Título original: Pies en la arena. Año: 2023. Género: Drama. País: Puerto Rico. Dirección: Gustavo Ramos Perales. Guion: Xenia Rivery. Elenco: Judith Rodríguez, Eduardo Martínez Criado, Modesto Lacen, Nancy Millan. Duración: 1 hora 15 minutos.
Después del galardonado filme “El Chata” (2018), un drama cuya premisa ronda sobre cómo los ambientes hostiles obligan a las personas a tratar de sobrevivir a cualquier costa, el realizador puertorriqueño Gustavo Ramos Perales lanza su segundo largometraje sobre otro tema que también habla sobre cómo sobrevivir, esta vez, a las circunstancias y los maltratos físicos a través del drama “Pies en la arena”.
Para sustentar su discurso, Gustavo crea su pequeño micro universo a través de los personajes de Toña (Judith Rodríguez), una dominicana que, tras una vida de maltratos por parte de su pareja, escapa de la República Dominicana en yola hacia Puerto Rico.
En esta isla desea seguir hacia adelante para sujetarse a una nueva vida casándose con Luis, un residente que está dispuesto a acogerla, pero por ciertas circunstancias su camino se ve truncado. No obstante, posteriormente conoce a Gregorio (Eduardo Martínez Criado), un médico cubano sin opciones para regularizar su status migratorio en Puerto Rico. Ambos inician un proceso de apoyo mutuo para ir sobrellevando los obstáculos y sinsabores que el destino le ha impuesto.
Este drama consolida el tema de la migración, por un lado, un tema que surca como una línea transversal a todo el cine caribeño; y por el otro, al maltrato del cual muchas mujeres son víctimas.
Dos temas que se fijan en esta pareja de manera personal, pero que a su vez son identificaciones universales que proyectan un discurso global que puede ser leído como situaciones que pueden suceder en cualquier lugar.
Judith Rodríguez, a través de Toña, desliza una serie de motivaciones que convierten a su personaje en un ente con un tono y textura psicológica que revela las interioridades de muchas mujeres que han pasado estas mismas circunstancias, logrando así una figura real y convincente.
El diálogo que produce esta película en los espectadores sirve como un tema de alto nivel de reflexión de una cinematografía que posee muchos puntos comunes con el cine dominicano, pues nunca ha rehuido a los temas sociales que, a su vez, siempre son parte de esas tramas que todo cine debe explorar y sustentar como un discurso permanente.