Época

"Tiempos sin alma

Con garras implacables.

De los altares profanados

Fluyen torrentes de odio

como el aliento primario

de los infiernos ocultos

borrando los propósitos

los vocabularios y signos.

El amor resistiendo

Como una vara milenaria

de un árbol indomable.

La ciudad es un temblor.

Fugaces rostros y pasos

sin destinos ciertos.

Cerrojos en las puertas.

Los ojos clandestinos

en las cuencas timoratas.

El techo del mundo

es apenas una metáfora.

¿Cuáles títulos amanecerán en los carteles?

¿Dónde acertará un poeta sus predicciones?"

El poema que antecede corresponde al libro Ánforas, de Francisco Ortega Polanco.

El periodista, ensayista y juez de la Suprema Corte de Justicia, Francisco Ortega Polanco (El olor de la tierra. Cuentos, abril 2021) se nos presenta ahora en labor de poeta, con Ánforas (octubre 2022.)

El libro contiene 74 poemas, distribuidos en 133 páginas. Es una edición del propio autor.

El lector es guiado por Ortega Polanco por los juegos del amor, el amor de los debutantes y el amor de amantes que conocen de las más íntimas pasiones, a esos amores canta el poeta con sugerentes imágenes de erotismo.

También nos invita el poeta a las reflexiones místicas y filosóficas, al ejercicio de la contemplación de las manifestaciones de la naturaleza y del universo.

Y no faltan los versos sobre los insondables senderos –a veces llenos de meandros y a veces rectilíneos, pero siempre paralelos– de la vida y de la muerte. ¿Ida o regreso? No importa, siempre se camina hacia la vida, no se detiene ese ir hacia la aparente extinción que llaman muerte, y de ambos estados estamos siempre en permanente regreso.

En el poema de apertura, Espejos en el mar, cuando dice:

“Marea baja en las córneas santas/entre el verde y el azul de su mirar

/que a la fiera del amor solivianta”,

nos recuerda a Miguel Hernández, en su poema La boca:

“El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.”

En la primera parte del libro Ortega Polanco nos deleita con sus creaciones alusivas al amor.

En los poemas Desafío, Infracción, Proposición, Incitación, Resolución, Rosa, Dilema, Retozos, Refugio, Amuleto, Intimidad, Anticuario, Complicidad, Impostor, Debut, están presentes la mujer y el hombre, sus cuerpos, deseos y pasiones.

Veamos:

“Un conjuro de garras

/y alas enlazadas.

Ángeles reincidentes

/saciando una sed antigua

/en sus fuentes efímeras.

Desfogue de las ansias

/represadas en la conciencia.

Prohibidos néctares

/imprescindibles e inocuos

/que emanan de los altares lúbricos y solemnes…” (Intimidad. Pág. 39).

 

En otro poema nos dice:

 

“Fuego repartido en dos incendios.

Mano que araña, mano que besa…

¡Dios me libre de Dios!

¡Indecisión de la boca y los brazos!

¡Que no me suelte la rienda!” (Dilema. Pág. 19).

En las páginas 69 y 84 se brinda al lector ilustraciones basadas en obras del maestro Juan Carlos Reyes.

Luego de las imágenes de Reyes, en la segunda parte, Ortega Polanco nos entrega los poemas surgidos de las reflexiones sobre los asuntos imperecederos en el ser humano: Vida, Dios o Dioses, universo, naturaleza, justicia, paz, fraternidad, guerra.

Relojo de agua, sobrevivir, Frente al mar, Reintegro, Perfume, Síntesis, Marca, Liberación, Mi héroe, Apocalipsis, Reportaje, Presencia, Resignación, Nana invertida, Nacimiento, Exaltación, Nana para un príncipe, Locura, Ideal, Libros, El otro, Época, Festividad, La tierra mía, Temporal, Amistad, Ancianidad, Ángeles y Epílogo completan el poemario Ánforas.

 

“Nos confundimos

/en un juego de espejos

/cual si fuésemos partículas

/de un antiguo universo

/desintegrando en ínfimos rostros/que pleitean y se buscan”, nos expresa el autor en El otro. Pág. 116).

En el poema Reloj de agua (Pág. 85) el poeta Ortega Polanco se asoma a las grandes interrogantes de la humanidad, tan antiguas que se pierden en el pasado:

“Vano afán, acumulación de espuma de recuerdos, fracasos y candilejas.

Estelas de barro en caminos de agua/

Disputándole a la muerte su corona.

Definitivamente: ¡seremos olvidados!

Antes o después del reloj de la lluvia

/todos seremos reintegrados, íntegros

/a la insignificancia de las cosas.

Los instantes: el dominio verdadero

/de una conciencia fugaz y veleidosa.

¡Pobres pasajeros sin destino cierto!

Cazando aplausos, cosas, monedas

/ajenos al discreto rumor de cementerios

/que envuelve su naturaleza.”

Y en el poema Festividad, nuestro autor poeta se detiene a otear en el misterio del Redentor, del Dios hijo de Dios y su manifestación corpórea hecha carne:

 

“Un hombre tenso, frágil

retomó los caminos

de laberintos y abismos.

¡Salve redentor

de la fe claudicante!

Llegaste un ala

de un sagrado designio

y las amorosas zarpas

corrieron los visillos

y desempolvaron

las córneas y el alma.”

 

El libro Ánforas viene a consolidar al Francisco Ortega Polanco poeta.

Pero la poesía nunca fue ajena a este autor. Porque en su narrativa ya estaba presente lo poético. Los remito a los siguientes párrafos del cuento El olor de la tierra, de su libro homónimo:

“Esta tierra feraz huele intensamente a sangre y no me asombra que sea así”…

“Parecía que la guerra terminaba con la sangre que desbordaba los linderos de la imaginación.”

“De las descendencias de Filomeno Cruel y Botánico Mata quedaban las hembras, manojos trágicos de una paz antigua, nostalgias y penas.”

Enhorabuena al poeta y narrador Francisco Ortega Polanco. El poemario Ánforas puede resultar una placentera lectura.

El libro está disponible en librerías locales. También en el sitio Amazon, con posibilidad de que se pueda adquirir tanto en versión digital como en impresa.