(Este es el texto, e imágenes, narrado en el documental Los Palmeros, de la autoría de Emilia Pereyra, Sagrada Bujosa Mieses y Etzel Báez-Torres)

El presidente Joaquín Balaguer y sus jefes militares

El gobierno dominicano promulgó la Ley 1-13, que declara el 12 de enero de cada año como “Día de la Resistencia Heroica".

En la mañana del doce de enero de mil novecientos y setenta y dos se anunciaba por radio el cerco militar a Los Palmeros en una zona cercana a la ciudad de Santo Domingo. La población esperaba en vilo el resultado de la desigual confrontación entre las fuerzas militares y los cuatro insurgentes, acusados de protagonizar asaltos a bancos para sustentar la lucha revolucionaria en los doce años del régimen de Joaquín Balaguer.

Todo doce de enero se conmemora el aniversario del cruento enfrentamiento de las fuerzas conjuntas policiaco-militares contra Los Palmeros, uno de los sucesos más estremecedores de las luchas de la izquierda y la derecha ocurridos en la República Dominicana desde el descabezamiento de la tiranía trujillista y especialmente en los doce años de Joaquín Balaguer.

El acontecimiento centró toda la atención mediática y pública de la época y demostró la firme determinación del régimen reformista de eliminar los focos de confrontación protagonizados por revolucionarios. Los servicios de inteligencia habían localizado a Amaury Germán Aristy, líder de Los Palmeros, a Virgilio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco y Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), quienes se habían ocultado en una casa ubicada en el kilómetro catorce y medio de la autopista Las Américas, evadiendo una persistente persecución. La vivienda fue sitiada el martes once de enero de mil novecientos  1972, al filo de la medianoche.

En la madrugada un contingente de tropas especiales aumentó el cerco con dos mil quinientos militares y policías, para combatir a los cuatro jóvenes, en lo que se ha considerado como uno de los combates más desiguales del pasado siglo XX. Al empezar el 12 de enero se inició una encarnizada refriega entre los revolucionarios y tropas conjuntas policiales, de la aviación, la marina y ejército. Las fuerzas oficiales eran dirigidas por los generales Neit Nivar Seijas y Ramón Emilio Jiménez hijo, jefes de la Policía y de las Fuerzas Armadas, en ese período.

Los insurrectos fueron repelidos con fusiles, cañones de 105 mm, bazucas, morteros, helicópteros y un avión de bandera estadounidense. Primero cayeron Leal Prandy y Cerón Polanco, el capitán Virgilio Féliz Almánzar y otros dos rasos. Mientras, se mantenían con vida German Aristy y Perdomo Pérez, quienes se refugiaron en una cueva, desde donde resistieron por más de diez horas.

Perdomo Pérez fue ultimado en las primeras horas de la tarde y posteriormente falleció Germán Aristy. Entonces se dijo que Los Palmeros ocasionaron ocho bajas a las fuerzas represivas del régimen de Balaguer. La revista ¡Ahora!, No. 428, del 24 de enero de 1972, narró que los hombres resistieron “hasta horas de la tarde a todo un ejército que se fue haciendo cada vez más grande con refuerzos de la Policía, la Fuerza Aérea Dominicana, el Ejército Nacional y la Marina de Guerra”.

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Dibujo de Amaury con su M16.

“Aviones, tanques, carros de asalto, helicópteros, cañones, morteros y otras armas pesadas fueron desplazados para enfrentar a las dos jóvenes que finalmente cayeron como cayeron, además del capitán Almánzar Fernández, el teniente José Brito Rodríguez y los rasos Benis Perdomo Ferreras, Héctor Inés Alcalá, José Rodríguez Liriano, Daniel Pérez Corporán, Martín de Jesús Ortiz y Cristo del Rosario Pérez Cuesta”, relató la publicación. Los medios, especialmente Radio Mil, Radio Comercial y Radio Cristal que hacían transmisiones en “vivo desde el lugar del hecho”, daban cuenta de los sucesos y de las armas pesadas que se encontraban en el lugar, mientras la población se mantenía en vilo esperando el desenlace. Paralelamente se producían manifestaciones estudiantiles y movilizaciones populares en repudio al operativo oficial y en apoyo a Los Palmeros, en los barrios capitalinos de Ciudad Nueva, San Lázaro, San Miguel, San Carlos, Villa Francisca y en Villa Consuelo. La Universidad Autónoma de Santo Domingo también fue escenario de movilizaciones, y la policía rodeó el campus universitario.

Pese a que el gobierno de Balaguer se negaba a entregar los cadáveres, finalmente fueron sepultados por los familiares de los caídos, luego de que finalizarán las marchas fúnebres en medio de tensiones, lloros, lanzamientos de bombas lacrimógenas y disparos. Posteriormente, la policía publicó documentos que habría incautado en el escondite del grupo que demostrarían que el asalto a The Royal Bank of Canadá fue cometido porque el patrocinador extranjero les había abandonado.

Origen de Los Palmeros

Al centro Amaury Germán Aristy, junto a sus compañeros en entrenamiento militar en Cuba.

Los comandos de la resistencia dominicana, mejor conocido como Los Palmeros, se fundaron el 23 de diciembre 1967 en Cuba, en una reunión encabezada por el coronel Francisco Alberto Caamaño, héroe de la revolución de abril y líder del desembarco guerrillero por playa Caracoles de 1973.

La misión del grupo era fungir de avanzada del proyecto insurreccional de Caamaño. Tuvo el apoyo del gobierno cubano y de revolucionarios dominicanos vinculados al movimiento 14 de junio, cuyo objetivo era combatir al régimen balaguerista. Los Palmeros procedían de las filas estudiantiles y habían participado en la disputa contra los remanentes del trujillismo, en las movilizaciones contra el Triunvirato, en la guerra del 1965 y en otros episodios de la postguerra.

El grupo era liderado por Amaury Germán Aristy, nacido el 13 de abril de 1947, en Padre Las Casas, Azua. Tras mudarse a Santo Domingo con 14 años, el sureño se involucró en las actividades políticas de la Unión de Estudiantes Revolucionarios. Posteriormente, en la guerra de abril de 1965 fue jefe del comando de la calle José Gabriel García esquina Espaillat, en Zona Colonial del distrito nacional de Santo Domingo. Encabezó la delegación dominicana a la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, efectuada en La Habana en 1967.

Caamaño y Amaury.

En la noche del 15 de julio de 1970, mientras se encontraba en la clandestinidad, Germán Aristy escapó de la vivienda en que se encontraba, bajo fuego de metralla, y disparando en defensa propia. En su huida quebró el cerco e hirió al sargento apodado Chichí Bolón, que luego se haría famoso por sus desmanes.

El 8 de noviembre de 1970 se produjo el asalto al The Royal Bank of Canadá y la Policía acusó del hecho a Germán Aristy, Plinio Matos Moquete, Harry Jiménez, Virgilio Eugenio Perdomo Pérez, Ulises Cerón Polanco, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) entre otros.

En noviembre de 1971, la uniformada ofreció 5,000 pesos de recompensa para quien ofreciera informaciones que permitieran capturar al grupo e hizo innumerables allanamientos y operativos en Santo Domingo y otras localidades. También se le acusaba del asalto a un camión que transportaba valores de la Lotería Nacional. “… en el peor de los casos demostraremos que no es lo mismo asesinar a revolucionarios desarmados que se entregan, que enfrentarse a combatientes revolucionarios armados. No es lo mismo”.

Los cuerpos de Amaury y Virgilio. 12 de enero de 1972

Mientras eran perseguidos, German Aristy le dirigió una carta al periodista Ercilio Veloz Burgos, quien había sugerido a los jóvenes que se entreguen para salvarles la vida. En cuanto a la recompensa ofrecida por la Policía, dijo que esta pretendía comerciar con la sangre de sus hijos y enfatizó su determinación de combatir hasta el final. En la misiva también le expresó que no creía en las garantías que les ofrecía el gobierno balaguerista y ni en que les fueran a hacer un juicio imparcial.

El general Neit Nivar Seijas negó que en el operativo efectuado contra Los Palmeros hubiesen intervenido fuerzas extranjeras. Al ser preguntado al respecto por el periodista Orlando Martínez, jefe de redacción de la revista ¡Ahora! (No. 428) respondió: “No. Porque las Fuerzas Armadas Dominicanas se basta por sí mismas y sin necesidad de ayuda exterior alguna, para imponer el orden y para garantizar el mantenimiento del sistema constitucional dominicano”. Además, agregó: “Quiero que se sepa que nunca, para resolver un problema doméstico solicitaré la intervención de ninguna ayuda extranjera; y que solamente admitiremos ayuda de materiales y en el sentido de la tecnificación al personal nativo”.