Después que todo terminó en el planeta solo quedó MÚSICA, pero estaba desintegrada, tenía que juntar sus partes para que el mundo pudiera tener la esperanza de volver a ser como antes. Todo era el vacío y solo ella se movía muy quedamente. Tenía forma de hilos transparentes, casi imperceptibles. Vislumbró un camino, el mismo que la conduciría a la luz de SOL, esa era la CLAVE. Por todos lados había abrojos grises y verdosos; insectos petrificados en la noche de los tiempos. De pronto, en un promontorio vio a CORCHEA y la colgó en sus tendederas. Muy cerca estaba su hermana menor, SEMICORCHEA y se sintió feliz al juntarlas. Por un momento sintió una leve corriente en sus hilos, pero reaccionó y siguió por el sendero. Llegó a un vallecito y encontró reunidas a REDONDA, a BLANCA, a NEGRA, a FUSA y a SEMIFUSA. MÚSICA las subió a sus tendederas, lo mismo que hizo con CORCHEA y SEMICORCHEA.
Hasta ese instante todo se perdía en el tiempo y el vacío, y desde lejos, se acercó un ejército de soldados con su marcha silenciosa. Se abrían paso entre las brumas, eran DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI,… Flanco izquierdo…. Marchen… Uno, dos, tres, uno dos tres… Flanco derecho… ¡Alto! Y se subieron a los hilos, a las tendederas. Hubo un momento de confusión, pero por el camino con su pecho erguido, haciendo alardes de su hombría, RITMO se acercaba sonriente. Detrás venían MELODÍA y ARMONÍA cargadas de ternura y sabiduría. Le dieron alcance a RITMO y él las tomó de las manos. Ellas eran unas chicas bellas de cabellos largos color trigo, ojos brunos y vestían de azul. Los hilos de MÚSICA se estaban estremeciendo y en una ola de sentimientos que sube y baja apareció TONO con su traje blanco.
Todo empezó a vibrar: los insectos petrificados en el tiempo se movieron lentamente, y allá en el fondo, con figura de arlequín se acercaba DANZA; con todo su cuerpo blanco por demás, venía como si flotara en el aire. Se apoyaba en las puntas de los pies y con sus brazos giraba a la izquierda y luego a la derecha y volvía con sus manos señalando al cielo. DANZA sonreía con sus dientes de perlas y sus ojos encendidos. Su cuerpo iba al COMPÁS de MÚSICA. Miró al cielo y vio a unas palomas que volaban de norte a sur y dibujó sus vuelos en el corazón, para imitarlos, para encontrar la magia de volar. Esa era la aspiración de DANZA. También se fijó en unas mariposas que vinieron en soplos, en el movimiento de las hojas de los árboles y de las nubes recién creadas.
DANZA, se sentía feliz con MÚSICA y se desplazó, y movió las piernas y los brazos y su cuello leve.
Todo era nuevo. En el firmamento apareció Sol brillante. De la mano traía a PINTURA, que lanzaba arco iris de asombros para que se encargue de llenarlo todo de colores. Pintó al cielo y al mar de azul, y de blanco las nubes. Ayudado por la señorita CLOROFILA, llenó de verde a todos los árboles.
PINTURA hizo una gran labor, que junto a MÚSICA estaban poco a poco creando a POESÍA, una bella mujer que tendría la virtud de rondar los mundos mágicos del placer y la imaginación.
Mientras DANZA bailaba, en el vacío que quedaba se levantaba un castillo gigante con techos de luz y paredes de diamantes. Era doña ARQUITECTURA, que con su figura elegante había hecho acto de presencia. Al ver tanta belleza en la dama, MÚSICA entró en un SILENCIO y DANZA se quedó parada en posición plástica. Desde el fondo del castillo salió DECLAMACIÓN recitando estas palabras: “Para que tus siervos puedan exaltar a plenos pulmones las maravillas de tus milagros, disuelve los pecados de labios impuros, San Juan”. MÚSICA se conmovió y dejó escapar a TONADA al tiempo que del fondo del barro se erigía ESCULTURA con sus formas de mujer difuminada. DANZA, sinuosa la rondaba, la seducía, como queriendo quitarle su rigidez manifiesta.
Ya caía la tarde y en un ventarrón de palabras llegó LITERATURA con CUENTO, NOVELA, TEATRO, ENSAYO, para decir las cosas en voz alta. PROSA y VERSO se encargaron de todo. De su vientre luminoso salió esa joven hermosa y tierna: era POESÍA. Trajo de lo alto el traje de RIMA y esa fascinación, esa pasión, esa ternura que nadie pudo soslayarla. Todos la veneraron, le brindaron las rosas más bellas que se cultivaban en los jardines de ARQUITECTURA. Poesía, inspirada en DANZA, se quitó a RIMA de encima y se sintió libre como nunca. Ahora POESÍA y DANZA, bailaban y bailaban. MÚSICA, en sus tendederas, convocó a MELODÍA y a ARMONÍA. En medio de las tonadas, en un vaivén, REDONDA Y NEGRA se abrazaron, como lo hicieron CORCHEA y SEMICORCHEA, y después FUSA y SEMIFUSA. Ya PINTURA le había dado el color a todo, y todos los animales de tierra empezaron a salir y emitir sus sonidos. Todos estaban bailando en sus planos, y decidieron hacerlo en el castillo. ARQUITECTURA fue la anfitriona de la fiesta en medio de luces y diamantes.
Virgilio López Azuán en Acento.com.do