Al tratar con rigor y a fondo este tema podríamos afirmar que el ancianismo, la esterilidad y el parentesco sanguíneo van agarrados de las manos en los personajes bíblicos, y en especial, entre los más importantes. Fenómenos tan sorprendentes que, si mostramos al profesor Andrés Blanco diría, de manera jocosa: ¡qué casualidad más cabrona!

Según la tradición bíblica, el pueblo judío se originó a partir de tres patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob, cuyas mujeres eran estériles, y dos ellos, Isaac y Jacob fueron productos de la esterilidad. Jacob recibió el nombre de Israel y más adelante la tierra del pueblo judío fue nombrada como él: Israel. Jacob tuvo doce hijos varones y una hembra, cada uno de los cuales dio su nombre a un pueblo (epónimo). Jacob fue padre de las doce tribus de Israel; pero vienen de la generación abrahámica.

El patriarca Abraham hijo de Taré y Amathlai nació en Ur, de los caldeos, Mesopotamia actualmente Irak, en el siglo X1X, a.C. Sara, su esposa, nació en 1752 a. C., fue, según la Biblia, la esposa de Abraham y madre de Isaac. También era medio hermana de su esposo y unos diez años más joven.

Abraham y Sara.

Abraham con 100 años y Sara tenía 90 cuando a luz a Isaac. El libro del Génesis dice que su nombre original era Sarai. Pero Dios lo cambió a "Sara" antes de concederle el milagro de tener un hijo a la edad de noventa años. También el nombre de Abraham era Abram, pero Dios lo cambió por Abraham.

Abraham tuvo otras esposas, porque según la costumbre de la época, los hombres de posición tenían, además, concubinas y siervas, una de ellas es Agar, quien, por pedido de Sarah, su hermana/mujer concibe un hijo para dejar descendencia en su nombre. Esa otra esposa se llamaba Queturá o Quetura. Sus hijos con ella fueron Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súah, además de Agar la egipcia, madre de Ismael.

Agar era una sierva de Sara y no era israelita, sino egipcia, quien es la madre de Ismael con 13 años mayor que Isaac. Agar es la primera persona en la Escritura en ser visitada por un ángel y es la única persona en la Escritura en ponerle un nombre a Dios: El Roi, “el Dios que me ve”. Agar le dio un hijo: Ismael. Pero aun tendrían que esperar 13 años más para el nacimiento de Isaac, el hijo de la promesa.

El hijo de un anciano de más de 100 años y de una anciana estéril toda su vida que ya tenía 90 años. Ismael es el primogénito según los árabes, no Isaac.

Según las tres religiones abrahámicas Ismael es el antepasado de los ismaelitas o árabes. Sobre él recae la controversia acerca de cuál de los dos hijos de Abraham era el legítimo primogénito.

El pacto o convenio que Dios hizo con Abraham fue la circuncisión. Ésta simbolizaba la pureza ante Dios y era también un recordatorio simbólico de las promesas que el Señor le hizo a Abraham relacionada con su posteridad.

Era costumbre para la época, cuando una mujer no podía concebir ser motivo de separación. Es decir, divorcio. Pero, para mantener la unión se recurría a una solución: el marido se apareaba con la esclava de la esposa para tener hijos. Raquel le ofreció a Jacob-Israel su sierva Bilha (Génesis 30:3). Sarai-Sara le dio a Abraham a su sierva egipcia Agar (Génesis 16:2).

La Biblia dice que Rebeca fue estéril por 20 años, pero que luego, Dios respondió a las oraciones del esposo que deseaba ansioso un hijo varón para perpetuar su nombre y su heredad, favoreciéndolo con hijos gemelos, tal como fue profetizado antes de su nacimiento, los hermanos fueron rivales entre sí. El hijo preferido de Rebeca fue Jacob. Mientras Isaac amaba más a Esaú. Rebeca era muy hermosa, sociable e inteligente, pero de gran sencillez (de ahí viene su significado del nombre). Rebeca la madre de Esaú y Jacob, era nieta del hermano de Abraham, Nacor. Ella era prima de Isaac. Su nombre significa en hebreo “el que hace oír”. Tenía 60 años cuando nacieron los gemelos y el abuelo, Abrahám 160. Vivió por 180 años.

Rebeca esposa de Isaac. “Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer… He aquí que había gemelos en su vientre…Y salió el primero rubio y le llamaron Esaú… Y después salió su hermano y fue llamado Jacob… Y era Isaac de 60 años cuando Rebeca dio a luz” (Génesis 25:21-26).

El significado del nombre Rebeca es "aquella que lleva lazo", por ese motivo, también puede tener el siguiente significado: "aquella que une".

Raquel, significa “oveja” en hebreo. Fue esposa de su primo Jacob. Además, fue la madre del patriarca José y de Benjamín. Era la hija menor de Labán, quien era hermano de Rebeca. Hermana de Lea, que también fue esposa de Jacob. Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel. Según la escritura eran muy diferentes. Los ojos de Lea eran tiernos. Pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer. Jacob amó a Raquel y dijo a Labán: Yo te serviré siete años por Raquel, tu hija menor. Pues como su padre Labán y Rebeca eran hermanos, entonces, Jacob, Lea y Raquel eran primos.

Jacob nació en Canaán en el año 1791 a.C. y su nombre en hebreo significa “usurpador o suplantador”. Otras mujeres de Jacob son Bilha y Zilpa.

Un dato importante sobre Raquel es que era pastora, la primera pastora en la Biblia. Ella tuvo dos hijos. Un hijo que llamó José, y luego, su segundo, Benjamín, y murió de parto. (Génesis 35:16-19).

José fue gobernador de Egipto y Benjamín se fue de Canaán a Egipto con toda su familia y habitó en la tierra de Ramesés. Raquel fue bendecida con su descendencia, premiada con una doble porción. A través de sus nietos se formaron 2 tribus: Efraín y Manasés.

Ana, esposa de Elcana, nombre que en hebreo significa “compasión” o “Jehová se ha compadecido”. La escritura dice que Ana lloraba y oraba por un hijo y el creador le concedió su deseo, dándole un hijo varón. Samuel, que en hebreo significa “pedido a Dios”. Ver (1 Samuel 2:1-10). Samuel llegó a ser profeta y gobernante de Israel.

Manoa y Hazelelponi son los padres de Sansón. Su pareja viene de la tribu filistea de Timnat, cuyo nombre es Dalila. A la esposa de Manoa se le apareció el ángel de Jehová y le dijo que, aun siendo estéril, concebiría y tendría un hijo, si se sometía a cumplir ciertos requisitos: porque ese hijo debía ser nazareo (consagrado a Dios) y salvaría a Israel de los filisteos (Jueces 13: 2-7). La mujer dio a luz y le puso por nombre Sansón, quien sería el libertador y juez de Israel por 20 años. Fue el más fuerte de los hombres, célebre por sus hazañas y su valentía.

¿Qué misión debía cumplir Sansón? Ayudar a liberar a los israelitas de los filisteos. Así mantendría la fuerza física, además, que debía abstenerse completamente del alcohol, nunca tocar un cadáver o cortarse el pelo. Tal como el ángel predijo, Sansón nació y sus asombrados padres lo criaron exactamente como se les había instruido.

Elisabeth, mujer piadosa, esposa del sacerdote Zacarías. Fue la madre de Juan el Bautista, pariente de la Virgen María (Lucas 1:36), la madre de Jesús. Su hijo Juan fue el precursor de Jesús a quien bautizó en el río Jordán. Su vida estuvo marcada por la oración y el ayuno. Preparó el camino para el ministerio del Mesías de Israel.

Zacarías ante el ángel.

La Escritura dice que, Zacarías al ver el ángel se asustó y se llenó de temor. Pero el ángel le dijo: ―No tengas miedo, Zacarías, pues Dios ha escuchado tus oraciones. Tu esposa Elisabeth te dará a luz un hijo, y lo llamarás Juan. Su nacimiento les traerá mucha alegría a ti y a muchos más, porque tu hijo va a ser un gran hombre delante del Señor. Zacarías no lo creyó, entonces, pasó lo que tenía que pasar por su incredulidad. El arcángel Gabriel le castigó por su incredulidad con quedar mudo hasta que se cumpliera lo que le acababa de anunciar.

Ana, la madre de la Virgen María, nació en Belén. Se casó con Joaquín de Nazaret en Galilea. Joaquín fue un pastor dado a la tarea de suministrar el templo de Jerusalén con ovejas para sacrificios. Después de 20 años de matrimonio, Ana y Joaquín no tuvieron hijos porque ella era estéril. Una vez, cuando Joaquín escuchó burlas por su estado sin hijos, se dice que se fue al desierto para suplicar a Dios que les diera un hijo. Mientras Ana gritaba: “Por qué nací, Señor”. Después de un tiempo de ayuno, un ángel apareció para asegurarle que él y Ana recibirían una hija que debían nombrar María.

Después del nacimiento de la hija, Ana y Joaquín consagraron a María a Dios en el templo de Jerusalén y ella pasó gran parte de su infancia allí. Cuando María tenía catorce años, la desposaron con José de Nazaret y la historia de María continúa con el nacimiento de su hijo, Jesús, y su vida en la tierra.

Jesucristo, el Mesía, el hijo del carpintero José y María de Nazaret, fue concebido en el pueblo de Galilea a tenor del misterioso anuncio que el ángel Gabriel le hizo al artesano de que su prometida (aún no se había celebrado la boda) estaba encinta. Pero que el fruto de su vientre no era obra de un ser humano sino del Espíritu Santo. María era prima de Isabel, esposa del sacerdote Zacarías, quienes en la vejez engendrarían a Juan Bautista.

Dos versiones distintas con respecto a la fecha del nacimiento de Jesús. En aquellos días se promulgó un decreto de César Augusto por el que todos los habitantes del imperio debían empadronarse, cada cual en la ciudad de su estirpe. San José y la Virgen María hubieron de dirigirse a Belén, en Judea, a unos 120 kilómetros de Nazaret.

El humilde nacimiento de Jesús tuvo lugar en tiempos del rey Herodes el Grande. Por lo tanto, no pudo ocurrir más allá del año 4 a.C., fecha de la muerte del tetrarca. Según el Evangelio de San Lucas (2, 1), Jesús nació en tiempos del censo ordenado por Augusto y efectuado por Quirino, gobernador de Siria.

Es decir, que para Lucas (2,20), la buena nueva llegó a través del anuncio de los ángeles a unos pastores, que acudieron a Belén y fueron los primeros en "alabar y glorificar a Dios por todas las cosas que habían visto y oído".

San Mateo, en cambio, narra la visita de tres misteriosos reyes de Oriente que, guiados por una estrella, acuden a adorarlo y le ofrendan oro, mirra e incienso. Previamente, estos reyes "magos" habían pasado por Jerusalén preguntando "¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?" Tal pregunta llenó de temor al rey, quien ordenó pocos días después una terrible matanza de niños varones, que el cristianismo recuerda cada 28 de diciembre como el Día de los Santos Inocentes. Advertidos del peligro que los acechaba, José y María huyeron de Belén con su hijo y se refugiaron en Egipto, donde permanecieron hasta la muerte del rey Herodes.

Mateo 1,18-24: La concepción de Jesucristo fue así: La madre de Jesús estaba desposada con José, y antes de vivir juntos resultó que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era bueno y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero apenas había tomado esta resolución se le apareció en sueños un ángel del Señor, que le dijo:

José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta: Mirad, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa: “Dios con nosotros”. Según la profecía el niño se llamaría Enmanuel, pero María lo llamó, Jesús. Entonces María no sabía que daría a luz el hijo de Dios, el Hijo del Altísimo, profetizado por más de mil de años.

Por lo tanto, los escritos nos parecen oscuros en torno a la fecha, lugar de nacimiento y el nombre de Jesús. Solo coinciden con la muerte del rey Herodes el Grande en el año 4 antes de Cristo. Jesús en hebreo Jeshua, que significa “Dios es salvación”. La Iglesia Católica añade, “Jesús en hebreo significa:

'Dios salva'. El censo, por si acaso lo hubo, está en duda porque Quirino fue nombrado gobernador de Siria en año 6-14 d.C., habiendo una diferencia de 10 años entre la muerte de Herodes y la fecha de dicho censo. Pues la cronología del censo de Publio Sulpicio Quirino, es mencionada por Flavio Josefo en Antigüedades de los judíos XVIII 1,1, y lo sitúa en los años 6 de nuestra Era, tras el destierro de Arquelao por César Augusto. El censo tenía una finalidad puramente fiscal / tributaria.

Con respecto al lugar de nacimiento por igual, Juan y Marcos lo sitúan en Nazaret de Galilea, mientras Mateo y Lucas en Belén, de Judea. El nombre Jesús (Jeshua), y la profecía lo anunciaba Enmanuel.

En conclusión, Abraham-Sara eran medio-hermanos y ancianos cuando engendraron a Isaac; Isaac-Rebeca, primos hermanos; Jacob-Lea y Raquel, primos hermanos; la Virgen María-Elizabeth, en español Isabel, primas hermanas, cuyos hijos Juan el Bautista y Jesús el Mesías, primos. Mientras las mujeres, Sara, Rebeca, Raquel, Hazelelponi esposa de Manoa, Ana esposa de Elcano, Ana esposa de Joaquín madre de María Virgen y abuelos de Jesús el Cristo, Elizabeth anciana esposa del anciano Zacarías, todas también estériles. Pues visto con ojos críticos, nos da la idea que son acontecimientos fabulescos y programados, más ficticios que reales (mitos).

Notas

Mujeres estériles en la Biblia, escrito por Abigail Rodés, junio 2021. (Sacado de la Internet)

Biblia Reina Valera 1960, citada en un ensayo publicado en la Internet.

Luis Alonso Schokel, La Biblia de Nuestro Pueblo.

Diccionario Pequeño Larousse.

Antonio Piñeiro, Universidad Complutense de Madrid, ensayo publicado en la Internet.

Unión hierogámica es a aquella que se da entre un dios o ángel y una mujer humana. En la Biblia hay ejemplos de ello, en el capítulo 6 de Génesis se habla de la unión sexual de los hijos de Yahvé y las hijas de los hombres: “Vieron que eran guapas (…) y les daban hijos” (Gn 6, 2-4).

De la unión hierogámica entre mujeres estériles como Sara (Gn 17, 15 ss), Rebeca (Gn 24, 21), la madre de Sansón (Juec 13, 2-5), de Samuel (Sam 1, 111 ss) y de Juan el Bautista (Lc 1, 7 ss). Igualmente, los padres de la Virgen María parecían ser estériles si atendemos a lo que nos dice el Libro sobre la Natividad de María: “De la misma manera que ella nacerá de madre estéril, así, siendo virgen, engendrará a su vez al hijo del Altísimo” (III, 3).