Música y teatro

Los grandes maestros de la música han dejado testimonios sobre las diferentes pandemias. Mencionemos, por ser quizá la más reciente, la Sinfonía número 1 de John Corigliano (Nueva York, 1938), estrenada el 15 de marzo de 1990, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chicago, bajo la dirección de Daniel Barenboim, con la cual su autor decidió homenajear a todos los que habían muerto víctimas del sida.

En cuanto a la producción teatral y las pandemias, los dramaturgos más importantes de cada época han dejado plasmadas sus huellas creativas. Recordemos  que el teatro ha sido y es la síntesis de las aventuras y desventuras del hombre, y de las transformaciones registradas por la naturaleza, así como fiel testimonio de las pasiones y sentimientos humanos.

Las puertas de los teatros se han cerrado, ciertamente, pero los espacios abiertos se han puesto al servicio de todo tipo de creación artística, y los espacios cerrados y oscuros han dado lugar al nacimiento de nuevas formas expresivas, cuyo desarrollo veremos en los próximos años, pues en el arte las formas jamás son las mismas, aunque, como es natural, lo viejo

La soledad    

La actual pandemia nos ha permitido reflexionar acerca del arte y su trascendencia, y reconocer de manera más consciente el papel que juega la soledad en el proceso creativo. Tal como han planteado reconocidos creadores, el arte ha sido relevante en momentos de tensión  porque la reflexión artística cura, en tanto y cuanto alimenta el espíritu y crea esperanzas. El creador y el consumidor de arte están en constante diálogo. Por eso, cuando la obra alcanza la categoría de arte, ocurre la transmisión de ideas, pensamientos o hechos entre ellos.

Superamos al siglo pasado en la forma de comunicarnos gracias al desarrollo de la tecnología virtual, lo cual nos permite tener mayor alcance en la difusión del arte. Así, puesto que el arte es inherente a la salud y es patrimonio de la humanidad, debe ser  difundido y financiado más allá de toda consideración puramente economicista.

El arte, como la salud y la educación, es imprescindible para la sobrevivencia humana, y es lo único verdadero que nos queda al final de toda tormenta. Sería desafortunado preguntarnos cuánto cuesta el arte, cuánto podría generar en términos económicos, porque el arte no es una mercancía: el arte es conocimiento y sabiduría, y proporciona deleite en los seres humanos, y esto es incuantificable.

Solo los gobiernos fanáticos de la austeridad fiscal y las sociedades obsesionadas con la economía ven el arte como mercancía.

La fórmula de cuánto invierto, cuánto obtengo, no debe aplicarse al arte porque sería atentar contra lo más preciado que nos ha legado la naturaleza: la vida.

Estado. Apoyar a nuestros creadores         

El arte humaniza. Si el Estado invirtiera en el arte como en el fomento del turismo, seríamos una sociedad muy diferente, mucho más desarrollada y organizada. Por consiguiente, el Estado debe apoyar a nuestros creadores: abrir espacios para que tengan contacto con el pueblo, que proporcionen alegría y coadyuven a fomentar el hecho creativo.

Respecto al teatro, el Estado debe disponer de los medios audiovisuales a su alcance para presentar obras teatrales, talleres de creación artística y promover la dramaturgia dominicana.

Las instituciones públicas y privadas deben apoyar el desarrollo del teatro, llamar a nuestros creadores a que presenten proyectos teatrales y asumirlos como suyos. Esto nos permitiría involucrar a cientos de jóvenes en la dinámica teatral, de la cual se beneficiaría el pueblo dominicano.

Recordemos que ninguna pandemia ha sido capaz de detener el desarrollo del arte, digamos, de la humanidad. Los efectos de las plagas y pestes son momentáneos, pues el hombre, con su poder creativo, los supera. Así pues, en esta pandemia démosle al arte el sitial que se merece.

* (Este trabajo fue publicado originalmente en la revista  Reservas/Arte y Cultura, del Banco de Reservas de la República Dominicana, Edición 1, enero 2022.  Director: Wilson Rodríguez. Editor: Mijail Peralta R. En esta ocasión, el trabajo en cuestión ha sido revisado y corregido por el autor).

Haffe Serulle en Acento.com.do