Título original: La Cigüeña. Año: 2024. Género: Drama. País: República Dominicana. Dirección: Alejandro Andújar. Guion: Alejandro Andújar y James Lawes. Elenco: Andrea Doimeadiós, Sarah Jorge León, Any Ferreiras, Hector Aníbal. Duración: 1 hora 38 minutos

Tras la muerte de su madre, Leila (Andrea Doimeadiós) recibe una delicada propuesta de parte de Inés (Sarah Jorge León) y Daniel (Héctor Aníbal), una pareja de esposos que, entre sus complejidades y miedos, quieren que Leila alquile su vientre para una anhelada concepción ya que Inés no puede concebir, lo cual representa una especie de labor de creación vital para sus motivos de ser madre.

Grace (Any Ferreiras), su ayudante, una voluntaria que tiene un pasado que la retiene a los caprichos de Inés, siempre vestida de negro y que pulula por cada rincón de esa casa como un fantasma de deseos frustrados, es la vigilante para que todo marche como está programado.

La llegada de Leila le advierte varias cosas como ese círculo interminable de obsesiones que repelen toda idea de una idílica maternidad que luce más como una prisión que como una consagración.

El guionista y director Alejandro Andújar quien debutara en 2017 con “El hombre que cuida” y luego realizara “El Blanco” (2021), propone esta vez una pieza más intimista junto a James Lawes, quien también funge como guionista.

Esta recorre por los pasillos del suspenso, del cine clásico y el thriller psicológico, añadiendo algunas conceptualizaciones de su propia visión del cine como los temas sociales y culturales, explorando las dinámicas y desafíos de personajes cada vez más complejos, ilustrados con personalidades y conflictos de manera detallada.

Este enfoque de Andújar permite explorar el tema de la identidad con un tono introspectivo que lleva al espectador a pensar más allá de la superficie de la trama. La idea de la orfandad de Leila y de su estatus de inmigrante cubana, establece ese símbolo de la condición de una mujer llegada de lejos para un país donde pretende salir adelante a toda costa.

También la maternidad frustrada y la infertilidad son puntos de partida para definir un conjunto de situaciones que van siendo validadas a través de la puesta en escena claustrofóbica que realiza Claudia Madera, diseñada con claro oscuros y tonalidades sombrías, y visualizada de manera artística por el lente de Pedro Juan López el cual hace un equilibrio contextual entre ese espacio claustrofóbico interior y el laberinto exterior que, al final, es parte de ese mismo encierro psicológico donde los personajes se desplazan.

Su ritmo de montaje pausado, con silencios integrados, ofrecen una noción de tiempo moderado, pero a la vez interminable donde este se comprime en un solo espacio para sentir ese movimiento interno de las escenas y el externo que produce la edición ambos trabajando como un solo cuerpo de lapso distendido.

“La Cigüeña”, metáfora que surge de la misma historia que pende sobre el personaje de Leila al convertirse en esa cigüeña, establece una obra con aspiraciones múltiples que, entre su fortaleza y debilidad, trata de consagrarse como un producto fílmico de buen valor artístico.