Triste e incansable ha sido la lucha de hombres y mujeres que se han dedicado a lo largo de sus vidas a izar su voz en busca del derecho de igualdad y respeto, ante una sociedad apegada a los designios religiosos y estatus sociales. Esta declinación u orientación se ha comprometido con la búsqueda constante de su identidad, tanto en apariencia física, como en el concepto de su visibilidad en la opinión social.

Un ejemplo de ello es su bandera, la cual esta inspirada en el arcoíris que se forma en las alturas cuando el prisma del agua se combina con la luz solar. La misma fue elegida por su gama de colores ya que, esto expresa lo diverso que suele ser la comunidad, por la que están compuestos. Para la comunidad Queer, Gay o sus siglas LGTBQ+ estos colores definen su esencia como un enter que los introduce a la sociedad que habitan, ya que para estos no son colores al azar, sino sinónimo de un significado especial, señalando que el rosa representa el sexo, el rojo como significado de vida, el amarillo como ejemplo de la luz del sol, el verde en representación de la naturaleza, el turquesa con relación al arte, el índigo para la armonía, y el violeta para el espíritu.

Izar esta bandera se ha convertido en jubilo y muerte para muchos, ya que para una gran masa ha sido su paso a la libertad, pero para otro gran grupo ha sido su pasaje directo a tumba, resultado

del odio y la homofobia expresado públicamente hacia ellos, los cuales han tenido que resistir la persecución constante a lo largo de los años. La principal represalia la tenían con la iglesia, para la cual estos eran una representación de abominación ante la presencia del altísimo, la política por su parte lo veía como ridículo e incompetentes por ser minoría y la sociedad en general les rechazaba por el simple hecho de parecer diferentes o querer ser en específico algo que no eran en realidad. Diferentes personalidades se han dedicado a lograr el cambio, trayendo a una nueva generación más desinhibida, menos cohibida y mucho más permisiva, pero siendo esto un logro de las luchas de sus sucesores. Remontándonos a los inicios hay que destacar que uno de los principales representantes de esta corriente social fue Karl Heinrich Ulrichs, un jurista, escritor, periodista alemán y activista por los derechos civiles, fue conocido por ser uno de los primeros en alzar su voz por los derechos de las personas homosexuales. Tiene un escrito llamado “investigaciones sobre el enigma del amor entre hombres”, el mismo argumentó que “la homosexualidad era una variante natural de la orientación sexual y no una enfermedad o un delito”. Además de sus contribuciones teóricas este abogó por la abolición de la abolición de las leyes que penalizaban la homosexualidad en Alemania.

Bandera arcoiris.

De esa misma época viene a escena el médico Magnus Hirschfeld, sexólogo judío alemán, defensor de los derechos homosexuales, el cual se destacó por su lucha en pro de las personas transgéneros, desempeñó un papel crucial en la fundación del “Comité Científico-Humanitario” una de las primeras organizaciones dedicada a la defensa de los derechos de personas homosexuales. Además de su activismo Hirschfeld fue un científico respetado. Participó en la redacción del primer borrador de la “Ley para la Reforma del Párrafo 175”, una ley alemana que criminalizaba la homosexualidad, y abogó por su abolición. A pesar de los desafíos y persecuciones que enfrentó durante su vida, su personaje es recordado como un pionero valiente de la lucha por la igualdad. De este autor resalta una frase que reza de la siguiente manera:

“El amor es un conflicto entre reflejos y reflexiones”.

 Con la cual expresa lo difícil que es entender la realidad amorosa desde la perspectiva ajena o circunstancia social.

En esta misma escena debuta Ernst Burchard, colega del ya mencionado Magnus Hirschfeld, también medico sexólogo y creador junto a este del “Comité Científico-Humanitario”, defendió como médico en varios casos a perseguidos por “el Artículo 175”, el cual exponía la penalización de relaciones entre personas del mismo sexo. Publicó varias obras con relación al tema, las cuales llevaron por nombre: “Psicología de autoacusación”, “El infantilismo Sexual” y “Enciclopedia Completa de la Vida Sexual”. También escribió varios poemas para la revista “Der Eigene” siendo esta la primera revista del mundo para homosexuales.

Dejando ya plasmado a estos autores como los principales representantes masculino de este movimiento, que hasta la actualidad sigue causando revuelo, conozcamos también a las influentes en la lucha femenina mexicana, mujeres que se rebelaron contra el mundo haciendo escuchar su voz y tomando posesiones en diferentes ámbitos sociales de la ciudad de México.

El activismo lésbico en México surgió hace alrededor de 50 años, como producto de la confluencia del movimiento feminista y el de la diversidad sexual.

Sin duda, la pionera del activismo lésbico en México es Nancy Cárdenas. En 1971, la activista, escritora y dramaturga participó en la fundación del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria “FHAR”, primera organización dedicada a la defensa de los derechos LGBT

En 1973, Cárdenas se convirtió en la primera persona en salir del clóset en televisión nacional. Lo hizo durante una transmisión en vivo del programa 24 horas, de Jacobo Zabludovsky. Luego, en 1974, venció la censura para realizar la puesta en escena de “Los chicos de la banda”, primera obra de contenido LGBT+ representada en México. Ese mismo año publicó junto a otros activistas el primer manifiesto en favor del derecho de los homosexuales.

La lucha sigue en camino, abogando por esos que aún no tienen voz, por los que por miedo a perder un empleo no se atreven a decir yo soy, por aquellos con miedo a ser echados de casa, por sus padres homófobos con falta de información, por aquellos que su círculo social les obliga a decir lo contrario, solo por sentir que pertenecen.

Pero Cárdenas no estuvo sola. En aquella época también inició su activismo lésbico otra referente del movimiento LGBT+ en México: Patria Jiménez. Al igual que Cárdenas, Jiménez participó en la primera movilización de colectivos de la diversidad sexual el 2 de octubre de 1978. A la postre, se convertiría en la primera diputada federal abiertamente lesbiana en 1997. Su participación en aquella legislatura fue clave para lograr la despenalización de la homosexualidad en México.

El año de 1975 marcó un punto de inflexión para el activismo lésbico en México. Ya que en ese año el país fue como un anfitrión de los eventos por el Año Internacional de la Mujer. Y gracias a la iniciativa de Nancy Cárdenas, se leyó la Declaración de los Derechos de las Lesbianas, un documento que llamaba a la unidad del movimiento lésbico-gay.

Tras ese acontecimiento, surgieron los primeros grupos de activistas lesbianas en México. En 1975 se creó el colectivo Ákratas, grupo feminista separatista de ideología anarquista fundado por Marcela Olavarrieta.

En otros ámbitos y de diferentes localidades se ha conocido la participaron de otras feministas que dieron luz a otra de las letras que conforman este glosario de palabras utilizadas para nombrar a esta corriente social. La letra en cuestión es la Q, con la cual se escribió la palabra Queer, cuyo significado es “raro o extraño”, y se le atribuye a este colectivo como un insulto por ser diferentes o por no pertenecer a la norma “heterosexual”. En este campo se desarrolla una corriente feminista que abogó desde importantes posiciones políticas, y estatus sociales por la preservación de los derechos de igualdad. Cabe destacar que el feminismo fue una propuesta social que con su trabajo intenta introducir una ideología de libertad al proponer la libertad de expresión de la mujer, en una sociedad que solo ve al hombre como guía.

Entre las precursoras del feminismo desarrollado en Estados Unidos conocemos a Judit Butler, una filosofa, materialista y estructuralista judía, que ha realizado importantes aportes desde su gestión. Dentro de los aportes teóricos que se tienen de esta eminente mujer se redactan algunos que sostienen que, en las décadas previas a su trabajo se comenzaba a cuestionar la idea del sexo como una esencia natural del ser humano. Una de las contribuciones más destacadas del trabajo de Butler es su teoría de “la performatividad del género y la sexualidad”. En sus obras se pregunta acerca de la formación de la identidad y la subjetividad, trazando el proceso por el cual nos convertimos en sujetos cuando asumimos el género.

Otra importante precursora sucesora a esta es Eve Sedgwick kosofsky, la cual fue una pensadora feminista, especializada en los campos de los estudios de género, teoría Queer y teoría crítica. Contrario a Judith Butler, su trabajo radicaba en el desconstructivismo, haciendo una crítica desde su propia perspectiva acerca del género y la sexualidad humana.

Emitió varias obras importantes entre las cuales se pueden señalar “entre hombres” “literatura inglesa” y, “El deseo homosocial masculino”. En el cual trata de demostrar la inmanencia de los lazos entre hombres y su estructura prohibitiva, a los lazos entre hombres y mujeres en la literatura inglesa del siglo XIX, su libro se enfoca los efectos opresores, sobre las mujeres y los hombres, de un sistema en el que el deseo de los hombres por otros hombres se convierte en inteligible al ser dirigido principalmente a través del deseo triangular implicando a una mujer.

Además de ellas, también nos ilustra la filósofa Donna Haraway, la cual se destaca en el campo de los estudios de ciencia y tecnología. Su trabajo se caracteriza por la protección que profesa de relación humano animal; pero el trabajo que la vincula a esta corriente de mujeres feministas y defensoras de sus derechos a existir libremente y disfrutar de leyes y derechos de privacidad protegida es el haber ensenado “Estudio de la Mujer” y ciencia general en la universidad de Hawái.

Ya saliendo de éste campo americano no podemos dejar de mencionar a Teresa Lauretis, una teórica feminista italiana, que realizó importantes aportes a los estudios de género, tanto cinematográfico como también en el campo del psicoanálisis. Fue la primera persona en utilizar en término “Teoría Queer”, para acentuar las discontinuidades con los estudios gays y lésbicos.

Luego de conocer de dónde se desborda tanta lucha, tanto empeño en pertenecer, es que se entiende un poco porqué este colectivo asume todo en forma de protesta. Teniendo en medio siempre a una sociedad opositora que, con todas sus construcciones sociales, leyes y parámetros a cumplir de normalidad, impiden la completa aceptación de estos como enter social, digno de toda igualdad como ser humano que es, sin inmiscuir su género, sexualidad o apariencia física.

En la actualidad la lucha es menor, pero aún continua, con gigantescos monstruos sociales que desde sus gabinetes se encargan de, a través de un papel, elegir quien pertenece o no a esta sociedad y disfrutar de todo lo que como ser humano corresponde recibir. La lucha sigue en camino, abogando por esos que aún no tienen voz, por los que por miedo a perder un empleo no se atreven a decir yo soy, por aquellos con miedo a ser echados de casa, por sus padres homófobos con falta de información, por aquellos que su círculo social les obliga a decir lo contrario, solo por sentir que pertenecen.

Ya se ha logrado vencer la confinación en su gran mayoría, el estigma es menor, la burla desaparece convirtiéndose en normalidad inexistente y con el izar de esa bandera se alza la voz de todos aquellos predecesores que dieron su esfuerzo, trabajo y vida, por completo en ello, mirando hoy desde los cielos a los que con gozo y abrazados a la confianza dicen ¡Yo Soy! con orgullo, sin miedo a ser lastimado, apresado o rechazado, sino, abrazado por el cariño de la gente que le rodea y le permite ser, poniendo de por medio el valor del respeto como principal regla social.

Los confines ya se ven iluminados y el tope de la bandera cada día ondea con más libertad, esparciendo paz y serenidad ante los pensamientos retrógrados que entienden que su universo es el único a comprender, dándoles claridad en sus pensares y deseando que sean inherentes a vivir izando la bandera del respeto a la individualidad. No lo compartes, pero no dañas, no lo aceptas, pero no agredes, no lo vives, pero lo respetas.