Secretos de un escándalo es una película en la que, dentro de sus irregularidades, Todd Haynes regresa a las nomenclaturas del melodrama que había explorado previamente en las tibias Lejos del cielo y Carol. Hasta donde sé, la historia que relata está basada vagamente en la vida de una profesora estadounidense que tuvo dos hijos con su alumno de 12 años, en un caso que recibió atención nacional en todos los medios durante los años 90. Pero, desafortunadamente, su melodrama permanece situado en un horizonte acomodaticio que, propiamente dicho, carece de pulso emocional para interrogar a profundidad su comentario puntual sobre el abuso sexual y la tarea del actor para emular identidades, en dos horas fatigosas de las que, infructuosamente, veo que se desperdicia el registro que hay entre Natalie Portman y Julianne Moore.
La trama se desarrolla en 2015 en la localidad de Savannah en Georgia y sigue a Elizabeth Berry, una actriz que visita la ciudad con la finalidad de investigar la personalidad de la mujer que va a interpretar en su próxima película independiente, una señora casada de 59 años llamada Gracie Atherton-Yoo, que vive en una residencia lujosa junto a su marido y sus tres hijos. En general, la narrativa de esta actriz me interesa, en un principio, por la forma en que Haynes cristaliza su vocación a través de los diálogos que ella sostiene a puerta cerrada con la mujer que va a interpretar y, sobre todo, de las revelaciones oscuras que se edifican con el relato no iconógeno, donde poco a poco se muestra el cuadro de una familia disfuncional que, al parecer, surgió cuando la matriarca de la casa, estando ya casada y con hijo a sus 36 años, tuvo una relación inapropiada en 1992 con un adolescente de 13 años que más tarde se convertiría en su actual esposo, antes, por supuesto, de cumplir condena en prisión por el delito de abuso sexual a un menor de edad.
Sin embargo, pasada la media hora todo el asunto me deja de interesar porque sospecho de inmediato que su radio de acción se reduce a las situaciones rutinarias que se repiten, muy a menudo, desde las escenas en que la actriz se obsesiona con el pasado de la pareja y simula los episodios que le narran para añadir autenticidad al papel que está estudiando. De nada sirven los adornos de planos simbólicos de mariposas y demás hierbas aromáticas al servicio de la sensiblería barata. La supuesta profundidad psicológica de los personajes se pierde entre conversaciones anodinas. Su ambigüedad moral es tomada por Haynes para esquematizar, desde una superficie prefabricada por la fórmula del metacine, el nivel de compromiso de una actriz para mimetizar a modo de robo la identidad de otra persona, pero abordándolo, primero, sobre la óptica de una mujer marcada por las cicatrices de una violación que huyó de un primer matrimonio infeliz para refugiarse, sin ningún rastro de moralidad, en un chico que le demostró el afecto que nunca sintió; y, segundo, sobre la mirada de un hombre confundido que se niega a reconocer que perdió años valiosos de su vida al ser víctima temprana de abuso sexual de una mujer mayor que es una ciclotímica desequilibrada. En pocas palabras, habla sobre las secuelas del abuso infantil en la adultez y de la enorme capacidad de manipulación que ocultan los depredadores antes de arruinar a sus presas de por vida.
Pero Haynes no condena las miserias de los personajes y opta, en ocasiones, por mostrar las consecuencias del problema sin ampliar el espectro de interrogantes. De su propuesta, solo alcanzo a destacar la actuación creíble de Portman como la actriz que mimetiza la psicología de otra mujer, y la secundaria de Moore como la mujer sinuosa que esconde entre lágrimas sus heridas personales. También la partitura de Marcelo Zarvos que atrapa mis oídos con un leitmotiv arreglado a partir de una reorquestación de la música de Michel Legrand. Todo lo demás me resulta letárgico, previsible, descaradamente fútil. Y no me parece otra cosa que un refrito de Persona (Bergman, 1966), acondicionado para complacer a las inquisidoras del MeToo.
Ficha técnica
Título original: May December
Año: 2023
Duración: 1 hr. 57 min.
País: Estados Unidos
Director: Todd Haynes
Guion: Samy Burch
Música: Marcelo Zarvos
Fotografía: Christopher Blauvelt
Reparto: Natalie Portman, Julianne Moore, Charles Melton
Calificación: 5/10