Carlos Rubio nació en la ciudad de Pinar del Río, ubicada en la sección occidental de la isla de Cuba. En 1961, adolescente aún, tuvo que interrumpir sus estudios de bachillerato, abandonar a su familia y emigrar a los Estados Unidos. Las razones para tomar una decision tan drástica son obvias. Nunca volvió a ver a su familia.

En la ciudad de Wilmington, en el estado de Delaware, completó sus estudios de bachillerato en 1963 y subsecuentemente trabajó para la compañía DuPont por dos años. Después de esta etapa, completó estudios universitarios en Concord College, West Virginia University y University of Maryland. A través de su vida ha ejercido la docencia en colegios de enseñanza secundaria, en Hood College (Frederick, Maryland) y Shepherd University (Shepherdstonw, WV.) Es también escritor bilingüe.

Es autor de diversas obras, entre ellas: 

Caleidoscopio – Cuentos 1980

Quadrivium – Novela 1990

Saga – Novela 1996

The Neophyte – Novela 2001

Orpheus’s Blues – Novela 2002

Dead Time / Tiempo muerto – Novela 2003

Secret Memories / Recuerdos secretos – Novela 2004

Bullwhip – Novela 2004

Hubris – Novela y cuentos 2006

American Triptych – 2007 (Trilogía de novelas satíricas: The Neophyte, Bullwhip, California Fever)

Forgotten Objects – Novela histórica 2014.

Faded Dreams – Memorias de una niñez cubana 2016.

Doble filo – Novela 2018.

Carlos Rubio, escritor cubano.

Este importante escritor me permitió que le hiciera algunas preguntas. Aquí les comparto sus interesantes repuestas.

Gerson Adrián Cordero: Carlos, en el año 1961 siendo usted un adolescente se vio en la necesidad de dejar atrás a su familia y sus estudios secundarios por la situación política de su país y emigrar a los Estados Unidos en busca de una mejor vida. Nos gustaría saber, ¿cómo Carlos Rubio siendo un joven, quizás con poca experiencia, toma una decisión tan arriesgada?

Carlos Rubio: Esta decisión no fue súbita, sino que surgió a través de los meses. A medida que los derechos civiles de la población fueron paulatinamente eliminados por el actual gobierno, mis padres (como miles de padres cubanos) decidieron que bajo las actuales condiciones en Cuba no existía un futuro para sus hijos. Fue a través de su esfuerzo, sacrificio y lucidez que yo logré cambiar el mío. El tiempo, por supuesto, les ha dado la razón. Después de 64 años de dictadura el país está en ruinas y los jóvenes sólo piensan en emigrar.

GAC: ¿Cuándo llega a los Estados Unidos cuáles fueron los primeros pasos para ir integrándose a la sociedad?

CR: El primer paso fue el aprendizaje del idioma. Todos sabemos que el inglés no es un idioma fácil, así que me concentré en esa tarea. Mi padre me había regalado un libro que se llama Inglés Básico, el cual yo estudiaba en Cuba todas las tardes. Ya con esa base y con el contacto de los norteamericanos fui dominando esa lengua.

GAC: Por las drásticas medidas del gobierno cubano usted no pudo volver a ver a su familia, ¿qué causó esto, con el pasar del tiempo en su desarrollo?

CR: Un vacío infinito. A pesar de todos mis logros académicos, literarios y en otras áreas, todavía extraño a personas que ya murieron y sitios que no existen. Me he resignado a que esos años y esas personas jamás volverán.

GAC: En la ciudad de Wilmington, en el estado de Delaware, completó sus estudios de bachillerato en el 1963, ¿podría hablarnos de cómo fue su inicio como estudiante en los Estados Unidos? 

CR: Desde el punto de vista académico no fue difícil, pues yo traía una buena base de Cuba. Lo más difícil, como ya mencioné, fue dominar el idioma, que es esencial para cualquier actividad. Como me gusta leer, solamente trataba de leer en inglés, para de esa forma ampliar mi vocabulario. Por aquella época murió mi padre, y eso me afectó mucho, pues no pude ir al funeral. Fue en ese momento que verdaderamente comprendí que mi vida no volvería a ser igual.

GAC: Completó sus estudios universitarios en Concord College, West Virginia University y University of Maryland. Háblenos de estas vivencias.

CR: Fueron años muy felices. Después de terminar la secundaria, trabajé dos años para la compañía DuPont, pues tenía que mantenerme y al mismo tiempo ahorrar dinero para mis estudios superiores. Dejé mi trabajo y me mudé al estado de West Virginia, donde cursé estudios en Concord College (actualmente Concord University). En la universidad trabajaba unas doce horas por semana, para cubrir mis gastos. El resto del tiempo lo pasaba en clase, la biblioteca, y también en otras actividades de diversión. Allí tuve la suerte de conocer a Mr. Fitch, un profesor de literatura que hablaba español perfectamente, pues había vivido en México y estaba casado con una mexicana. El me ayudó muchísimo, no sólo en cuestiones académicas, sino también personales. Fue durante aquella época que publiqué mi primer cuento, en el periódico de la universidad.

GAC: En el transcurso de su vida ha ejercido la docencia en colegios de enseñanza secundaria, en Hood College (Frederick, Maryland) y Shepherd University (Shepherdstown, WV.) ¿Cómo ha sido esa experiencia? 

CR: Muy positiva, especialmente de profesor universitario. Trae una gran satisfacción ver el progreso de los estudiantes y comprobar que las lecciones que uno prepara con tanto cuidado dan resultados positivos.

GAC: ¿En qué momento Carlos Rubio dice, voy a dedicarme a escribir literatura? Y ¿Cuáles fueron los primeros pasos?

CR: No hubo un momento preciso. A medida que me fui adentrando en el mundo de la literatura, como una copa que se desborda, decidí empezar a escribir.  Comencé con un libro de cuentos (de dudosa calidad) y después me adentré en la novela, que es mi género favorito.

GAC: Se dice que el escritor consciente e inconscientemente deja, en sus obras, sus vivencias, ¿este podría ser su caso? Y de ser así: ¿en cuáles obras podemos sentir esas emociones?

CR Así es. En mi caso, trato de esconderme detrás de las acciones de mis personajes, pero es inevitable que mis opiniones y convicciones sobre tantas cosas se reflejen en mi obra. No me gusta que mi obra sea autobiográfica, pues no creo que mi vida sea tan interesante. Puedo crear personajes más interesantes que Carlos Rubio. En Orpheus’ Blues traté de plasmar las inseguridades que siente un escritor a través de un músico de jazz, en Forgotten Objects, todos los problemas que implica adaptarse a otra cultura, y en Tiempo Muerto el gran peso de la soledad que se siente cuando uno pierde a un ser querido.

GAC: ¿Qué autores y cuáles obras marcaron el desarrollo literario de Carlos Rubio? 

CR: Por supuesto, todos los autores de la literatura clásica (Cervantes, Lope de Vega, Kipling, Poe, Kafka, Flaubert), pero creo que te refieres a autores más contemporáneos en español. Tendría que poner en primer lugar a Borges (a quien tuve la gran fortuna de conocer personalmente), José Lezama Lima, Alejo Carpentier y Severo Sarduy.

GAC: ¿Qué tomas en cuenta al momento de empezar a escribir una obra?

CR: Lo primero que hago es elegir un idioma: ¿español o inglés? Todo depende del tema de la obra. Por ejemplo, mi novela Orpheus’ Blues, se trata de un joven que aspira a ser músico de jazz en Nueva York. Es obvio que el idioma correcto para esta obra es el inglés. Mi novela Orisha es la otra cara de la misma moneda. El protagonista es un sacerdote cubano de la santería. Escribir esa obra en inglés no tendría sentido.

GAC: En el año 1980 sale a la luz su primer libro titulado Caleidoscopio –un conjunto de cuentos, ¿cómo fue el proceso de creación de estas historias?

CR: Ya mencioné que esos cuentos son de dudosa calidad literaria. Se podrían considerar interesantes como ejemplo de los primeros pasos que da un escritor joven y sin experiencia.

GAC: En el año 1990 y en el 1996 pública las novelas Quadrivium y Saga, ¿podría hablarnos un poco de ellas?

CR: Ambas son novelas neobarrocas, influenciadas directamente por Carpentier, Lezama Lima y Sarduy. Me dieron la oportunidad de jugar con el idioma. Como sabes, Quadrivium recibió el Premio Internacional de Novela Nuevo León. Los tres jueces estaban en diferentes ciudades en México, y cuando llamaron al editor para dar su voto, fue una decisión unánime. Eso me alegró mucho, pues compitieron novelas de muchos países, incluyendo Francia, Cuba, España, etc. Yo tuve que viajar a México para aceptar el premio en persona; la casa editora me envió el pasaje del avión y me hospedó en un gran hotel durante mi estancia en ese país. Fue un momento clave en mi carrera como escritor.

La novela Saga ha tenido una historia interesante, que ni yo mismo como escritor podría haber inventado. La Editorial Bruguera (Argentina) la elogió mucho, pero el editor se jubiló y el contrato no se llevó a cabo. Después otra casa en la Florida quería editarla, pero tuvieron una inundación y la novela se perdió con otras obras que esperaban la edición. En 1993 o 1994 resultó finalista en el concurso Letras de Oro, que patrocinaba la Universidad de Miami. La casa editora Zinnia Books, de Nueva York, se interesó por la obra, e hicieron una pequeña tirada, pero los libros no salieron a la calle. La dueña de la empresa falleció repentinamente y lo cerraron todo. Me enviaron varias cajas con los libros, ya que no se iban a vender. No fue hasta el año 2019 que logré publicar la obra con Ediciones Alféizar, en España. Como ves, ha sido una trayectoria interesante.

GAC: Su novela Doble filo publicada en el año 2018 ha sido muy valorada por los lectores y por la crítica, ¿cómo surge la creación de esta novela? Y ¿Por qué se titula así?

CR: Esta novela está basada en un hecho real que sucedió en La Habana en los años 40s. Una mujer llamada Lola fue asesinada por uno de sus amantes. Los únicos datos que tenemos de tal suceso son la hora (3 de la tarde), y la dirección de la víctima. Todo lo demás es un misterio. Yo intenté hacer un retrato psicológico de Lola, usando la voz de uno de sus amantes (un abogado casado y con hijos), la de un narrador omnisciente y conversaciones telefónicas de vecinas chismosas. De esta forma el lector recibe tres puntos de vista y elabora su propia descripción de Lola.  La novela se titula Doble Filo porque ese tipo de relación es al mismo tiempo satisfactoria hasta cierto punto, pero siempre peligrosa.

GAC: Vemos que actualmente está trabajando en una nueva novela que hasta el momento se titula Los ojos del coronel, ¿cómo va este proyecto?

CR: Hasta ahora me faltan todavía varias piezas del rompecabezas, pero poco a poco las iré incorporando al texto. Todo es cuestión de paciencia y dedicación.

GAC: Sus obras han sido reconocidas en varios premios, por ejemplo: Premio Internacional de Novela Nuevo León, Premio Letras de Oro, Book of the Year Award, Premio de Novela Reinaldo Arenas, etcétera, ¿cómo ha sido la experiencia? 

CR: Muy positiva, pues el reconocimiento de personas que no me conocen sino a través de mi obra es el mayor elogio que puede recibir un escritor. Me indican que estoy en la senda correcta.

GAC: ¿Qué escritores contemporáneos está leyendo?

CR: Actualmente estoy leyendo Paris Always Paris, de Nilda Cepero, un libro que ella me acaba de enviar. La trayectoria de Nilda es increíble, pues no sólo escribe en dos idiomas, sino que también pinta y canta. Este libro cuenta las vivencias de la autora en París y cómo se inició en el mundo del arte.

GAC: Usted es un autor que publica en idioma español como en inglés, ¿le ha pasado por la mente de que alguna de sus obras pueda ser galardonada con el premio Pulitzer de Ficción?

CR: Nunca me había pasado por la cabeza, pero como ya sabemos, la vida es más extraña que la literatura, así que cualquier cosa es posible.

GAC: Y, para terminar, ¿qué palabras de aliento les dirías a todo el que está dando sus primeros pasos en la literatura?

CR: Que recuerden que las carreras literarias son largas, que los frutos no se cosechan de la noche a la mañana. Hay que tener paciencia. Es importante leer lo que han escrito otros, y también tener a alguien que los lea y les dé una opinión objetiva del trabajo. Es la única forma de mejorar y madurar como escritor.

Para obtener información más completa sobre este autor, o comunicarse con él, visite su sitio en la red:  www.carlosrubio.com