Los carnavales trascienden más allá de los carruajes, reinas y trajes típicos, convirtiéndose en un fenómeno multisensorial que no solo celebra la identidad cultural dominicana, sino que también impulsa la economía local y el turismo. La fusión de colores, ritmos y tradiciones se convierte en un catalizador de experiencias para locales y visitantes no residentes en República Dominicana.
La música de tambores, tambores, trompetas, suena mientras un gentío de 25,000 personas camina entre las calles. El carnaval de Punta Cana inició justo cuando las manecillas del reloj marcaban las 4:00 de la tarde, con un clan de motociclistas y la presentación del Rey Momo y luego con las musas que homenajearon al quisqueyano en el Salón de la Fama de Cooperstown, Adrián Beltré.
El Rey Momo honra a una personalidad dominicana que influye e inspira con su labor a los 10.7 millones de dominicanos. Este año fue el beisbolista George Bell, quien militó en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) entre 1980 y 1990. El despliegue multicolor de caretas y disfraces de 37 comparsas duró unas tres horas y reunió a 1,500 carnavaleros.
Los diablos cojuelos, la danza de las hadas, los pintaos o roba la gallina, desde Santiago, Barahona hasta San Francisco de Macorís, fueron tan solo algunas de las representaciones culturales que estuvieron presentes en el carnaval de Punta Cana.
El costo en la elaboración de las caretas va desde los RD$5,000 hasta los RD$ 25,000, según el modelo y la complicación del disfraz. Mientras, la confección del vestuario se sitúa en RD$ 15,000 por un modelo “sencillo”, pero supera los RD$ 100,000, los complicados.
“Los que hemos hecho de plumas, lentejuelas, caretas, brillos o accesorios pueden ascender hasta los RD$ 80,000”, dijo Rosa, una representante de las comparsas.
El carnaval como un catalizador del turismo cultural
De acuerdo con datos del Banco Central (BCRD), entre abril-septiembre del 2014 se reportó una asistencia a eventos culturales de 1,795,090 personas que dinamizaron la economía con RD$ 837.6 millones. Al desglosar los datos, los eventos artísticos representaron el 19% (RD$ 155.6 millones), solo superado por el 52% de la asistencia al cine (RD$ 437.9 millones).
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) señaló que el turismo cultural es un renglón intangible para las economías mundiales. Destacó que los viajeros buscan experimentar la cultura, apreciarla, mejorando y ayudando a mantener vivo el patrimonio cultural de una nación.
Ante esto, el presidente del Grupo Puntacana, Frank Elías Rainieri, explicó que esta actividad representa una oportunidad para República Dominicana de mostrar su riqueza cultural concentrada en un destino. “Los turistas pueden disfrutar de todo, porque vienen comparsas desde La Vega, Santiago, San Juan, Santo Domingo, Bonao”, explicó.
A nivel global existen dos tendencias de viajes de moda: be local y cultural travel, elementos que se convierten en un atractivo para los turistas. A medida que el no residente avanza en su recorrido se queda asombrado de cómo el boulevard está adornado con lluvias de colores, bebidas y elementos típicos que forjan esta festividad cultural. La ciudad está disfrazada.
Según datos del BCRD, de los 9,009,094 pasajeros que llegaron vía aérea en 2023, 4,695,548 fueron a través del Aeropuerto Internacional de Punta Cana. Es decir, el 52.1%. En años anteriores, como 2022 fue de 4,194,686, seguido del 2021 con 2,244,847; 2020 recibió 997,918 personas; 2019 unos 3,564,965 turistas; 2018 totalizó 3,944,536 extranjeros no residentes y el 2017 cerró con 3,659,285 visitantes.
“La industria turística se fundamenta en la oferta de actividades complementarias. El carnaval Punta Cana es el más importante dentro de una zona de producción 100% turística, lo que atrae no solo al público extranjero sino también a dominicanos”, explicó el director ejecutivo de marketing del Grupo Puntacana, Manuel Sajour.
A lo lejos se escuchan diferentes músicas. Desde Daddy Yankee, Karol G, Juan Luis Guerra, hasta nuevos cantantes, gritos de júbilo y la voz del maestro de ceremonias, mezcladas con el tambor. La música no se detiene, el cielo se pinta de colores rosados, azules y blancos. Los orígenes de Quisqueya están presentes: taína, europea y africana, para pintar a los espectadores en baile y color.
“La zona cuenta con más de 45,000 habitaciones de hoteles, más toda la oferta de villas y apartamentos, lo que quiere decir que a nivel de hospedaje tenemos la capacidad de recibir a los visitantes que vienen a nuestro carnaval, luego los negocios de ofertas complementarias como restaurantes, bares y excursiones toman previsiones para la avalancha de público que se genera”, aseguró el ejecutivo a Acento.
Más que una celebración, este evento se erige como un motor económico, según las estimaciones del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (ProDominicana), que cifra en RD$ 1,000 millones el impacto económico entre el Distrito Nacional y La Vega. Este despliegue de cultura y color no solo encanta a los sentidos, sino que también se posiciona como un atractivo clave para el turismo cultural en la región, generando oportunidades para microemprendedores y fortaleciendo la identidad nacional.