Como lector precavido, abro este libro de poemas y, de inmediato, siento una voz que se procurara
a sí misma, como quien ha diseñado un holograma verbal, para refractarse desde sus metáforas.
Aquí está la palabra que nombra el otro yo de quién se mira, en su propio espejo. Esa voz que dice de sí misma, es la misma voz que se incorpora Desde la metáfora, para dejarnos caer sobre nuestros ojos su melancolía, su nostalgia hecha mujer y aventuras. 
 
Este libro nos habla y nos dice de un vivir que se incorpora en el cuerpo de otros cuerpos. Es la palabra que fluye, convertida en música, desde una poética que reclama su condición humana, su otro perfil de encarar su tiempo, para dejar constancia de su historia.
Me estoy refiriendo al poemario "Al filo del vuelo", de Evelyn Ramos. Editora Búho, S.R.L., 77 págs. Año 2023. Santo Domingo, República Dominicana.
Uno se adentra en el discurso sin caretas de esta creadora, y no difícil llegar a la multiplicidad semántica del armazón metafórico de sus versos, apegada a aquella poesía libre, como el aliento de furia espiritual y herotismo que emana de estos cantos.
Créanme,amigos lectores, que cuando ví el título de este libro, recordé la antología poética "Al filo del agua" (1979-1999 ), del Taller Literario"César Vallejo", de la UASD, espacio cultural y creativo, en el que  la autora fue parte, en su travesía académica, quedando marcada por la práctica escriptural de ese laboratorio literario, del cual, este 13 de enero, se cumplen 45 años de su fundación.
Volviendo al centro del discurso poético de la autora, hay que advertir la ritmicidad de su poetizar y aquel espontáneo manifestar de miradas y sentimientos que aquí se reafirman. Veamos:
"Cabalgo/Amazona manza de la noche y aún no alcanzo la ansiada entrada hacia la gruta donde andan tus sueños tejidos con hilos de mares perdidos/ Cabalgo/ Tu luna al  menos me alumbra el galopea campotravieso/y cabalgo aunque sucumba al inevitable desboque"//.
(Ver poema "Cabalgo", pág. 30, obra citada).
Evelyn Ramos.
Es la decisión de quien se arriesga a vivir su propia historia de lujurias y sueños. Es el arrebato de seguir los caminos de un existir, sin pausas, a pesar de las derrotas. Es la esperanza de ser y seguir siendo, ente de retoños y movimientos, desde la palabra.
Es la expresión sin detenimientos, como quien se deja moldear por aquel aliento de modernidad que hoy remueve la existencia experimental del quehacer poético del siglo XXI latinoamericano.
Es otra voz femenina que llega con temple de cabalgar, aunque, a sabiendas, tenga que derribar sus propias sombras, en su trajinar.
Este es un libro para conversar con él y escuchar sus diálogos. Yo inicié mi conversatorio con esta obra y vi y escuché un comunicar deseos, angustias, fuegos, idas, retornos, pasos y silencios. Me dejó un discurso de llanto y de erotismo sin caretas.
Decir con música, aquí es lo que importa. Los requiebros de la existencia de la autora, son excusas para decir y seguir hablando desde la palabra hecha imagen o metáfora.
Tú, cómo lector, siente que no estás solo, ante esta obra. Alguien, multiplicada a multitud de dice, te habla y te convoca a la desnudez, aunque de repente nos deje su aleteo de desamor y rupturas. Veamos:
"Era otro cuerpo y mi cuerpo junto a ti/ Era tu urgencia/tu desahogo/tu expulsión/ Era mi cuerpo estático brotando asco/hastío/y la costumbre con su sabor rancioen mis años/ Era tu incógnita dudosa/era su sombra que pasaba/.Era mi grito embalsamado que salía del espejo perdido de mi verdadero yo/ Era otro cuerpo que tejía la vida en su riqueza y mi cuerpo junto a ti tejiendo la misma que moría en su miseria/ Era otra piel junto a la mía/ que me adherías con llagas insalvables/Y un flash de valentía que parecía imposible/recogí mi cuerpo/mi piel y mi yo/y entonces escapé"//.
 
(Ver poema titulado "Jugarreta", pág. 34, obra citada.
Escapar del llanto es la permanente batalla en esta poética, para adherirse al amor en desnudez y sin llagas…sin excusas.
Es como si la poeta entendiera que desde la agonía, el ritmo también palpita al decir, al comunicar, más allá de la imagen, en el poema. Aquí no hay un pedazo de vida convertido en memoria, no, aquí hay toda una vida vertida en versos, diciéndose y exigiéndose a sí misma, su derecho a vivir, desde el soñar sentible de la poesía.
La poeta representa aquí, al cuerpo de los otros y las otras que, al caer sobre la polvareda, se levanta,  respira, mira, olfatea y vuelve a caminar, en su ruta hacia lo estético.
Este libro que nos habla, es también el libro que nos acusa y nos reta a amar, por encima del resquemor de la muerte.
 
En la voz de esta obra, está el testimonio abierto de un alma que se procura y se reafirma, desde la huella insalvable del recuerdo o de la memoria.