“Profesión peligro”, conocida con el título original de “The Fall Guy”, es una película de acción en la que David Leitch rastrea las fórmulas básicas del género, supongo, con la finalidad de homenajear a esos profesionales del riesgo que asumen desde el anonimato las tareas de realizar las acrobacias riesgosas que los colocan en la delgada línea de una caída segura a la muerte; pero basando el asunto también en aquella serie de televisión de los años 80 que fue emitida por la ABC y tenía a Lee Majors como protagonista singular.

A juzgar por lo que veo en más de dos horas, no me parece otra cosa que una comedia de acción aburrida, letárgica, previsible, abarrotada de personajes vacíos que pierden todo su combustible en medio de pirotecnia aparatosa y de unas secuencias rutinarias que repiten inútilmente su comentario sobre los límites de los dobles de riesgo, donde no me queda más remedio que soportar el enorme peso de su narrativa cuando avanza sin ningún tipo de ritmo durante dos horas interminables que solo me producen hastío.

Su trama tiene como protagonista a Colt Seavers, un doble de acción de Hollywood que, tras resultar gravemente herido en un accidente durante el rodaje de una película, regresa meses después a la producción con la que debuta su exnovia como directora (una epopeya de ciencia ficción titulada Metalstorm) para poner a prueba sus habilidades físicas y el conocimiento en materia de movimientos con el fin de recuperar la carrera perdida; mientras es obligado por una productora a buscar al actor principal desaparecido para evitar la cancelación de la película y, dicho sea paso, intenta reconciliarse en el set con la directora que está enfadada por la ruptura.

Desde el principio, la narrativa frecuenta los caminos comunes del héroe de acción que es incriminado por un asesinato y busca a los responsables para limpiar su nombre, pero ahora mostrada desde la óptica de un doble de riesgo que investiga por su cuenta las pistas y utiliza sus destrezas para pelear contras los enemigos. Por lo regular, el aparato de acción me resulta bastante básico porque las acciones de los personajes desbloquean situaciones previsibles que anuncian de inmediato las peleas en espacios cerrados, las persecuciones por las calles de la ciudad, el caos en los ejercicios del plató. Los personajes son solo simples figuras de plástico que responden a descripciones superficiales de guion, y los giros argumentales son tan obvios que los puedo anticipar hasta con los ojos cerrados.

La presencia de Ryan Gosling, conocido por su carisma y su versatilidad, se mantiene en piloto automático, ofreciendo una interpretación insípida y desinteresada que no inyecta nada destacable al héroe involuntario más allá de la pericia física que demuestra en algunas escenas. No hay humor ni sorpresas, además de que el romance luce como una telenovela melodramática con los diálogos de doble sentido. Su química con Emily Blunt no es suficiente para sacar el conflicto de una inercia de clichés manoseados que nunca escapan del epicentro de tiroteos, puñetazos y destrucción ruidosa. Todo lo que sucede con ellos se resuelve de una forma facilona que funciona, entre otras cosas, para subrayar los riesgos de los dobles que se ganan la vida sustituyendo a los actores que ignoran la contingencia.

Las secuencias de acción, aunque técnicamente competentes, carecen de innovación y me parecen meras repeticiones de secuencias previamente explotadas en otras películas de acción, sin aportar nada nuevo al género fuera del componente de metacine que parodia las dificultades logísticas de realizar ciertas piruetas arriesgadas. Creo que ya no espero nada del cine de Leitch. Me resulta igual de plana que Tren bala.

Ficha técnica
Título original: The Fall Guy

Año: 2024
Duración: 2 hr. 06 min.
País: Estados Unidos
Director: David Leitch
Guion: Drew Pearce
Música: Dominic Lewis
Fotografía: Jonathan Sela
Reparto: Ryan Gosling, Emily Blunt, Aaron Taylor-Johnson, Winston Duke, Hannah Waddingham
Calificación: 4/10