Todo empezó desde los trailers y promociones, los cuales mostraban a una muñeca bailando de forma muy particular y realizando algunas acciones aterradoras, estableciendo una campaña de expectativa que ha dado como resultado el foco de atención hacia este filme de terror.
Con un guion de Akela Cooper y James Wan, el relato trata de mostrar una posible solución a ciertos problemas de atención y pérdida intrafamiliar dentro de una época en que la tecnología puede ser una solución, esta vez apuntado a la IA, frente a tantas formas de la convivencia humana y en la educación de los hijos.
Todo viene cuando los padres de Cady (Violet McGraw) tienen un accidente obligando su custodia a su tía Gemma (Allison Williams), quien es precisamente la diseñadora de M3GAN, quien la utiliza a modo de conejillo de indias para experimentar los alcances de este nuevo producto.
En esta primera parte se presenta a M3GAN como una maravilla tecnológica de inteligencia artificial, vendido como el “juguete perfecto”, programada para ser la mayor aliada de los padres, capaz de escuchar, observar y aprender mientras se convierte en la mejor compañera de los niños.
El director Gerard Johnstone (Housebound, 2014) toma su tiempo en presentar a este androide como una consecuencia del acelerado pulso que la tecnología está dando en estos tiempos; también en la búsqueda de soluciones mecánicas a problemas humanos.
La cuestión que plantea la película no es tanto las implicaciones morales presentes en esta historia, pues la interacción que hace Cady no es con una tablet, celular o videojuego, es con un robot capaz de aprender por sí mismo y de tener contradicciones con la misma programación o creadora.
Una vez más se traza cómo la creación se revela ante su creador, pero esto no supone un análisis profundo que la historia trae como premisa principal. Su interés es girar fundamentos del terror hacia otras formas y referencias como la clásica historia de Charles Lee Ray, conocido como Chucky, personaje de la saga de películas de terror “Child’s Play” (1988) creado por Don Mancini o la muñeca diabólica de “Annabelle” (2014).
Lo que se pretende en esta ocasión es darle cierta flexibilidad a una trama que cuenta lo mismo para resumir que las consecuencias que trae M3GAN es por esa ambición humana hacia la tecnología usada para su propia satisfacción.