COROTO
“La empresa D. C. con su marca COROTOS. . .”
La voz coroto fue incorporada al Diccionario de la lengua española en la edición del año 1992. En ese año aniversario de la llegada de los europeos al Nuevo Mundo se integraron muchas voces que estaban en “sala de espera”. Algunas de estas voces llevaban largos (muchos) años esperando por esta consagración. Con anterioridad a ese año la palabra incorporada al lexicón mayor era corotos, nombre masculino plural.
Esta voz se incluye en estos comentarios porque se usa en el habla de los dominicanos. Es una voz de todos los días. De esto es fácil dar fe.
El diccionario mencionado más arriba solo hace referencia a dos países en los cuales se conoce la voz el título. Esto en la última edición del citado lexicón. Es triste que no se haya incorporado el nombre de otros países donde también se usa la voz estudiada aquí.
Por fortuna el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española ha subsanado la omisión o las omisiones del lexicón mayor de la lengua española.
Sería un acto de mezquindad regatearle la primacía en la diseminación de la palabra coroto a los venezolanos.
La voz coroto tiene un origen interesante que muchas personas desconocen. Algunos tratadistas prefieren escribir que es de origen incierto, pero otros se arriesgan a afirmar que procede del quechua koróta, que vale en esa lengua para decir testículos. Sería interesante poder trazar el itinerario completo de la voz, pues no obstante lo ya consignado, hay quien especula que podría proceder “quizá del caribe”.
No se sabe a qué atribuir la omisión de la mención de los dominicanos entre los que utilizan la palabra del título en los diccionarios publicados por la corporación madrileña de la lengua española. Ausencia que no se justifica porque muchos tratadistas de las voces americanas habían incluido a los hablantes dominicanos entre quienes usaban la palabra coroto.
Sería un acto de mezquindad regatearle la primacía en la diseminación de la palabra coroto a los venezolanos. Se usa el término primacía porque fueron los venezolanos quienes impulsaron en América el empleo de la voz coroto.
El coroto dominicano no tuvo su origen como el venezolano en un recipiente hecho de la corteza de un fruto de cuyo interior ha sido retirado el contenido. Como “escudilla o recipiente indígena” lo describe D. Ángel Rosenblat, Buenas y malas palabras (1974-IV-112). D. Ángel expresa, “En el coroto cabe el universo entero”. (1974-I-168). El coroto dominicano se creó singularizando el “corotos” mencionado. En algunos casos el empleo de la voz coroto deja traslucir un dejo despectivo, pues son objetos sometidos a mucho uso, o porque, son de escaso valor.
En el habla dominicana entró con el valor de “trastos, cachivaches”. Más adelante cuando se aceptó el plural se hizo para hacer referencia al “conjunto de objetos de uso personal o doméstico”. En el habla cotidiana si se evita mencionar o detallar los nombres de los objetos a que se alude, se recurre a la voz coroto. Las acepciones citadas constan en el Diccionario del español dominicano (2013:216).
No puede pasarse por alto que la voz coroto entró a formar parte del léxico de los canarios, a pesar de que no es de uso generalizado en todas las islas. El uso aparece documentado en el Tesoro léxico canario-americano (2010:349).
En el español dominicano “corotos” como voz utilizada en el español dominicano está reconocida desde por lo menos el año 1940 y su uso fue recogido en los lexicones de voces americanas.
Es interesante, además, recordar las voces que algunos países han creado para los trastos y trebejos. A seguidas se enumeran algunas, sin ánimo de que esta lista sea exhaustiva, tiliches, maritates, triquis, corotada, cachivaches. Algunas de estas voces se han integrado al español de otros países, aunque tuvieron su origen en un solo país.
CHIRIPEO
“. . . comenzó a vender bosquejos de ropas a revistas de moda, CHIRIPEO que. . .”
La chiripa dominicana ha producido descendencia. Esto así porque se presume que la primera voz que surgió en el habla dominicana de esta familia fue chiripa. Todas las voces que pertenecen a esta familia son muy bien empleadas por el hablante de español dominicano porque muchas de las personas que “conjugan” el verbo chiripear pertenecen al “sector informal” de la economía.
La chiripa es un trabajo extra remunerado; también designa una “ganancia pequeña”. Como trabajo es un empleo modesto de pocas horas. Todo lo anterior corresponde al concepto en el español dominicano.
Como es fácil de deducir de lo anterior, el verbo chiripear consiste en la acción de realizar trabajos ocasionales de poca importancia o escasa remuneración.
La voz chiripa no es exclusiva del habla de los dominicanos. Los puertorriqueños la emplean también.
El producto de la acción de chiripear se conoce con el nombre de chiripeo que no es otra cosa que la realización de trabajos ocasionales o de poca importancia y de escasa remuneración.
La persona que efectúa el tipo de trabajo descrito más arriba es el chiripero, que se caracteriza por ser la persona que no tiene trabajo ni sueldo fijo y se dedica a realizar los trabajos mencionados por luna remuneración de poca monta.
La voz chiripa no es exclusiva del habla de los dominicanos. Los puertorriqueños la emplean también. El verbo citado más arriba de la misma familia es de uso en Puerto Rico. La acción realizada, efecto o producto, de acuerdo con lo que se ha conseguido pertenece solo al habla de los dominicanos. La persona que se ocupa de desempeñar chiripas, chiripero, es de conocimiento de los dominicanos y los puertorriqueños.
En el español americano hay otras chiripas que no tienen relación algunas con los vocablos y actividades que se han estudiado aquí.