Segundo acercamiento: retos y escollos por vencer

Como sabes, Luis, la alienación atrofia el cerebro, los sentidos. La realidad se esfuma y sobreviene lo absurdo, el desorden. La deformación de lo que vemos, tocamos, oímos, olemos, saboreamos… nos arrastra hacia la demencia, con su secuela de pobreza.

Este proceso es tan despiadado que de la cultura no enterrarse para preservarse, podría sucumbir la esperanza de un cambio (transformación) que beneficie al pueblo.

Insisto en destacar, estimado Luis, mi preferencia por la palabra transformación, que es   el resultado de un proceso de cambio de forma. Sucede cuando una cosa, hecho o idea es convertida en otra. ¡Qué tanto cuesta esto! ¿Que es cuestión de voluntad y valentía? Entonces, ven y habla con nosotros, el pueblo. Pídenos que te acompañemos en esta noble tarea. ¿Que es difícil? Claro, pero no imposible. Hagamos el intento. ¿Te animas?

Solo libre de alienación (pobreza, caos, ignorancia, deformación de la verdad, predominio del mal gusto, etc.) el hombre ve su reflejo en el mundo creado por él mismo. Y solo así podrá liberarse del oprobio. Pero llegar a esto es tarea harto difícil, sobre todo en países como el nuestro.

En el proceso de abrir caminos que nos conduzcan a un cambio radical, es decir, al desarrollo de un movimiento de liberación que arrase con la podredumbre implantada en nuestro entorno, son muchos los retos y escollos por vencer.

Como sabes, Luis, el movimiento histórico es contradictorio, y la humanidad no avanza sin conflictos ni choques dramáticos: es gracias a ese movimiento contradictorio que el hombre se emancipa.

No entender que las contradicciones producen fisuras profundas en el desarrollo de la cultura, representa el principal tropiezo en la meta de aprehender un nivel de conciencia que nos anime a instaurar la transformación anhelada por los sectores más representativos de nuestro pueblo. Sin una comprensión cabal de tales contradicciones, no seremos capaces de combatir los vicios establecidos por los usurpadores de la patria. De no superarlo, cualquier paso que demos adelante será en falso, pues estará sustentado en preceptos y conceptos  errados.

En esto, todos tenemos algo de culpa porque en nuestra sociedad nunca le hemos prestado la debida atención al análisis de los problemas del desarrollo de la cultura. Incluso las fuerzas más sanas se han alejado de su práctica. Esta es una de las  debilidades que nos impiden alcanzar nuestros sueños, pues al no contar con las herramientas necesarias para la comprensión de nuestra propia cultura, nos perdemos en el marasmo de la mentira.

Por lo general, obramos movidos por postulados aprendidos de memoria, sin una rigurosa investigación científica, que ha de guiarnos hacia la biología, antropología y sociología, y así nos será difícil resolver los problemas que acumulamos durante más de cinco siglos.

Animémonos y rescatemos los valores culturales que permanecen enterrados y que habrán de aflorar para ser útiles a las nuevas y futuras generaciones.  Vayamos a su encuentro, apoderémonos de su esencia. Así estaremos en condiciones de avanzar por el camino de la liberación y de abrir nuevos horizontes en procura del triunfo del hombre colectivo.

No olvidemos que las condiciones socio históricas son las mismas para todos, pero unos escogen la conservación del viejo mundo de los privilegios, exclusión y opresión, y otros escogen el duro camino de la edificación de un mundo nuevo,  de un cambio que nos permita dar el salto definitivo hacia el progreso.

Acerquémonos a la axiología (disciplina filosófica que estudia los valores de las cosas), ella nos muestra que aunque la superestructura sirve a la base, y a los intereses económicos y socio políticos, las creaciones espirituales son al mismo tiempo valores: son a la vez cristalización de la Necesidad y del Valor.

Te preguntarás, Luis, si acaso lees estas palabras, ¿quién es este hombre que osa inducirme por caminos intrincados, pero necesarios para encontrar la luz?  Pues nada más y nada menos que un simple y humilde ciudadano que quiere lo mejor para el mundo y su patria.

Haffe Serulle en Acento.com.do