A menudo me pregunto y me respondo y me comento como si todavía estuviesen a mi lado, paseando. Lo que queda ahora es la puerta a medio cerrar, algo bien oscuro que en algún instante se tapa porque también los espejos dejan de reflejar, se humedecen, nos deforman o transforman.

Belkis, Jorge, Tony, díganme, ¿qué pasa?

Belkis Ramírez, Tony Capellán, Miguel D. Mena, Jorge Pineda y Pascal Mecariello, en la Dunckerstrasse 84, Prenzlauer Berg, Berlín, 1995.

Como en un poema de Enriquillo Sánchez, nos encontramos en la calle 19 de Marzo con el Boulevard Saint-Michel. Como en otro de Whitman, somos el hombre, la mujer eléctrica, con Ana Mendieta frente a una ventana de tantas angustias y piedras, cayéndole a Mario Benjamín en su casa y fumando como locos en algún rincón de Puerto Príncipe.

Cuesta mucho habituarse a las palabras sin ecos, a las islas sin agua, a un hacer y vivir dentro de las pasiones por la imagen, las palabras, las alegrías y los ahogos en cada galleta china de la suerte que consumíamos, aunque siempre nos saliera la misma conseja. Porque así era la vida: flotar, “flotando”, como el título de una de las últimas exposiciones de Capellán.

Había un diccionario común entre esos creadores. Se trataba el aquí y el ahora sin arroparlo con la palabra “dominicano”. Se creaban instalaciones, o se apelaba a la gubia o al grafito sin referirse a la “identidad nacional”. Se tenía la conciencia de la soledad del artista, sin tener que subirse a la yipeta del funcionario tal para poder llegar con todos los esplendores a las impuntuales aperturas de nuestras exposiciones. Conversar con cualquiera de ellos era una fiesta en el alma, porque no solo había telas o maderas o piedras o púas: sobre todo, hubo almas libertarias, formas que al final, en su envés, revelaban toda la amplia humanidad y bondad de sus creadores.

Instalación de Jorge Pineda.

Ahora que en el arte dominicano hay que ponerse el sombrero o el traje para poder encajar dentro de los neotrujillistas locales -esos que borran la buena creación por la capa del patrioterismo-, vuelvo a esas mis amistades, pensándonos como a veces nos encontrábamos: tirados en el suelo, viendo algún cielo estrellado, tomándonos en el mejor café, el de los sábados, sintiendo que esta tierra era toda la tierra y que compartíamos ese mismo cielo.

Después de Jorge, Tony y Belkis, entre otras amistades, el arte dominicano se ha vuelto más miserable. Es patético ver a tantos creadores haciéndole antesalas a los fulanitos aquellos de los ministerios, bancos, departamentos culturales, como si las migajas no fuesen suficientes y hay que volver al día siguiente o “deme su número, que lo contactaremos”.

Solo hay que ver a jurados, seleccionados y ganadores de las últimas bienales plásticas en el país dominicano. Solo hay que acercarse al Museo de Arte Moderno, que más bien parece una cárcel de Alcatraz por todos los rehenes que permanecen en sus paredes, y los más condenados, en el sótano, aplacados todos por los humores de lo que le gustaría al Palacio o al despacho de la ministra.

Dos males como grises sombras que se transforman en jaulas de hierro: el arte que deviene en ilustración de periódico y el arte que valida un discurso nacionalista y que se convierte en propaganda. De verdad que nos gusta reír, que gozamos la ironía, pero una cosa es crear para los jóvenes narcos de Miami o los funcionarios que luego serán encauzados por el Ministerio Público por un par de millones desviados a sus cuentas particulares y el buen arte, comprado a yardas.

Hay una conciencia generalizada del arte como transposición de realidades, sin advertir el aura que debería tener la buena obra de arte, aquella que vive de sí misma y no solo de sus circunstancias históricas. Y no es que la historia, el presente, tengan que desdeñarse. Solo bastaría asumir otras estrategias como, por ejemplo, las practicadas por Pineda ante el tema de la infancia y la adolescencia, las de Ramírez ante el tema de género y las de Capellán ante el medio ambiente. Estamos ante tres modelos para ser pensados, investigados, valorados, puestos en escena. Ellos siguen esperando su hora. Mientras tanto, mientras el hacha va y viene, las autoridades y las escasas academias se limpian las manos con ese magro ritual de premios, diplomas.

Tony Capellán.
Tony Capellán.

Cuando el mundo cultural solo depende del certificado de ganador, del milloncito de pesos como compensación o apoyo para que el artista de lugar complete el préstamo por su apartamentico en El Polígono y de esa obsesión porque el locutor de la voz engolada hable con el mismo tono sobre el Gran Artista y el próximo Juego de Aposentos para ser subastado, entonces hay que remojarse la cara. Y si aparece algún espejo, mejor, aunque no haya suficientes garantías de pensamiento crítico en el patio local.

Y claro que hay manos y ojos emergentes, visiones refrescantes, jóvenes, que re-ven sus cuerpos, que se permiten hundirse o deslizarse sobre las aguas como nuevos Jesuses o Jesusas, que asumen su medio con nuevos paradigmas, y eso sí que es saludable.

Pero mientras tanto, vuelvo a mi trío de Jorge-Belkis-Tony con una marca a lo Tito Rodríguez: “Inolvidablemente vivirán en mí”.

***

En el 2009 el Grande Halle de la Villete, en París, fue el espacio para que la Kréyol Factory presentara una gran exposición donde brillaría el arte de antiguas colonias. Curioso que fuese precisamente en la capital francesa donde se encontraran grandes artistas de vanguardia local: Belkis Ramírez, Jorge Pineda, Tony Capellán, Mario Lora Read, Límber Vilorio y Pascal Mecariello.

Un momento espectacular ocurrió, sin embargo, en el metro parisiense: cuando en las portadas de los principales periódicos la instalación de Tony sobre el mar Caribe fue escogida para representar la muestra.

Ahora vuelvo a esos 3.37 minutos de reportaje a esa obra.

Estamos en el 2009 y sigue siendo como si nada, como tan ahora:

https://www.youtube.com/watch?v=dmNT1tTP3D4

En el 2015 el Pérez Art Museum Miami incluyó esta obra bajo el concepto glissanthiano de “Poética de la Relación”, ofreciendo un importantísimo testimonio visual:

https://www.youtube.com/watch?v=zT5WnhJqx9A&t=5s