La Ley para el Fomento de la Actividad Cinematográfica (108-10) fue creada con el objetivo propiciar un desarrollo progresivo, armónico y equitativo de la cinematografía nacional y promover la actividad cinematográfica en la República Dominicana.

Después de 14 años de su promulgación, (que, en la práctica, en lo que se aprobó su reglamento y se puso en comenzó a aplicar hace 10, se han comenzado a observar los frutos de esta ley, que ha propiciado el desarrollo de la industria cinematográfica, convirtiéndose en una importante fuente de empleos, impulsando la formación de capital humano, atrayendo cuantiosas inversiones extranjeras y apoyando a la marca país de República Dominicana como destino turístico.

Estos avances, que han situado a nuestro país como referente internacional en el desarrollo de la industria del cine, deben tenerse bien presentes en las discusiones de una posible reforma fiscal, en la cual se están evaluando modificaciones o eliminaciones de distintos regímenes de incentivos tributarios.

En ese sentido, es importante ser prudentes y evitar caer en la trampa de realizar un análisis simplista sobre los ingresos fiscales que “deja de percibir” el Gobierno por estas actividades.

No obstante, se debe tomar en cuenta que estas inversiones no se hubieran realizado en ausencia de esta ley, por lo que el Gobierno no hubiese recaudado estos impuestos. Más bien se debe analizar de forma integral considerando los múltiples beneficios a la economía dominicana que ha generado la ley 108-10, que más que compensan su costo tributario.

Incremento de la producción

Este régimen de incentivos ha permitido que el número de películas producidas en el país haya aumentado sostenidamente con una mayor diversidad de los géneros cinematográficos, alcanzando 437 producciones dominicanas y 373 extranjeras desde su promulgación.

Se ha incrementado la calidad de las producciones realizada en el país, reflejado en un número creciente de producciones que han sido presentadas y premiadas en festivales y muestras internacionales en múltiples países, incluyendo en los Estados Unidos, Canadá, España, Holanda, Italia, Francia, Corea y Egipto, entre otros.

Además, recientemente las producciones locales han logrado tener presencia en las plataformas de streaming, como Disney+, Netflix y HBO Max. Más aun, se ha creado Pelidom, una plataforma de streaming que impulsa principalmente a las producciones cinematográficas dominicanas con presencia en 112 países.

En los últimos años las producciones locales exhibidas en las salas de cines se han más que duplicado, al pasar de 14 filmaciones en 2021 a 32 producciones esperadas para el presente año.

Además, los incentivos fiscales y la infraestructura cinematográfica instalada han convertido a la República Dominicana en un destino atractivo para productores internacionales, lo que ha incidido en un incremento de la inversión extranjera orientada a este rubro.

Las colaboraciones con estudios extranjeros y la producción de películas en el país han traído capital y experiencia internacional que han contribuido a elevar el perfil del cine dominicano en el escenario global.

Motivados por el régimen de incentivos de la ley 108-10, se ha anunciado recientemente la construcción de nuevos estudios cinematográficos con capital extranjero en el proyecto de Punta Bergantin en Puerto Plata; así como la posible ampliación de Lántica Studios que están localizados en Juan Dolio.

Es éste un llamado formal para advertir que se debe cuidar cualquier modificación de esta ley pudiera afectar la seguridad jurídica y el clima de inversión en nuestro país.

Otro beneficio visible de la Ley de Cine, ha sido la generación de empleos de calidad. Desde 2022, esta industria ha generado alrededor de 25,000 empleos directos e indirectos, incluyendo roles técnicos como directores, guionistas, productores, camarógrafos y editores, así como trabajos en áreas de soporte como catering, seguridad y transporte.

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Otros aportes de la Ley 108-10

El 55% de los empleos han sido para mujeres y el 79% para personas con formación técnica, contribuyendo a reducir la desigualdad y promover la equidad de género; además de que el 88% de los proveedores contratados son micro y pequeñas empresas, plantea ADOCINE en base a los datos que registra la Dirección General de Cine,  cuya directora, Marianna Vargas ha sido una consecuente continuadora de su vigencia y regulación, iniciada por otras gestiones de ese organismo especializado del Ministerio de Cultura, y  respecto de quien nos excusamos con ella porque, por error de apreciación nuestro, la ubicamos en el encuentro de ADOCINE en la Facultad de Economía de la UASD, al cual ella no asistió.

Impacto en el turismo

El impacto en el empleo también ha impulsado otras actividades económicas, como el turismo y otros servicios, lo que ha provocado que la industria cinematográfica genere un valor agregado de aproximadamente 0.35% del PIB, según estudios realizados por la Dirección General de Cine. Esas películas extranjeras que se filman en el territorio nacional destacan las bellezas naturales del país, constituyéndose en una vía importante de promoción para el turismo.

Los créditos fiscales y exenciones asociadas a la Ley de Cine se estiman en apenas 0.08% del PIB para 2024, cercano al promedio de los países de América Latina que tienen regímenes de incentivos similares, tales como Argentina, México, Colombia, Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Paraguay y Uruguay, entre otros.

Se debe tomar que de forma directa las actividades vinculadas a la filmación de películas realizaron pagos de impuestos sobre la renta e ITBIS por más de RD$1,500 millones en 2023, asociados a la contratación de actores, técnicos de audiovisuales, directores guionistas, ingenieros, maquillistas, escenógrafos, entre otros profesionales; así como a la contratación de otros servicios y compras de bienes.

Adicionalmente, durante el año 2023 se vendieron unos 4 millones de boletas de cines, de los cuales un 20% correspondieron a producciones locales. Es importante tomar en cuenta que los ingresos para las salas de cine generados por las ventas de boletas, de alimentos y bebidas y de publicidad están sujetos al pago de impuestos generando ingresos adicionales para el gobierno.

La Ley de Cine ha impulsado el crecimiento y la profesionalización de esta industria, motivando a que 6 universidades locales (UASD, UNIBE, APEC, PUCMM, INTEC y Chavón) ofrezcan la carrera de cinematografía y/o comunicación audiovisual, con una matrícula vigente de 745 estudiantes y de casi 800 egresados.

Conclusión

1-Esta Ley ha permitido que la industria del cine se desarrolle de forma notable, situando a la República Dominicana en un lugar destacado en el mapa cinematográfico y siendo un referente para otros países del mundo. Reiteramos que debe prevalecer la prudencia al considerar eliminar o modificar esta ley, ya que se podría provocar que la inversión extranjera en este sector se desplace a otros países que tienen regímenes de incentivos similares.

2-El riesgo es claro:  si se modifica o elimina la Ley Nacional del Cine, la inversión cinematográfica extranjera se puede trasladar a países. Hasta el momento se han rodado en el país 373 películas internacionales.

3-Es un deber de quien corresponda, sopesar ajustes que sean razonables desde el punto de vista fiscal, sin afectar un sector que se ha constituido en una fuente importante de empleos, inversión y de formación de capital humano.