Le escribo esta carta al amigo,  actual Ministro de educación, doctor Ángel Hernández, quien, posée los valores académicos y la disposición de aportar al desarrollo educativo nacional, como siempre lo ha demostrado, desde las aulas y fuera de las aulas.
He escuchado su discurso, donde plantea que lo importante es "que los niños aprendan" y que, al contrario, los niños, "no están aprendiendo", por lo que "el presupuesto del MINERD, cae en el zafacón".
Amigo Ministro de Educación, los niños (niñas), aprenden, aunque no aprenden lo suficiente, para superar los estandares de las Pruebas PISA. Eso nos obliga a analizar nuestras viejas falencias en el sistema educativo nacional.
La gran interrogante suya es, ¿Por qué  "los niños no aprenden"? Sinembargo, no presenta las posibles trabas.
Hay que plantearse un cuestionamiento a la formación del personal que trabaja de manera cotidiana con los niños y con las niñas, me refiero a los maestros y a la familia.
 
Sin detener el proceso actual de la acción educativa, ya sea presencial o virtual, hay que saber adiestrar o enseñar a los maestros y a las maestras, a trabajar de manera creativa y recreativa con niños y niñas. 
 
Hay que enseñar a los maestros dominicanos, a NO DAR CLASES.
 
¿Y entonces? Entonces hay que ponerlos a que aprendan a dialogar, y jugar, a crear, a actuar y a reinventar mundos, junto a los niños, no simplemente desde el doscurso, sino desde una práctica interpersonal, significativa, supervisada por técnicos y técnicas que tengan plena conciencia política de cuales son los objetivos que se persiguen o que queremos lograr , como sujetos, al servicio del Estado, desde la Educación. 
Una mente crítica, desde las gradas, me pruede preguntar ¿Y si es que el Estado, desde el gobierno, no quiere que los niños aprendan, porque no le conviene o porque responde a tal o cual esquema neoliberal?
 
Eugenio María de Hostos.

Esa es una posible realidad, a la cual hay que ponerle el frente y seguir trabajando, por encima de esas trabas politiqueras, propias de sectores de poder que no defienden, ni aman nuestra patria.

Hay que trazar la aplicación inmediata de talleres prácticos para los tecnicos, supervisores y los maestros y maestras del sector educatuvo, a nivel nacional, para instruirlos en como desarrollar pensamiento crítico, creatividad y como ponernos a volar y descubrir nuevos mundos, junto al potencial imaginativos de nuestros niños y niñas. 
 
Hay que modificar todos los programas de los centros y academias, donde se formen maestros y maestras, hasta familiarizarlos con esa nueva propuesta didáctica y pedagógica que procura desarrollar la creativida, la imaginación y nuevos saberes, desde una pedagogía dialógica.
Esas modificaciones pedagógicas y didácticas, urgentes, incluyen a la Facultad de Educación de la UASD, al ISFODOSU, al INAFOCAN y a los otros centros académicos, responsables de la formación de maestras y maestros.
Esas transformaciones implican, revivir la filosofía de nuestro Eugenio María de Hostos y ubicarla, desde la acción, en las aulas y los hogares dominicanos, por encima de los  intereses nacionales y foráneos que  se oponen, incluyendo las iglesias.
 
Lo referente a la familia, hay que verlo desde la participación activa de las asociaciones de padres y amigos de la escuela. 
 
Amigo, Ministro de Educación, yo confío en sus planes y en sus sanas intenciones. Ahí le dejo mi posición, por encima de los colores partidarios o politiqueros, divergentes.
 
Por una literatura infantil creativa y crítica. Desde un delitar enseñando y un enseñar deleitando, si es que le permiten a usted, seguir avanzando hacia el logro de esa patriótica meta. 
 
¡¡¡Éxitos!!!