El género slasher no es precisamente uno de nuestros favoritos. La idea de un grupo de ingenuos tomando pobres decisiones que los conducen directo a las fauces de algún asesino maniático y encarar una horrible y truculenta muerte resulta trillada y repetitiva. Aunque debemos admitir que el gore y el torture porn han generado jugosas utilidades a los estudios hollywoodenses con franquicias como: The Texas Chainsaw Massacre, Friday the 13th y Halloween.

En esta ocasión, el director Ti West, quien ha demostrado destrezas en la puesta en escena de historias de terror e invasión doméstica, nos ha impresionado al ofrecer un giro novedoso a un tópico que parecía desgastado y lo ha hecho con estilo y sentido estético.

X sigue a un equipo de filmación en 1979 que anda en búsqueda de la locación ideal para filmar una película pornográfica y rentan una casa de huéspedes contigua a una granja en un apartado paraje rural al sur de Texas, sin comentarle a los propietarios sobre sus reales intenciones. El equipo está compuesto por Maxine (Mia Goth), Bobby-Lynne (Brittany Snow) y Jackson (Kid Cudy) como los actores de la cinta, seguidos por Wayne el productor (Martin Henderson), RJ el director (Owen Campbell) y Lorraine la chica del sonido (Jenna Ortega). Cuando llegan a la granja son recibidos por el “no muy amigable” propietario, el anciano Howard (Stephen Ure) quien les ordena tajantemente no perturbar a su “no muy en sus cabales” esposa Pearl (Mia Goth en su doble papel y bajo toneladas de maquillaje prostético). En el primer descuido, la anciana Pearl se escabulle y descubre las actividades de sus inquilinos, lo cual exacerba en ella el ímpetu de sentirse bella y deseada. A partir de este momento no hace falta mucha imaginación para adivinar lo que sucederá a continuación.

Aunque en este género los medios quedan justificados por el fin, vale decir que West utiliza muchos factores que suman a favor del filme. El ritmo de cocción lenta y los diálogos ingeniosos dan cuenta del perfil psicológico de los personajes y permite desarrollar empatía con ellos, incluso la pareja de ancianos psicópatas tienen razones que animan sus actos. Además, West toma algunas decisiones estéticas acertadas al alternar diversos estilos visuales que acercan al espectador a la época y recrean una imagen desgastada de cine clase B, acompañada de una estupenda banda sonora a cargo de Tyler Bates y Chelsea Wolf.

Todo esto viene acompañado con un discurso sobre la melancolía de la juventud perdida y  la añoranza por los tiempos de esplendor, es imposible no sentirse, además de aterrado, conmovido por la profunda tristeza que arrastra el personaje de Pearl y sorprendido por el giro inusitado del personaje de Maxine, ambos interpretados vigorosamente por Mia Goth.

Mientras el elenco hace una buena labor de conjunto, West no disimula sus influencias ofreciendo una singular puesta en escena en la que podemos apreciar pinceladas de Tobe Hooper, Stanley Kubrick, Hitchcock, Paul Thomas Anderson y detalles de algunos clásicos del cine porno de los 70s. Es prácticamente imposible no asociar la imagen de Goth, en su papel de Maxine, con la de Linda Lovelace (Pecas incluidas).

En resumidas cuentas, X tiene mucho más que mostrar que solo muertes injustificadas y gore. Es un filme concebido y ejecutado con inteligencia, estilo y sentido del propósito. Constituye un glosario de referencias visuales a un cine de factura artesanal, en la que se hacía mucho con poco y denota la puesta en forma de un autor que ya en sí arrastra una reputación de cineasta de culto.

FICHA TÉCNICA:

Género:         Horror, Misterio y Suspenso

Duración:      1h 45m

Distribución: A2

Dirección:      Ti West

 

Guión:            Ti West

 

Producción:  Jacob Jaffke, Kevin Turin, Harrison Kreiss

 

Elenco:           Mia Goth, Martin Henderson, Brittany Snow, Kid Cudi, Owen Campbell, Jenna Ortega, Stephen Ure.