CUQUEAR

“Porque en estos momentos que me CUQUEAN. . .”

Hace largo tiempo que este verbo circula en el habla de los dominicanos. Es una pena que voces como estas, por el hecho de no pertenecer al español internacional no consten con documentación en la literatura; solo en años recientes se ha podido avanzar en este punto.

En casos como este hay que conformarse con los levantamientos de voces que se hicieron en el pasado que constan en los diccionarios y vocabularios, aunque infortunadamente fueron redactados sin citas documentales.

La primera mención del verbo con la grafía cuquear viene en el Vocabulario cubano (1921:169), allí aparece así, “Empleado por ´azuzar´, ´provocar´”

Augusto Malaret fue el primer estudioso que recogió el uso de un verbo con la significación que tiene cuquear en el actualidad. Es el verbo cucar que ya a principios del siglo XX se consideraba anticuado en España. Ese tratadista escribe que cucar es, “Molestar, provocar. – // Incitar a uno porfiadamente para que ejecute una cosa”. Cuarenta años más tarde, 1955, este autor asienta la misma acepción con una cita del año 1849.

La primera mención del verbo con la grafía cuquear viene en el Vocabulario cubano (1921:169), allí aparece así, “Empleado por ´azuzar´, ´provocar´”. En esa obra vienen también varias palabras de la misma familia, “cuqueador, cuqueadura, cuqueo”. Como es posible inducirlo, el cuqueador es la persona aficionada a cuquear; la cuqueadura y el cuqueo son sinónimos para, “Acción y efecto de cuquear”. Este autor entiende que el verbo cuquear debe su etimología al castellano antiguo cucar.

En El español en Santo Domingo, D. Pedro Henríquez Ureña asienta la voz del título con la acepción de “provocar”; a la vez reconoce que es voz conocida en Cuba, Puerto Rico y Venezuela. D. Pedro reconoce, usando paréntesis, que esa voz se conoce en España.

Lo que sucedió con el verbo original, cucar, es algo que ha sucedido en la lengua a través del tiempo sobre todo en América. Algunos verbos de vieja estirpe reciben modificaciones por medio del habla. Sobre todo, en un caso como el que se comprueba aquí cuando el uso del verbo iba de capa caída en el español de la península. La terminación que se atribuyó a este verbo es una que ha producido muchos verbos en el español de las Antillas, -ear.

En el habla descuidada (¿cotidiana?) se enuncia el verbo cuquiar que es como D. Emilio Rodríguez Demorizi escribe el verbo en su obra Del vocabulario dominicano (1983:73) y lo define, “Despertar los instintos de alguien, incitar. . .” Él introduce una explicación al añadir, “No me cuquees. No me busques”. Con estas palabras reconoce que significa provocar.

El verbo ha conservado vigencia en el español cubano, ejemplo de esto es la forma en como el Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2016-I-367) se ocupa de este, “Incitar a alguien con palabras o hechos a que reaccione de manera airada”. Es una definición completa. Ese diccionario reconoce el valor del verbo en tanto “azuzar” un animal.

En Venezuela parece que el origen del verbo procede del juego con un trompo de los que se enrollan para hacerlo bailar, reguilar. De allí pasó a, “Provocar, molestar a una persona o animal”.

En Puerto Rico el verbo ha conservado el valor original, a la vez que pasó a significar “Preparar la droga químicamente, cocinarla”. Allí se ha conservado el verbo cucar.

El Tesoro del español de Puerto Rico trae noticias del uso de cuquear en Tabasco, México y Bolivia, además de los antes consignados.

QUITAR

“. . . me QUITAN un millón 250 mil pesos para darme una terapia. . .”

El verbo quitar posee muchas acepciones. Algunas de ellas han estado en la lengua desde hace siglos; otras han ido incorporándose con la evolución de la lengua. Con el uso que las ha impuesto. Esas acepciones han sido reconocidas por las Academias como correspondía.

En la cita que ilustra el uso al principio de esta sección, no hay modo de que pueda hacerse entrar este uso entre las acepciones reconocidas por el diccionario oficial de la lengua común.

Con la acepción dominicana del verbo quitar hay que tratar de entender cómo llegó el hablante dominicano a este uso.

En ninguno de los diccionarios de consulta internacional aparece una definición que satisfaga el uso que de este se hace en la cita en cabeza de este escrito. Hubo que esperar hasta la aparición del Diccionario del español dominicano en el año 2013 para que se hiciera constar este uso dominicano que constituye un dominicanismo semántico. En la página 581 de ese lexicón aparece así, “Cobrar una cantidad de dinero por algo”.

Leído con la ayuda de esta acepción se entiende que en la cita no se trataba de despojar o privar a una persona de la cantidad de dinero que se menciona.

Llama la atención que solo en el habla de los dominicanos se encuentra este uso. En el Diccionario de la lengua española de la Asociación de Academias de la Lengua Española el verbo quitar aparece con catorce acepciones y solo una de ellas alude a asunto pecuniario, “Desempeñar lo que estaba en prenda o garantía”.

Con la acepción dominicana del verbo quitar hay que tratar de entender cómo llegó el hablante dominicano a este uso. La explicación posible, o una de ellas, es que con este verbo empleado de esta manera lo que destaca el hablante es la poca o ninguna disposición que experimenta una persona para pagar por el servicio que se le presta. Indirectamente quien paga se siente desposeído mediante el cobro de que se hace objeto; de ahí que se exprese de este modo.

Este uso del español dominicano no anda descaminado del español antiguo, pues el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1982-IV-736) trae la noticia de que “quitar valga ´pagar´. De donde “me quitan” equivale a “me hacen pagar”. Quitar fue también “solventar una obligación”.