor porque ya no tiraban huevo huero, ya estaba techado, además se trajeron aparatos en cinemascope. Creo que esos aparatos pertenecían al cine de Cabo Rojo. Así llegó hasta la década de los 70 como Cine Doris, pero Lulú Pérez (primer abogado de Pedernales) lo rentó y le puso el nombre LP (iniciales de su nombre… Llegó a funcionar paralelo con el Cine Pedernales (también destechado) que había sido una idea de don Vencedor. Mister Coop (Albert L. Coop), socio de don Vencedor en la fundación de la Alcoa. Él vino a RD a exigirle a Mister Hughson (Patrick N. Hughson, gerente general de la empresa) que tenía que construir el cine Pedernales”.
El 19 de diciembre de 1960, El Caribe destacaba la inauguración del Teatro Doris, construido a un costo de 10 mil pesos.
La información del corresponsal Rubén Bretón destaca que fue inaugurado con una función gratuita, “como contribución de la iniciativa privada a la progresista política del generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Padre de la Patria Nueva”. Acota que el teatro es propiedad de María Nurys Mancebo, quien dedicó un brindis por el Padre de la Patria Nueva.
UN CAMBIO RADICAL
Era 4 de marzo de 1972. El pueblo estaba asombrado. El presidente Joaquín Balaguer dejó inaugurada Radio Pedernales en un local propio ubicado al final de la calle Duarte, a orillas de la playa local, que aún existe pero con sus días contados si el Gobierno cumple el compromiso de construir el frente marino como parte del proyecto de desarrollo turístico.
Su poema Lucía, hecho criolla por Machilo Guzmán, e interpretada por Camboy Estévez con acompañamiento de la orquesta de Primitivo Santos, arrancó la programación de la estación de la Cadena Fronteriza de la Dominicanidad (Radio Barahona, Radio Neyba, Radio Jimaní, Radio Pedernales) propiedad de Rodolfo Lama Jaar.
Ramón Pérez Carvajal, locutor y enfermero pedernalense, ponía la primera voz al aire. Otros colegas llegarían desde Radio Barahona: Francisco Suero (Chichí), director; Liony Amador y luego Dante Acosta para sustituir a Pérez Carvajal. También llegaron Carlos González y Milquíades Vargas.
Con la puesta al aire de la emisora, la bocina giratoria del Teatro Doris (Cine) pasaba a la historia.
Radio Pedernales carecía de teléfono. En el pueblo no existió el servicio hasta inicios de los años 90 en que la Compañía Dominicana de Teléfonos (Codetel) lo instaló y lo celebró como el cliente residencial 500,000, tras una sistemática campaña mantenida durante años a través de la estación.
El texto leído por el locutor, decía: “La instalación del teléfono automático en esta provincia es una necesidad urgente”.
Otras dos campañas estuvieron en el aire. Una sobre la urgencia de un cuerpo de bomberos y la otra sobre la conexión de la provincia al sistema eléctrico nacional, que rezaba: “Es imprescindible que la mal llamada Corporación Dominicana de Electricidad extienda hasta esta apartada zona fronteriza, las redes eléctricas”.
En 2024, ese reclamo no se concreta, aunque está a término.
Los servicios públicos eran patrocinados por el ayuntamiento. “Este ha sido un servicio a la comunidad que ofrece el ayuntamiento municipal”, decía la grabación al final de los mensajes comunitarios.
No había teléfono para llamar, pero los oyentes y anunciantes asistían al local para solicitar canciones, anunciar actividades y colocar publicidad. Otros iban a mirar a través de los cristales a los locutores en plena acción.
Morales Nova, un hombre menudo con condiciones especiales, recorría cada rincón del pueblo con su radito al oído, todo el día, orgulloso de los locutores y la programación.
Una camada de jóvenes nativos ya había recibido entrenamiento en la cabina. Debían pasar la prueba del buen hablar, respeto a la audiencia y la disciplina que exigía la dirección de la empresa. Cimentarían la base para recibir a otros grupos de talentos.
Fueron pioneros: Manuel Pérez y Pérez (Manolo), quien produjo el primer programa cultural, educativo e informativo de la comunidad (Horizontes Culturales); Edell Matos, quien luego dirigiría la emisora y sería alcalde de la ciudad; Tony Polanco (Caballito), coordinador de locutores; Francisco Pérez (Teleleco), el profesor Teudy Pérez y Pérez y Fausto Ramón Matos Vargas. Luego mujeres como Dalia Féliz y Magaly Fernández.
ÉPOCA DE EMOCIONES
Dante Acosta, 74 años, nativo de Polo, Barahona, aunque criado en la capital, hace cuatro décadas que vive en Kendall, Miami, FL. donde posee la estación Café 90 FM Radio. Es referente de perservaerancia.
Desde allí produce dos programas con la coproducción de Julián Almonte, locutor pedernalense que reside hace más de 20 años en Yonkers, Nueva York: Bachateando y Cafesón.
“Cando regresé a Barahona, en 1965, la radio me fascinaba. Comencé a visitar los estudios de Radio Barahona, pero no podía incursionar porque tenía frenillos. Un día fui al hospital Jaime Mota para ver si me los podían cortar, y así fue. A partir de ahí comencé a solicitar para practicar. Hablé con Rodolfo Lama, el dueño, y ya sabes, él no daba nada si tú le devolvías. Me puse a ayudarle en el papeleo y a numerar discos de los que se mandaban a las emisoras de la cadena. Así logré entrar a cabina para aprender. Mi instructor fue Sucre Muñoz. Luego enseñé a otros, a muchos”.
Cuenta que “un día se presentó la oportunidad en Radio Pedernales porque Ramón Pérez Carvajal (primer locutor) tuvo problemas de salud (mentales) y tuvieron que sacarlo. Yo fui por él. Desafortunadamente, amigo de él, tuve que sustituirle. Rodolfo me presentó al staff, que era Francisco Suero, Liony Amador”.
GUAGUAS ANUNCIADORAS
Radio Pedernales, hoy, no está sola ni conserva el perfil originario. En la frecuencia 1,560 kilohertz AM se limita a repetir la programación de su frecuencia modulada, Trueno 99, basada en música variada y animación.
Otras emisoras transmiten desde el municipio: Jadipa 89.1 FM, de la familia del exsenador del Partido Revolucionario Dominicano Ángel Dignócrate Pérez (fallecido); La Kalle, del Grupo Telemicro, y las CTC (comunitarias del Gobierno). Hay canales digitales como Cherry Channel TV Media Studio y Limón, que está adscrito a un telecable. Algunos jóvenes tienen podcast y otros transmiten por Facebook Live.
Pero las “guaguas anunciadoras” causan estragos en el negocio e impactan al medio ambiente. El monopolio de la audiencia es cosa del pasado. Hay opiniones variadas sobre el retorno y predominio de la bocina como medio de información.
El periodista y presentador de noticias de televisión nacional, Francisco Medrano, hizo pinitos en Radio Pedernales.
“La manera de comunicar en Pedernales ha experimentado un cambio que si bien uno pudiera considerarlo involución a partir de las nuevas tecnologías existentes, se ajusta mucho a la realidad de un pueblo con características particulares, muy pobre. Muchas personas carecen de las vías de acceso de comunicación. A esto se suma que, diferente a las metrópolis, la radio en los pueblos ha perdido mucha fortaleza”.
Para él, quienes deciden escuchar la radio no tienen que irse a las ondas hertzianas, sino que lo hacen a través de las plataformas digitales.
“Y ese es un público selecto que tiene la posibilidad de acceder a un dispositivo electrónico y con data de Internet para escuchar en el momento que lo considere. Escuchar radio en este momento no es tan importante como antes, que se podía escuchar justo en el momento que se emitía para poder captar el mensaje”.
Sobre el perifoneo, o emisión de mensajes a través de múltiples bocinas de alta potencia montadas en una camioneta que recorre la comunidad, Medrano comenta que “es penoso decirlo, pero es la forma en que le llega más directo a la población y es más barato”.
Critica el carácter coercitivo al imponer el mensaje a la fuerza, así como el alto volumen con decibeles que dañan la salud de los humanos.
“En 1997 estuve en Radio Pedernales y todavía se hacían los anuncios de la notas luctuosas, bodas, actividades sociales, cumpleaños, encuentros en comunidades. Se escuchaba en las casas. No tenía la competencia de hoy”.
De cara al desarrollo turístico -entiende- medios y comunicadores locales necesitan seguir fortaleciendo los conocimientos sobre el sector turístico. Aconseja no limitarse sólo a la promoción de los atractivos.
“También deben jugar un papel social, atender demandas colectivas, ayudar a la concientización. Son muchas las cosas que hay que hacer en cuanto a la integración de la comunidad en relación con una actividad como el desarrollo turístico”, puntualiza.
La periodista Naty Vallejo opina que el problema no es de credibilidad de los medios actuales, sino económico.
“Es más fácil, el perifoneo. Si hay cinco emisoras, tendría que colocar el anuncio en cada una y que lo pasen varias veces al día a un precio estimado de 250 pesos cada vez que lo pasen; sin embargo, en la guagüita yo escojo horarios estratégicos, andan todo el pueblo y sólo pago 700 pesos. Además, no todo el mundo tiene redes sociales ni todo el mundo tiene Internet, ni todos escuchan la misma emisora; por eso, tendría que colocar mi anuncio en todas para que lo puedan escuchar. El perifoneo es constante”.
Cree que medios locales juegan un rol importante en el proceso de desarrollo turístico porque venden los atractivos del destino y eso tiene un impacto socioeconómico positivo.
Vencito Bello Mancebo cree que las “peinadoras” o anunciadoras son “obra de la política. Los políticos tratan de ahorrarse lo más que puedan. Esos instrumentos se los facilita la política. Llegan a la gente que ellos entienden que debe escucharlos. Las anunciadoras son abusivas hasta para mí, y demás propietarios de tierras de Pedernales, porque las usan hasta para anunciar reuniones para tratar cómo van a invadir tierras”.
“Radio Pedernales, cuando comenzó, era una emisora de verdad, competente, comparable a las de la capital y otras ciudades grandes. Hemos vuelto a cuando antes de Radio Pedernales, a cuando el Partido Reformista y el PRD tenían sus pugnas políticas entre Cachuchita Roja y Casimiro Castro. Y Fernelis y todos esos políticos andaban por las calles anunciando… No sé si las emisoras no tienen la misma categoría, o es que quizás las de ahora no usan personal calificado”.
Bretón: “La proliferación de medios diluye el impacto de cada medio. Cuando era sólo Radio Pedernales, todo el pueblo la escuchaba y, por tanto, el anunciante estaba seguro de la efectividad. Los anuncios son locales. Eso pasaba con la bocina del cine Doris. Tenía un potente amplificador que se oía desde la recta de Los Olivares hasta Anse a Pitre. Cuando el ciclón destruyó el cine y lo reconstruyeron, ya no tenía bocina y la emisora, al salir al aire, lo sustituyó”.
Pedro Heredia, locutor, se ha dedicado a reportes sobre actividades provinciales, vía Facebook Live.
“La calidad de la producción de programas ha descendido y no son opciones como para que el público esté atento a esas estaciones. La alta tarifa también influye. Para poner un programa de radio de una hora es un dineral. El perifoneo por los discolai es una tarifa bien cómoda; por eso la proliferación y el abandono de la radio. Hay más de 10 o 15 discolai que dan opciones baratas. Al ser un pueblo pequeño, te anuncian en una hora 40 o 50 veces lo que una emisora no hace en cinco o seis horas. Y llegan más rápido a la gente, aunque están afectando la tranquilidad… No hay control”.
Porfirio Ruiz Jr., locutor comercial, “Se ha vuelto a utilizar el perifoneo por dos razones: La primera, si bien hay un grupo de personas que tiene celulares, no necesariamente tienen Internet prepagado. La radio está ahí, pero tiene unas tarifas por segundo. No todo el mundo tiene el presupuesto para costear. Además, hay estaciones que no anuncian fines de semana, sino que lo hacen de lunes a viernes. La segunda es que hay una asociación de perifonistas que, para bien o para mal, ha estado haciendo propuestas a personas. Se han convertido en mercaderes, capturadores de anuncios. Otra razón, eventual, es que cuando fallece una persona, los familiares no siempre tienen el dinero para pagar las tarifas en radio y entonces apelan al perifoneo, que puede pagar en uno o dos días. Pero el perifoneo no debería utilizarse”.
El locutor Ángel Melo Heredia, director de Trueno-Radio Pedernales, considera que la inauguración de la emisora fue un fenómeno.
“Recuerdo el escándalo que se armó. Esos locutores que trabajaron por primera vez en la emisora, representaron un patrón para quienes les siguieran después… Ustedes quedaron irreemplazables con la animación, la música”.
En cuanto al perifoneo, reconoce que es la moda, pese a los daños que provoca a la salud con los volúmenes altos. “La gente es con lo que se coja”, puntualiza.
Sostiene que los medios locales revisten gran importancia para el desarrollo turístico. “Debemos vender una imagen positiva”.
Julián Almonte, 68 años, uno de los egresados de Radio Pedernales, habla desde Nueva York.
“Me apasionaba era ver las destrezas, habilidades, escuchar las bonitas voces y animación de locutores como Lioni Amador, Manolo Pérez, Carlos González. Además, escuchar estaciones como Radio Rumbo, Radio Punto Fijo, de Venezuela, Radio Universal de Colombia y de Santo Domingo, Radio Clarín… Siempre me decía: Yo quiero ser como ellos”.
Relata que luego de mirar mucho en Radio Pedernales y leer muchas noticias de recortes de periódicos con Luis Eduardo Acosta (Luis Carita), “pedí al director Francisco Suero que me dejara aprender, practicar. Luego fui empleado del 77 al 79 y ganaba 25 pesos”.
“Una vez el que estaba como coordinador en ese momento, Tony Polanco, me suspendió por un mes porque saludé a un oyente, Santo Negrita, con una canción de Sandro, y cuando extendí el brazo para darle a arrancar al plato con el disco, no lo hallé. Exclamé, con el micrófono abierto: ¡Y dónde diablo e que ta!
Para Almonte, hoy hay un problema serio de calidad, “cualquiera habla frente a un micrófono; hay mucha tecnología, hoy, pero la formación y el respeto a los oyentes no han ido a la par”.
Andrés Pérez y Pérez, ingeniero de Pedernales residente en Estados Unidos: “El retorno a la guagüita anunciadora es un retroceso, además de ser muy molestosa. Estas bocinas a alto volumen contribuyen directamente a la contaminación auditiva con una incidencia negativa sobre la salud de las personas. Al menos debe controlarse el nivel de ruido producido y limitar el horario de usos. Es un problema medioambiental”.
Cexia Francés, periodista-correctora nativa de Pedernales, con residencia en León, España, es dueña de la agencia de viajes online Go on Tour Travel (Vete de Viaje).
“Nos ha ganado la inmediatez, todo se quiere para ya mismo. También con las redes sociales y mensajerías instantáneas, es más fácil; además del fácil acceso a Internet, te dan acceso gratuito… Ya casi nadie escucha la radio, y los políticos y comerciantes lo han notado, y se han reinventado -o retrocedido-, pero han visto que les está funcionando”.
Cree que los medios locales deben ofrecer un contenido de calidad. Frente a los desafíos turísticos –advierte- los divulgadores de esos medios deben formarse, ilustrarse, mejorar la dicción y la ortografía; aprender sobre ética profesional y a hablar desde la razón y no desde la pasión. Ser referentes para las futuras generaciones.
De los locutores pioneros, algunos no pueden ser testigos del presente. Han fallecido: Francisco Suero, Ramón Pérez Carvajal, Manuel Pérez y Pérez y Milquíades Vargas.