Cara a cara con Haffe Serulle
Emitir una opinión sobre alguien que fue tu maestro, genera en quien opina, el miedo a no ser objetivo, y en quien escucha o lee, la duda sobre la opinión vertida. Esto solo se resuelve, en parte, apelando a una conceptualización racional que sea lo más apegada a la verdad. La opinión de un exalumno también tiene sus ventajas, porque al haber conocido de cerca al Maestro, conoce de primera mano y sin filtro su conducta y personalidad, que son permeadas por sus extraordinarios valores humanos. De él se puede decir, sin temor a equivocarnos, que es un hombre lleno de dignidad e intransigente con sus principios que son estandartes de su vida. El Director Haffe Serulle es escritor, director teatral, artista visual, con una necesidad permanente de comunicarse a través del arte. Ser dirigido por Haffe es entrar a un universo de creatividad sin límites.
Algunos jóvenes, casi de su edad y otros mayores que él, le conocimos cuando nos integramos al grupo teatral de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, del cual él era su Director y Fundador. Pienso que ese grupo de Teatro fue para él un laboratorio importante, donde hizo experimentaciones teatrales vitales en su búsqueda permanente de una concepción moderna e innovadora del teatro. Es un profesional que no se acomodó a las enseñanzas tradicionales de la academia. Aprendió de ella y se liberó, rompiendo el cascarón tradicional. Haffe es un director provocador y sus obras siempre son una sinfonía visual y emocional con una intensidad que desafía la percepción convencional del teatro. Su camino rebelde en el arte teatral como en la vida misma, lo ha llevado a descubrirse y a reinventarse cada día.
Resuenan sus palabras en la memoria, sus palabras de motivador: “No se queden quietos, sean creativos, no se detengan, no le teman a la improvisación, inventen formas nuevas…”. El Director Haffe (Diego) Serulle, no es un improvisado, es un hombre de academia. Estudió dirección e interpretación teatral en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, España. Como educador teatral, no se desconectó de los grandes maestro, por eso conoció de Stanislavski “la importancia de la sinceridad emocional y la conexión con el personaje”, pero lo readaptó a su propia concepción en la Dirección de actores: “Pensar para entender”.
Es más que un director, es una escuela, que un día deberá ser reconocido como creador de ella en esta media isla. De Brecht sacó provecho al máximo de su “Teatro épico”, y como Bretch, que ‘buscaba involucrar al público de manera crítica y reflexiva”, creó el método “Acrobático guerrero”, con un paralelismo estético y conceptual que no se detenía en los aspectos formales de la puesta en escena. Era un Teatro ideológico, crítico y sociopolítico, que en el aspecto formal desafiaba la horizontalidad, donde el escenario era cualquier lugar, y exploró la altura hasta donde su imaginación y la posibilidad física de los actores le fue posible. Haffe también fue un profundo estudioso y conocedor de Jerzy Grotowski, y como él, prestó atención “a la exploración de la actuación física y la conexión emocional entre actores y audiencia”, sacando el máximo de los actores que dirigió. Y qué decir de Eugenio Barba, pionero en el teatro antropológico, del cual Haffe tenía y tiene gran respeto, porque centraba su trabajo “en la relación entre el cuerpo, la voz y el espacio escénico”, que siempre fue materia prima para nuestro Maestro.
De todos sacó grandes enseñanzas, pero no se quedó en ellos y evolucionó para encontrar su propia voz, después de habernos dejado en cada etapa de su desarrollo como Director y Dramaturgo, estilos que se aprecian como aportes de lo nuevo en el arte teatral dominicano y del mundo. He mencionado solo algunos grandes maestros en los que Haffe abrevó y al que todo crítico de la obra de él tiene que estudiar para poder apreciar en su justa dimensión en cada uno de sus montajes y experimentos escénicos, las diferencias y cercanías de un Maestro de la Dirección teatral con otros grandes Maestros del Teatro.