A 48 horas de conmemorarse el Día Mundial y Nacional del Teatro, el Sindicato de Teatristas de la República Dominicana (SITEARD) difundió lo que llamó "inspiradoras palabras" del actor, director, dramaturgo, activista, sindicalista e investigador Héctor Jerez.
Este alertó sobre la "tecnología invasiva" de un poder global que tiene a la Inteligencia Artificial entre sus herramientas y a la par apuntó a nivel nacional a quienes logran que impere "una visión excluyente de la cultura".
Esta última, dijo Jerez en su texto difundido por el SITEARD, "concentra la atención y los recursos del Estado, relegando a los actores y creadores del hecho teatral a un segundo plano".
Todos estos relegados conforman, subrayó, "la clase resiliente que se mantiene vigilante ante políticas que pretenden aniquilar y debilitar este medio único e idóneo que transmite conciencia y que lleva en su esencia el germen de los cambios que necesita el mundo".
El SITEARD define a Héctor Jerez como un hombre de teatro de pies a cabeza, comprometido con su comunidad, con sus colegas y con la excelencia de nuestro arte.
Héctor Jerez ha tenido, destaca, una trayectoria de excelencia, caracterizada por el servicio a sus colegas y comunidad, llevando arte a los más recónditos lugares del país.
Junto a su hermano Ángel Jerez, ha documentado parte la historia del movimiento del teatro popular dominicano, un aporte la preservación de la memoria, a las futuras generaciones y el reconocimiento de las y los trabajadores de la cultura, especialmente aquellos que tienen una labor en los territorios, para la construcción de una sociedad más justa, la formación de una conciencia crítica y el acompañamiento de grupos sociales en sus procesos de lucha.
Su reflexión nos habla del teatro como medio de transformación social, del trabajo continuo de las y los teatristas dominicanos con la promoción de un arte auténtico, inclusivo y comprometido con su tiempo.
Mensaje de Héctor Jerez
Estimados colegas del mundo de las tablas,
Este 27 de marzo conmemoramos el Día Mundial y Nacional del Teatro, es un momento en nuestra jornada de trabajo para tomar un descanso en la escena y reflexionar sobre el poder transformador que ha jugado en la historia de la humanidad nuestro milenario arte.
El teatro sigue avanzando en un mundo fracturado, marcado desde su origen por los conflictos que le dan sentido a su trama y que lo han empujado hacia la individualidad. Ante esta realidad, el teatro emerge, se reinventa y se convierte en un puente invisible que nos permite, a todos los trabajadores del arte escénico, transitar con nuestras diferencias por el quehacer dramático de una colectividad que se empodera de un medio de comunicación e instrumento y herramienta, que transmite conocimientos, que le dan sentido a la realidad histórica de la humanidad.
Hoy, una visión excluyente de la cultura concentra la atención y los recursos del Estado, relegando a los actores y creadores del hecho teatral a un segundo plano. Nuestros colegas actores, directores, dramaturgos y trabajadores del arte dramático en las provincias, comunidades, barrios, somos la clase resiliente que se mantiene vigilante ante políticas que pretenden aniquilar y debilitar este medio único e idóneo que transmite conciencia y que lleva en su esencia el germen de los cambios que necesita el mundo que hoy se mueve vertiginosamente hacia un mayor control de los seres humanos como marionetas, esta vez movidos por la Inteligencia Artificial, la tecnología invasiva, entre otras herramientas del poder.
Es un momento para meditar sobre la trayectoria cronológica y cambiante del escenario teatral mundial. En este sentido, se va renovando constantemente el avance científico de la escena y se puede comprobar los nuevos instrumentos y técnicas que revolucionan la actividad día a día.
En este Día Mundial del Teatro, honramos la rica tradición teatral dominicana, a las nuevas generaciones con perspectivas innovadoras y al legado de actores que han dejado la experiencia y a la sabiduría de los pioneros que incursionaron poniendo en práctica este valioso medio cultural y que abrieron el camino para dejar un ejército de teatristas que hoy trabajan para continuar esa labor y que nos debe comprometer a luchar juntos, a elevar nuestras voces en defensa de las artes escénicas como un bien social.
Como teatristas, tenemos la responsabilidad de utilizar nuestro arte como un medio para cuestionar las injusticias y amplificar las voces marginadas, recrear historias que de otro modo serían silenciadas. Que nuestras obras dramáticas resuenen en la sala con la verdad, la comprensión y la esperanza.
Que este gran día para nosotros y el mundo que sigue fervientemente el teatro nos encuentre unidos en una sola pasión por el teatro y afiance el compromiso compartido de llevar este maravilloso don de la expresión corporal a cada rincón de nuestro Planeta Tierra.