The Pale Blue Eye es una película atrayente, no tanto por la historia que narra, sino por ser poseedora de una estética tan refinada y detallista que nos remonta a una realidad a la que somos completamente ajenos.
La trama se desarrolla en la década de 1830, en los inicios de la más prestigiosa academia militar de los Estados Unidos en West Point, New York, en la que ha ocurrido el ahorcamiento del cadete Leroy Fry. Las autoridades de la academia contratan los servicios del detective retirado Augustus Landor (Christian Bale), para que investigue las circunstancias del deceso. Las cosas adoptan un giro aún más siniestro cuando el Superintendente Thayer (Timonthy Spall) y el Capitan Hitchcock (Simon McBurney) le informan que mientras el cadáver estaba en la morgue le fue removido el corazón.
Tras el examen del cuerpo, Landor deduce que no ha sido un suicidio sino un asesinato. Posteriormente se asocia con un excéntrico e impetuoso cadete que ha mostrado un inusual interés en la investigación: el joven Edgar Allan Poe (Harry Melling) en persona.
Landor y Poe centran su atención en el cadete Artemus Marquis cuyo padre fue quien realizó la autopsia original a Fry. Su acaudalada familia es tambien objeto de sospecha. Mientras más se adentran en la madeja de secretos familiares y códigos de silencio, más sorprendentes son los descubrimientos que van realizando y más profunda la oscuridad que rodea los personajes, hasta concluir con el inusitado giro que da sentido toda la trama.
Como ya hemos acotado, The Pale Blue Eye es un filme atractivo a la vista, con una producción envuelta en una atmósfera gótica que se percibe inspirada en uno de los oscuros cuentos de terror de Poe. Su paleta de colores gélidos y brumosos y el estupendo trabajo fotográfico, todo articulado por una formidable ambientación de época en el que, decorados, y vestuarios se conjugan de manera natural.
Hasta ahí todo va bien. El problema es que la historia comienza sin impulso y se desarrolla con el mismo ritmo pesado y carente de dinamismo. Pasamos de una situación inverosímil a otra sin ningún remordimiento hasta un clímax iracundo insertado a la fuerza. Las actuaciones, incluso la de Bale, carecen de inspiración, sin embargo, Harry Melling logra una caracterización de Edgar Allan Poe con registros caricaturescos que eleva el nivel de la película y se siente muy a tono con el célebre personaje.
Resulta curiosa la escogencia de un elenco británico casi en su totalidad para contar una historia esencialmente norteamericana, sobre todo tomando en cuenta que la filmografía del director Scott Cooper. Sus películas, aunque diversas temáticamente, tienen algo en común, todas capturan la esencia del espíritu norteamericano. Títulos como su ópera prima: Crazy Heart, ambientada en el mundo de la música Country, su mejor película a la fecha, pasando por Out Of The Furnace (drama criminal), Black Mass (mafia irlandesa en Boston), Hostiles (western bélico), Antlers (terror folclórico) evidencian esta inclinación.
The Pale Blue Eye no es un desastre, aun así es frustrante que, aun teniendo todos los elementos para construir un filme de suspenso cautivante, resulte en un adefesio aburrido que constituye un punto ciego en la no muy consistente carrera de Cooper.
Ficha técnica
Título original: The Pale Blue Eye (Los Crímenes de la Academia)
Género: Misterio, Suspenso, Drama
Año: 2022
Duración: 2 hr 10 min
País: Estados Unidos
Directora: Scott Cooper
Productores: Christian Bale, Scott Cooper, John Lesher, Tyler Thompson
Guión: Scott Cooper
Música: Howard Shore
Fotografía: Masanobu Takayanagi
Edición: Dylan Tichenor
Reparto: Chistian Bale, Harry Melling, Gillian Anderson, Toby Jones,
Lucy Boyton, Timonty Spall, Robert Duvall
Distribución: Netflix