Introducción

Procesión dentro de la celebración del Espíritu Santo en la Cofradía de Cotuí, año 2018.

Las cofradías afrodominicanas a nivel nacional tienen como patrón más común el Espíritu Santo y esta tradición deviene desde tiempos coloniales, formando parte del patrimonio cultural que se hace necesario conservar, pues representa los conocimientos fundados en la tradición que produce una sociedad determinada. En este marco, el objetivo del presente ensayo fue realizar una lectura crítica sobre la religiosidad popular a través de las cofradías que tienen como patrón el Espíritu Santo.

La metodología estuvo enmarcada en una investigación de campo, así como la consulta de fuentes bibliográficas. La información se recopiló, a través de: entrevista a pobladores, observaciones directas en las comunidades, así como la consulta vía online de fuentes como artículos científicos, publicaciones de libros electrónicos, documentos emitidos por organismos internacionales como la UNESCO.

Las miradas a las Cofradías dominicanas

Una de las miradas a las manifestaciones culturales de República Dominicana lo constituye la forma de rendir culto al Espíritu Santo. Según la UNESCO las primeras cofradías se establecieron en la colonia de Santo Domingo a partir del año 1503, como congregaciones de devotos católicos, por lo que ni los negros, ni los mulatos podían formar parte de ellas, razón por la cual, estos grupos crearon sus propias hermandades, con características diferentes a las existentes. De las cofradías más antiguas, la cofradía del Espíritu Santo es una de las más conocidas y activa en diferentes pueblos de la Republica dominicana.

Hemos querido trabajar las miradas de estas celebraciones organizadas en cofradías, como son: la de San Juan, Cotuí, Villa Mella y Comendador, pero de estas cuatro, la Cofradía de los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella es una de la más activa y la más directamente consagrada al Espíritu Santo, sin que las demás pierdan importancia.

Cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella

La más antigua mención escrita que se conoce sobre sus tradiciones aparece en el Código Negro Carolino del año 1784, en el cual se prohíben los ritos del Banko con las penas más severas. En la actualidad, algunos de sus miembros activos reportan la participación de sus ancestros desde el año 1850. Ahora bien, se ha encontrado en Villa Mella, la Cofradía de los Congos del Espíritu Santo, la cual, el 18 de mayo del 2001 fue proclamada o reconocida por la UNESCO, como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad y para el 2008, debido a una nueva convención que realiza la UNESCO, el espacio cultural de la Cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella pasa a formar parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Primer reconocimiento de esta naturaleza para el país. En cuanto a la forma de evidenciar la religiosidad, se tiene que la cultura oral y la tradición de los pobladores de la zona establecen que los Congos son propiedad del mismo Espíritu Santo y personifican al Espíritu Santo, además cuentan que el mismo Espíritu Santo se “apareció” con los instrumentos musicales, quien los entregó a los miembros de la Cofradía en la iglesia católica de la comunidad.

Al indagar la opinión de conocedores de la historia de esta manifestación religiosa se tiene al folclorista e investigador Fradique Lizardo, quien en su obra “Danzas y Bailes Folklóricos Dominicanos”, plantea que de acuerdo a varios informantes de la comunidad de Villa Mella la leyenda de la Cofradía de los Congos del Espíritu Santo surge cuando (no hay una fecha específica de cuándo), unas personas que buscaban un lugar para fundar su pueblo, se encontraron con el Espíritu Santo recostado de un tronco de Copey, Éste tenía una paloma blanca en la mano en actitud de volar y a sus pies se encontraban varios instrumentos musicales (congo mayor, congo menor o conguito, canoíta y una maraca). El Espíritu Santo indicó que con esos instrumentos le tocarían en su honor y Él mismo enseñó los pasos de baile. También ordenó que los hermanos de esta sociedad podían tocar y bailar velaciones y otras fiestas religiosas que le sean ofrecidas, siempre que Él estuviera presente.

Otra fuente de información se encuentra en el Ministerio de Cultura, señalando que 10,000 individuos sin distinción de sexo, origen, raza o profesión tienen algún vínculo con la Cofradía del Espíritu Santo de los Congos de Villa Mella. Los autores de este ensayo consideran que existe un incremento en el público en el país con el interés de conocer esta tradición y vivirla, elemento que es apoyado por las redes sociales. La forma de manifestación religiosa, posee varios momentos representativos, uno de los cuales inicia cincuenta días después de Pascua de resurrección para los cristianos, la víspera de ese día, sábado en la noche, los que para ese año han seleccionado como reyes de la celebración coronados y vestidos para la ocasión ingresan en procesión a la iglesia de Villa Mella acompañados de su séquito, ese simbolismo se ha mantenido en el tiempo.

Otro elemento importante se refiere a los ritos funerarios. Durante este hecho, los miembros celebran los ritos funerarios de las personas ligadas a su tradición, que incluyen normalmente el velatorio, la procesión hacia el cementerio, momento en el cual realizan lo que se conoce como tres toques principales: Palo Mayor, Camino Real y Kalunga. Estas piezas son siempre ejecutadas en memoria de los miembros difuntos durante el velatorio, al avanzar el cortejo fúnebre y en el cementerio.

Además, la celebración del novenario o nueve días. Adicionalmente, un año después de la muerte, se celebra una ceremonia llamada Cabo de Año y en el tercero, quinto o séptimo aniversario de la muerte, los vivos despiden finalmente el alma del difunto con los ritos del Banko o Banco al difunto. Todos estos ritos son celebrados con música de congos y cantos. En algunos de ellos se acostumbra además danzar en parejas. Se ha encontrado además en esta cofradía del Espíritu Santo una función social. La investigadora folclórica dominicana, (Pérez, 4 de junio del 2006), haciendo referencia a la función social de la cofradía, explica:

“La función social de la cofradía es primero cumplir con la iglesia, celebrar las fiestas del Espíritu Santo y cumplir con los ritos funerarios: Noveno Día, Cabo de Año y el Banco de los Difuntos que fueron cofrades, que han llevado la tradición. En estas actividades se les tocan los 21 toques. Es importante señalar que el noveno día de la muerte del difunto no se baila, sólo se toca y se coloca el altar dentro de la casa. Cuando el difunto cumple un año se le hace lo que se llama un Cabo de Año, durante el día hay bailes, se brinda comida, bebidas y los familiares están en recogimiento en una habitación del hogar, los tocadores de congos tocan, cantan y los visitantes bailan, menos los dolientes, en una enramada contigua y se levanta el túmulo decorado con papel crepé blanco y morado, preferiblemente, con la foto del difunto. Al final del día se bailan los últimos toques para despedir el difunto hasta que se celebre el Banco, que es cuando el fallecido cumple tres, cinco o siete años (debe ser impar) y se hace una fiesta de regocijo, con una comida especial durante el día, se baila, se toca, se canta. En la mayoría de estas canciones parecen fonemas de origen africano. Al final del día se integran los dolientes, culminando con el Kumbá con rituales como la quema del túmulo o altar, se deshace la enramada, ejecución de los toques de la viuda, que sólo bailan los dolientes, algunos poseídos por el difunto y a partir de ahí se quitan el luto y se integran a la vida social”.

Por otra parte, el espacio cultural de la Cofradía no solo es conocido por las manifestaciones propias de la cultura Congo; también anima y recrea otras expresiones y manifestaciones de alta significación para sus seguidores como la devoción a la Virgen del Rosario, La Dolorita, la Altagracia y San Miguel. En la actualidad se realizan celebraciones y maní a los luases de la 21 División Dominicana, que se celebran con salve, los palos o atabales y el pri-prí. Tal es caso de la popular fiesta a los misterios que realiza la reina de la salve Enerolisa Núñez en su casa, el segundo domingo de noviembre de cada año, una manifestación esperada y visitada por muchos, y en la que en diferentes ocasiones hemos participado.

Otra manifestación religiosa del Espíritu Santo, lo constituye Cotuí, manifestación que según historiadores e investigadores de la de la zona, consideran que en 1529 se creó la primera cofradía que fue fundada por el clérigo Álvaro de Castro, atribuyéndole ser la más antigua a partir del proceso de colonización. Sobre el origen de la cofradía el historiador José G. Guerrero, de acuerdo a sus investigaciones establece que fue entre los años 1531 y 1532, que Álvaro de Castro, fundó la cofradía del Espíritu Santo de Cotuí.

Altar en unas de las casas dentro de la celebración en Cotuí.

Su celebración se inicia cincuenta días luego de la celebración de la pascua de resurrección del señor, cuando el pueblo cristiano y la Religiosidad Popular celebran la fiesta del Espíritu Santo. Es por eso que no siempre es una misma fecha, ya que, de acuerdo al calendario litúrgico, al igual que la Cuaresma y la Semana Santa.

Es una celebración muy particular para la población, donde la participación es masiva y esperada, por eso las calles y parques del pueblo se confunden entre salves, atabales, oraciones, bailes, procesiones y durante el día en las vestimentas y ornamentas de los creyentes y devotos abunda el color rojo, color simbólico del consolador, como también se le llama en la iglesia al Espíritu Santo, simbolizado en una paloma dorada que guía las procesiones y veneraciones y en quien los devotos depositan la fe en sus milagros.

Diferente a lo que ocurre en la celebración del mismo nombre en el sector del Batey de la provincia San Juan, donde la figura de veneración principal es el Santico o Santo del Batey. Muy particular, por cierto, ya que generalmente el Espíritu Santo se simboliza con una paloma, y a la que dedicamos una reflexión como esta, en esta serie de cuatro miradas. Como en todas las celebraciones a los santos, es fundamental la música, por eso en Cotuí usan dos tipos de instrumentos de percusión, un palo ancho que se llama palo mayor y otro estrecho que le dicen adulón o alcahuete; cada uno tiene un sonido diferente, están hechos de un tronco de árbol hueco, con un parche de res en uno de sus extremos, lo tocan inclinado a fin de que el sonido salga por el hueco de abajo.

En Cotuí los cofrades están tanto en la ciudad como en los campo, una de la comunidad que posee mayor número de cofradías es la sección del Hato, lugar de importancia para esta celebración mágico-religiosa, porque en la casa donde vive uno de sus principales miembros es donde se guarda la imagen del Espíritu Santo, mientras el rey vive en uno de los barrios de Cotuí y en su casa es donde se guarda la paloma dorada, que de acuerdo con la creencia, puede hacer milagros con aquellas personas poseen algún problema en su vida como enfermedades y otros.

En los diferentes años que hemos participado en las celebraciones, notamos que existen diferentes momentos. Se inicia cuando el desfile llega a la comunidad del Hato en busca de la imagen del Espíritu Santo en la casa donde se encuentra, de inmediato con el toque de atabales en combinación con los cantos, salves y bailes, donde también hemos visto que a personas le sube el misterio en cabeza, siguiendo el desfile a la ciudad. Mientras se va caminando y cantando a la vez, portando la imagen, se van parando de casa en casa, donde viven algunos miembros de la cofradía, es cuando tiene lugar el ritual más emocionante.

Le colocan a la persona que habita en la vivienda, la imagen en la cabeza, mientras tiene los ojos cerrados, pide al Espíritu Santo que lo ayude a resolver sus problemas, este ritual tiene una duración de aproximadamente un minuto, de acuerdo a lo que hemos presenciado.

La tercera visión de esta manifestación es la de San Juan y la Cofradía del Espíritu Santo del Batey. Una de esas manifestaciones importante de la Religiosidad Popular, es la celebración cada año de la fiesta del Espíritu Santo del Batey o Santico del Batey. Al igual que en otras zonas del país, el Domingo de Pentecostés o del Espíritu Santo, celebración religiosa católica, que de acuerdo al calendario litúrgico es uno de los domingos del año más importante en la comunidad religiosa, celebrado cincuenta días luego de la conmemoración de la pascua de Jesús.

Fruto del sincretismo que existe en el país, como ya hemos explicado, la población asume los días de los santos y celebra desde la Religiosidad Popular. Estas manifestaciones tienen sus particularidades en las comunidades que están organizadas en base a cofradías, como es el caso del Espíritu Santo del Batey en la comunidad el Batey en la provincia San Juan en el sur del país.

El investigador y escritor sanjuanero (Méndez, 2009) considera que: “Dentro del ritual de la Cofradía del Espíritu Santo del Batey de San Juan, hay un icono esencial que es parte de esa memoria social, diversa y rica en conmemoraciones en el valle. Esta es pieza clave de esa red infinita de signos que, poblados de creencias, inclinaciones y temores, llenan un universo de imágenes que configuran su religiosidad popular”.

El Santico del Batey San Juan.

Méndez plantea: “Estas cofradías están definidas desde el interior de sus actores a partir de un específico sentimiento de pertenencia, donde cobra fuerza la vivencia de un nosotros homogéneo. Las ceremonias no solamente abarcan la familia, sino que se proyecta en una fuerte cohesión comunitaria por la apertura de las celebraciones. Estas en su esencia exigen a sus miembros una alta capacidad de acción conjunta, cooperativa, la cual se constituye en elemento de fortalecimiento de sus comunicaciones y de defensa hacia el interior del grupo. En las celebraciones del Espíritu Santo en El Batey se venera y adora la figura de un niño vestido de rojo, con adornos dorados, que los devotos profesan poderes para sanar enfermedades, ayudar a sus creyentes en la prosperidad, bienestar material, los que luego llevan promesas de todo tipo al santo”.

El investigador Rubén Morata, establece: “Son abundantes los obsequios que los piadosos le hacen al “santico” a través de “promesas”, por recibir alguna curación de males de salud, logros de bienestar económico o felicidad amorosa implorados y/o logrados”. Las actividades de carácter funerarios comprenden realización de un novenario, con misas en la iglesia cada día y la gran fiesta se desarrolla al día siguiente del último domingo de pentecostés con misa católica, toque de palos, comarca, carabine y bailes, canto de salves, serenatas, procesiones. Como es una celebración mágico religiosa se toma bebidas alcohólicas y se escucha música como merengue, bachata y salsa”.

Un aspecto importante a destacar, es que la práctica se hace más notable en los últimos años con la celebración, por la participación e integración de la juventud de la zona y de otros pueblos que asisten durante todo el día, esto es lo que constituye una expresión única de religiosidad popular.  Esa forma de celebración la vemos en otras manifestaciones a los santos, como el día de San Miguel Arcángel, Belie Belcán para la Religiosidad Popular, en la iglesia se reza y canta y afuera se bebe y baila y ambos grupos cumplen con el santo y disfrutan la celebración.

La cuarta mirada de este trabajo está vinculada la Cofradía del Espíritu Santo de Comendador en la provincia Elías Piña, en la que estuvimos el viernes pasado, viviendo la experiencia junto sus organizadores y cofrades, con la finalidad de seguir ampliando este trabajo desde la observación participante. Es importante destacar, el apoyo brindado por la servidora de misterio, investigadora cultural y miembro de esta cofradía familiar, la amiga Doris Sori, junto a otros familiares, que apoyaron como informantes y colaboraron con las informaciones.

Comendador es el municipio cabecera de la provincia Elías Piña, fundado a principio del siglo XIX, pero adquirió importancia a partir del 1868. Originalmente esta región era conocido como el Hato de El Duan. De acuerdo a informaciones suministradas por descendientes de los fundadores, el origen de esta Cofradía se remonta al periodo de "Las guerras de los seis años", cuando la Señora Juana Sierra, amancebada por segunda ocasión, vivía con el Capitán Piña, hermano menor del coronel Elías Piña. En 1864, residiendo en Comendador la señora Sierra, celebró por primera vez una fiesta al Espíritu Santo y esto causó furor en el sacerdote del pueblo, por el apoyo brindado de los munícipes a la celebración, ese año la fiesta al Espíritu Santo, desplazo las patronales del pueblo de la iglesia católica, dedicada a Santa Teresa de Jesús.

En el año 1903, habitantes del pueblo quemaron un busto de madera de Santa Teresa, que estaba en la iglesia, en protesta por la negación del sacerdote a que se realizara la fiesta del Espíritu Santo de la Sra. Sierra. El sacerdote Vélez, desesperado aprovecho para solicitar a sus superiores que designaran a Santa Teresa como patrona del pueblo, alegando que la fiesta del Espíritu Santo no tiene fecha específica para su celebración. Pero muy molesto por el apoyo que iba perdiendo de los munícipes y feligreses, realizo varios contactos hasta con las autoridades para reprimir y coartar la celebración de la señora Sierra, cosa que nunca pude, ya que cada año era más frecuentada y apoyada la celebración.

Luego se descubrió que el establecimiento de Santa Teresa como patrona, partió de una componenda de la Iglesia con el Señor Benjamín Ogando, capitán del ejército, quién deseaba distinguir a su esposa llamada Teresa Ramírez. Historiadores del pueblo consultados, establecen que, Juana Sierra, antes de residir en Comendador, asistía como devota a la Loma de Santa María, en San Cristóbal, dónde se realiza el culto al Espíritu Santo, llevando desde allí los valores y procedimientos del ritual de las fiestas a Comendador.

En cuanto a su organización y función social, están organizados como Cofrades del Espíritu Santo, usan la paloma como símbolo, y el color blanco como promesa, y los atabales para el sincretismo musical del ambiente religioso. Fueron sus fundadores: Juana Sierra, su marido Tomás Ignacio Piña, Marcelino Minier, Marcos Comas, Nepomuceno del Rosario, Martín Montero, Dámaso Gomera, Hilaria y Quintina Piña. La cofradía inició en el lugar donde actualmente está, a la salida de Comendador en ruta hacia Carrizal, en el lugar conocido como Jengibre, en el patio de la casa de la Sra. Sierra, su fundadora.

Cuadro del Espíritu Santo, de la cofradía de origen desconocido.

La celebración al santo y la Cofradía familiar, tiene 155 años el en pueblo de Comendador, con 256 miembros. La responsabilidad de su organización y festejo recae en los descendientes de Doña Carmen Piña, nieta la Sra. Sierra y luego de su fallecimiento, ha estado a cargo de varios hijos y nietos, pero en la actualidad se encarga el señor Jorge Antonio Noble Cáceres (nieto).

Las características que posee es netamente religiosa y de elevada santidad, en la actualidad está vinculada a la Iglesia Católica, sin ser excluyente en cuánto a la presencia de personas que pertenezcan a otras religiones del país, aunque es una cofradía familiar. Cuenta desde sus inicios con el aval y respaldo de las autoridades quienes suelen estar presentes en las festividades. Se hace un desfile en el pueblo cada año y se realizan novenas, con un simbolismo depositando la paloma del Espíritu Santo a los presentes.

Se tocan palos y se cantan salves todo el día y se realiza una misa de cierre. Los platos alimenticios son variados y confeccionados con delicadeza, apegados a la tradición religiosa. Se brinda desayuno, almuerzo, (arroz, carnes, habichuela, chenchen, sancocho, víveres, bizcocho, refresco, galletas, agua, dulces, ron, cigarros, café, té, jugos etc. Durante todo el año los devotos llevan al santuario, ofrenda, como velas, velones, dinero en efectivo, animales domésticos, productos alimenticios, etc. Estas ofrendas son recibidas por los cabezas de la cofradía y se utilizan en la celebración del Espíritu Santo y en apoyo a los cofrades en situaciones que requieran, teniendo esta cofradía además de una función religiosa, también una función social, de apoyo y caridad con sus miembros.

Sobre la historia y el origen del cuadro del Espíritu Santo, la familia informa que se le ha enseñado de generación en generación, que su origen es desconocido, ya que, la forma de cómo llegó a mano de la señora Juana Sierra, esa información ella se la llevó a la tumba, nunca dijo el origen del mismo, aunque siempre se le preguntaba. Siendo este fenómeno, parte mística, secretos e informaciones sagradas que mantenían nuestros antepasados con sus creencias, tradiciones y el celo de ellas. El cuadro tiene una imagen con un niño vestido de azul claro, con el pelo rizado color rubio, ojos que cambian de colores de acuerdo al tiempo, dice una informante de la familia, en su mano derecha tiene una esfera azul cruzada por dos bandas doradas y encima tiene una pequeña cruz, en la mano izquierda tiene unos ramos verdes como de olivo. Hasta donde se tiene entendido, este es el único cuadro que existe del Espíritu Santo en el país y el mundo, y llego con Juana Sierra a Comendador en 1864, de acuerdo a las informaciones suministradas por los descendientes.

Reflexionar sobre determinados conceptos referidos al comportamiento social que es en buena parte la base de las formas y fórmulas o medios de manifestación religiosa que han llegado a nuestros días a través del culto que el pueblo tiene a las más famosas devociones y a las tenidas por imágenes milagrosas, mediante las que se ha "recuperado" progresivamente y consolidado las manifestaciones culturales de gran valor.

Conclusión

Este acercamiento a la comprensión de la Religiosidad Popular y la recuperación de fragmentos de la historia de una tradición, prácticas y modos de vivir sobre la religión y la fe, bajo la cuatro miradas de contextos de devoción diferentes en el  país, nos confirma que la religiosidad se manifiesta en creencias concretas impregnadas de rituales, como un sistema de prácticas encaminados a expresar un sentimiento piadoso en torno a determinadas imágenes sagradas venera en espacios geográficos, político, culturales y económicos significativos. Dado este carácter de conexión de factores, hay en el ritual una polisemia de valores, ya que no sólo comunican mensajes relacionados con lo sobrenatural, sino también económico, social, lúdico, identitario y todo el sistema cultural, que debemos salvaguardar, proteger, respetar, visibilizar y dar a conocer a las nuevas generaciones, para que no se pierda en el tiempo este valioso patrimonio inmaterial e histórico de la Republica Dominicana, legado por nuestros antepasados.

¡Que viva el Espíritu Santo de Villa Mella, El Batey, Cotuí y Comendador!

(Este trabajo se presentó en el I Congreso Internacional de Investigación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo en diciembre del 2022 y será presentado en el 42 del Festival del Caribe en Santiago de Cuba dentro del Congreso de Religiosidad Popular Caribeño del 3 al 9 de julio del 2023.
En la Revista Cultural Polo del Conocimiento de Ecuador, edición núm. 70, Vol. 7, No 7, Julio 2022, pp. 2555-2567, ISSN: 2550-682X, fue publicado este trabajo de investigación que comparto este domingo, día del Espíritu Santo o Pentecostés de acuerdo al calendario de la iglesia católica, una celebración de trascendencia en la Religiosidad Popular Dominicana.)