Valores anticanónicos de Caleidoscopio en sepia de Amarilis Cueto

(Denisse Español)

Denisse Español.

Siempre hallaremos varios ángulos para realizar un análisis de textos poéticos o de un poemario, particularmente, he decidido evidenciar algunos valores intrínsecos de la poesía escrita por mujeres, es decir, los valores anticanónicos que viven y se destacan dentro de los textos poéticos de Caleidoscopio en sepia escrito por la poeta Amarilis Cueto.

Dentro del proyecto Anticanon hemos venido estudiando y profundizando en la poesía escrita por mujeres, las grandes, las medianas, todas y mediante este análisis, hecho con una visión abierta, hemos detectado, valores propios de esta escritura que nos unen y nos definen como una voz colectiva.

Audre Lorde dijo: Para las mujeres, la poesía no es un lujo. Es una necesidad vital… Los más amplios horizontes de nuestras esperanzas y miedos están empedrados con nuestros poemas. En concordancia con esta premisa Amarilis dice:

Cuando escribo soy eterna,

me convierto en cardumen

que colma atarrayas.

Salgo de mí misma,

dejo huellas invisibles

de historias sin contar.

Amarilis Cueto.

Cuando abrimos el libro, en su primera parte sobresale el título, “Nosotras”. Desde ese momento la poeta comulga con valores no canónicos pues establece con esa pauta inicial un planteamiento sinceramente femenino, no se oculta, expone la feminidad desde la primera oportunidad.

En este renglón Amarilis nos da una carta de presentación donde se acepta como mujer del Caribe que reconoce su ancestralidad y va dando pinceladas acerca de quién es, cómo comulga con su pasado dejando visible el valor del “autorreconocimiento reivindicativo del origen oculto y negado” donde la autora resalta la aceptación de su ascendencia y demuestra la relevancia de sus raíces y su arraigo.

Ejemplo de este valor es el poema “Soy del mar” que inaugura el poemario, 

Soy del mar

Soy del mar, isleña,

morena que mueve su cabello al viento,

azul por dentro, llena de algas y corales;

Un texto a boca llena, que revindica el paralelismo y la fusión de la mujer isleña con su mar propio y de todos. Igualmente, en esta parte del libro la autora muestra su admiración por otras escritoras, artistas y mentoras dedicando poemas a varias de ellas, esta acción permanece durante todo el poemario, la misma apela a uno de los valores propuestos por Angela Hernández en torno a la literatura escrita por mujeres: “el sentido de cooperación y alianzas entre mujeres desde el aspecto metaliterario”

El poema “Ella” es una muestra de este valor.

Ella

A Michelle Ricardo

Suelta sus versos y los canta

Ella, mujer caribe

Ella, mujer empoderada

Mujer afro, canción sin nombre

Ella, nacida al alba

 Estos poemas dedicados a otras mujeres, escritoras y artistas que han impactado su vida generan en el lector un sentimiento de complicidad. También con esta propuesta emerge algo muy meritorio, un valor universal, la humildad de la autora.

En la segunda parte, “Catarsis intima”, la femineidad se convierte en un eje conductor. Deseo realzar un giro que observo acá, Amarilis parte de un colectivo femenino con una mirada amplia, digamos a gran escala inaugurada con la palabra nosotras, y transiciona para centrarse en su individualidad de mujer, expresar sentimientos y preguntas.

En este renglón y en lo adelante a través de todo el poemario resalta otro valor de la poesía escrita por mujeres “La reivindicación de la sensibilidad” Amarilis se permite pinceladas de romanticismo, sensualidad, añoranzas, plantea dudas y expone la nostalgia, (nota) ella diría:

Despertar lo profundo,

ignorar lo prohibido,

con manos que caminan,

y piernas enlazadas.

También,

Quién fuera una vena para estar dentro de ti,

respirar tu sangre y dejar en un suspiro tu recuerdo.

Sincera y franca mujer sensible la poeta va en busca de una libertad temática sin etiquetas, presenta aquello que la llena y aquello que le apasiona alejándose de ideas preconcebidas que minimizan el sentir.

Amarilis Cueto.

En la tercera parte del libro “Pétalos de cielo” se percibe la infinita creatividad y versatilidad de la autora que nos regala una sección de haikus y, a partir de este instante, dirige el cuerpo del texto hacia una profunda admiración de la naturaleza que permanece hasta el cierre, de nuevo dándonos a entender cuáles son sus pasiones y sus prioridades como ser contemplativo, palabras e imágenes, naturaleza, quietud, sinceridad.

Un cocotero

al cielo contemplaba

llamó una cigua

En la última parte del poemario la autora permanece fiel a todos los valores ya mencionados, continúa reverenciando a sus mujeres y hombres admirados, se convierte en una observadora minuciosa de hermosos atardeceres, abre las puertas de su alma para exponer su dolor ante la pérdida. Volviendo a Lorde, esta dijo, “Poner en palabras nuestras emociones es un acto de autorrevelación que nos conecta con el manantial de nuestra fuerza interior”.

Y pienso que el valor que cierra esta colección de poemas el valor de “la osadía”, criadas para la sumisión, la osadía como un valor propone no tener miedo a la expresión significativa y profunda del ser y la existencia misma. Lo que Angela Hernández describe como el “coraje y el valor”, que se permiten las escritoras pese a todos los obstáculos, a tener ideas y expresarlas sin miedo.

Caleidoscopio en Sepia en un regalo de Amarilis a las letras nacionales y a la poesía escrita por dominicanas. Gracias Amarilis por acercarte a la poesía con mentalidad abierta y transparente, sin tabúes. Nos representas a todas. Estamos orgullosas de ti.

Caleidoscopio en sepia, de Amarilis Cueto

(Lepoldo Minaya)

Leopoldo Minaya.

Hace algunos años tuvimos el placer de conocer a Amarilis Cueto. Fue nuestra condiscípula en el entonces Colegio Universitario de la universidad del Estado. Esta estudiante menuda, inteligente, diligente, destacada, se ha convertido, para sorpresa nuestra, en una figura importante del arte y las letras nacionales. ¡Quién diría que teníamos el privilegio de compartir espacio y tiempo, sin saberlo, con uno de esos seres especiales que irradian luz con los vocablos y saben estampar lo bello en nuestros corazones!

El alma del artista conforma ese caleidoscopio por el que nos llegan las maravillas de la existencia y el encanto de lo sublime. Por eso, apreciar el arte nos resulta una introspección. El mundo gira en haces de emociones que redimensionan nuestro sentir y nuestro pensar. ¿Qué sería de la vida sin arte, la incitación que nos mantiene en pie ante el caos de las circunstancias?

Puedo ver en Amarilis cueto una sensibilidad especial que la distingue entre sus iguales. Su capacidad para sentir el Orbe y reflejarlo en obras de arte y de ensoñación se ponen de relieve en este libro que compartimos hoy, Caleidoscopio en sepia, un óbolo generoso de su templado espíritu.

Caleidoscopio en sepia resulta del quehacer sostenido de su autora, que plasma sus impresiones interiores y exteriores en una simbiosis de transustanciación. El resultado es una nueva realidad, imaginaria o no, que se aviene al acto de crear, la mágica aparición de lo no existente en anterioridad con vocación de presencia para la posteridad.

La sensibilidad, el criterio estético y la pasión por la palabra, son atributos esenciales para la escritura de un poema. Esos tres elementos constitutivos se revelan en el hacer lírico de Amarilis Cueto, que es además artífice de narraciones y artista del lente. En este hermoso libro titulado Caleidoscopio en sepia demuestra talento y capacidad creativa en el arte difícil de jugar con las palabras, de encaminarlas hacia la búsqueda de nuevos significados. La calidez del ritmo planteado, la plasticidad de las imágenes elucubrantes y el placer de los hallazgos ingeniosos, he dicho en mis acotaciones, impactan el espíritu del lector hasta hundirlo en un océano asombroso de emociones y acaecimientos novedosos, extraños en ocasiones, desgajados del punto preciso de junción entre el sueño y la desconcertante realidad.

Dice nuestra autora, en una especie de autodefinición:

Yo, Amarilis Cueto,

soy una ola pequeña en un mar bravío.

……….

Habito en los halos de mis letras

en la muerte y vida de mis personajes.

Musito palabras gastadas, de esas

que se dicen, pero no se sienten.

Divago en océanos

de barcas desbordadas

de náufragos sin nombre.

Voy rumiando las alegrías y las penas.

Estoy sola en mi puerto,

en pos de tormentas de mentes raídas,

cargada de vidas que aún no he vivido,

y placeres negados.

Pululan mis ansias en un mundo enano,

vacilan, se caen.

No hay espacio para el olvido.

Sueños mal heridos, lujurias desoladas,

caminos en lontananza,

son el equipaje que me acompañan.

Pero si hoy me devuelvo, en pos de tus huellas,

treparé muros, hilvanaré bejucos,

tejeré historias, vagaré en silencio.

Hay, en Caleidoscopio en sepia, en su dibujar profuso, una vocación de misterio que asalta los sentidos y convoca la alteridad en la que nos descubrimos, con la que nos identificamos. Y es, sin duda alguna, ese manojo de versos que todo autor de un primer texto se complacería en sustentar.

Admiremos estos versos hermosos y delicados de Amarilis Cueto, que deslumbran con sus dicotomías y que por ellos mismos se sustentan:

Mi amor no es poeta,

más recita poemas cuando calla.

Mi amor no es escultor,

pero esculpe mi cuerpo y lo cincela.

Mi amor no es pintor,

pero dibuja sueños en mi almohada.

Mi amor no es escritor,

pero narra en mi espalda la vida.

Poemas brotan de su lengua,

esculturas de manos lujuriosas,

pinturas emanan de sus dedos.

Cincela con pluma, con pincel,

tatuando imágenes lascivas

besa, lame, otorga, milagro,

aparta, maldice, se escapa.

Boca húmeda, manos frugales,

canción sin nombre.