En uno de sus conciertos, Pavel Núñez cuenta que alguien le preguntó ¿Por qué sigues cantando ese tipo de canción? A lo que él respondió: porque cuando Maluma se pelea con la novia no puede dedicarle felices los cuatros. Lo que quiere decir que la música de cantautores, la poesía sigue siendo necesaria al alma humana. Esta que nace junta con el hombre moderno, la música y las ciencias, que estuvo por mucho tiempo ligada a la religiosidad, el culto a la tierra, la misma que pasa por altas y bajas y florece con el modernismo en el siglo XXVIII. La poesía como madre de las demás expresiones literarias ha estado siempre ligada al amor, no necesariamente a ese ideal de amor que cubre el imaginario popular; el felices para siempre de Disney o ese que empieza a permear la vida posmoderna; el manipulado por el mercado de consumo, sino, aquel  que sensibiliza al alma humana, sin importar las circunstancias, ni su devenir. De lo que se puede decir que hay una relación de simbiosis entre el amor y la literatura, al igual que, existen símbolos del amor legados por esta a la humanidad.

Para el año 2 a c. Ovidio escribe sus libros didácticos y poéticos El arte de amar, en tres tomos que aconsejan a los hombres para conquistar mujeres, para mantenerlas y a las mujeres para no perderlos.   Pero ojo, no para practicar con las esposas, sino, con las demás, porque para ese entonces los matrimonios eran contratos, no por amor.  Dadas sus motivaciones a la libertad amorosa y sexual fue desterrado, Augusto los consideró un atentado contra la moral.

En la literatura clásica tenemos los poemas homéricos La Ilíada y la Odisea, a pesar de su importancia para los griegos y su función didáctica en su momento, el mundo conoce y recuerda a   Penélope, como símbolo de la fidelidad. Tópico o personaje que se ha mimetizado en otras expresiones artística como la pintura, el cine y especialmente la música. Artistas como Joan Manuel Serrat, José Luis Perales, con su versión masculina, y el grupo Maná en rock con En el Muelle de San bla han inmortalizado a Penélope.

En la edad media está El libro del buen amor que contiene una parte dedicada a la educación amorosa.

En el Renacimiento está el emblemático drama Romeo y Julieta, tragicomedia que tiene como centro el amor, miles de historias se han replicado, miles de filmes, adaptaciones en el teatro, mitificación en la música y hasta el sol de hoy es un símbolo del amor y la pasión. Está Cervantes, que, aunque su Quijote se puede ver desde distintas miradas y se considera una novela de caballería está la dulcinea, la amada idealizada por el hidalgo que hoy se Conoce como símbolo de la mujer ideal a los ojos de su amado. Asimismo, Bécquer dedica varias de sus rimas al amor, desamor y desengaño y del drama Don Juan Tenorio queda el símbolo de don Juan para quien es diestro y variado en la conquista.

En el romanticismo hispanoamericano tenemos la novela María de Jorge Isaac, que, aunque no contienen el esperado final feliz, sino que el amor romántico es tronchado por la enfermedad y la muerte, muestra el amor que refleja lo más puro del sentimiento humano, la incondicionalidad, empatía, ese amor que, aunque no se consuma deja sentir la vida en carne y espíritu, el amor que inicia la esperanza de una vida plena.

En el realismo que trata de cambiar las características del romanticismo, presenta a un ser humano más social y realista, aún así hay muestra de amor como sentimiento liberador, por ejemplo, la novela Noches blancas de Dostoyesvski.

En la primera mitad del S.XX marcada por dos guerras mundiales, dictaduras y otros males para el mundo, la literatura se vuelve reflexiva, socialista, existencialista. Luego escritores como García Márquez que, aunque en todas sus obras trabaja el amor desde diferentes perspectivas pare su única novela dedicada solo al amor El amor en los tiempos del cólera, en la cual Florentino Ariza ha esperado 51 años, 9 mese y 4 días por el amor de Fermina Daza, Florentino vivó todo ese tiempo enamorado de Fermina, aunque ella se casó, formó familia y enviudó. En último momento, aunque viejos, con la flacidez en la piel, la memoria y el alma envejecidas inician un amor que prometió ser eterno. Y hasta la archi famosa y despechada Shakira interpretó y grabó un tema para la película basade en esta novela.

Mario Benedetti, aunque su obra es variada no dejó de escribir al amor tanto en verso como en prosa. En su novela La tregua, por ejemplo, un viudo de 49 años se enamora de una joven de 24 que entra a trabajar junto con él, establecen una relación de amor, justo cuando decide pedirle matrimonio, ella enferma y muere; aquí se quiebra el final feliz, pero refleja u amor, que cuando se siente y se vive, devuelve a la misma vida. Fue recuerda a quienes lo viven su humanidad, vulnerabilidad y el placer, esta novela fue llevada el cine con éxito, nominada para los premios Oscar.

El premio nobel Pablo Neruda, aunque tuvo una vida dedicada tanto a la literatura como a la política, escribió al amor veinte poemas de amor y una canción desesperada; poemas que por años han sido símbolo del amor juvenil, así como en los versos del capitán y en su autobiografía llamada Confieso que he vivido dedica un apartado al amor.

En fin, la literatura y el amor forman una aleación inseparable, la primera ha legado símbolos del amor a la humanidad; los que se han mimetizado en otras expresiones artísticas, este artículo muestra algunos ejemplos de ello.

Andrea Teanni Cuesta Ramón en Acento.com.do