En Guasón 2: folie à deux, Todd Phillips intenta profundizar de nuevo en la identidad resquebrajada del payaso sociopático que interpretó Joaquin Phoenix de forma sobria en la antecesora Guasón, mezclando ahora la fórmula previamente experimentada con los recovecos del musical, el cine carcelario y el drama judicial, para subvertir, supongo, el estereotipo comúnmente asociado a la personalidad amoral del archienemigo de Batman. Pero, desgraciadamente, el afán de romper con lo establecido me parece un chiste de mal gusto hecho por gente horrible que odia al Guasón.
El metraje innecesariamente largo de más dos horas y el ritmo plomizo me cae como un yunque en la cabeza, que me obliga a razonar lo suficiente como para darme cuenta de que tanto Phillips, como su coguionista Scott Silver, se volvieron un etcétera escribiendo el guion durante cinco años, sobre todo porque es una secuela artificiosa que se vuelve terriblemente aburrida desmitificando el lado radical del Guasón; suspendida bajo un telón de redundancia que, en cada número musical, borra todo mi interés por los roles olvidables de Phoenix y Lady Gaga.
En esta ocasión, la trama se ubica poco tiempo después de los eventos de la predecesora y sigue a Arthur Fleck, en los días en que está bajo custodia en el Hospital Estatal de Arkham y espera el juicio por los crímenes que cometió dos años antes, mientras escucha las advertencias de la abogada que pretende defenderlo diciendo que tiene un trastorno de identidad disociativo y, además, se enamora en una sesión de musicoterapia de una mujer obsesionada con él llamada Harleen "Lee" Quinzel.
En términos generales, la narrativa se construye sobre un componente metaficcional que, en principio, interroga la psicología de Arthur en los interiores de Arkham para mostrarlo como un sujeto anónimo atrapado en sí mismo que, en medio de la fama que recibe de unos fanáticos que lo aplauden cuando se viste de payaso, sufre un lapso de desrealización a medida que conoce el amor con la mujer que lo induce a ser malvado de nuevo y, de igual modo, es víctima de la brutalidad policial de los guardias que vigilan a los presos, donde las canciones imaginadas con la novia son una vía de escape subconsciente que lo empuja a negar su propia realidad.
El problema fundamental, no obstante, es que no encuentro nada de gancho emocional en cada una de las escenas que veo. Ni si siquiera hay giros retorcidos. Los personajes solo ocupan un espacio de descripción para impulsar la trama y, dicho sea de paso, son colocados en una serie de situaciones predecibles que carecen de cualquier rastro de sorpresa. Y sus acciones se reducen, por lo regular, a conversaciones anodinas con cigarrillo en mano, que se desenvuelven sobre la rutina en el hospital psiquiátrico, las secuencias musicales desafinadas y los episodios del tribunal justicia que busca castigar al protagonista por haber matado a cinco personas.
La dinámica retorcida entre Phoenix y Gaga se pierde como las luces del escenario. El primero interpreta a una versión entristecida y patética del Joker que ahora parece una caricatura de sí mismo cuando baila y canta sus canciones a capela antes de fumarse un cigarrillo, divorciado de cualquier registro de complejidad debajo del maquillaje de payaso. La otra se interpreta a sí misma para ofrecer una actuación Harley Quinn que queda ensombrecida por un guion que le da poca profundidad a su personaje, sin muchas oportunidades para desarrollarla como una figura absorbida por la locura compartida. Las secuencias musicales en las que ellos los bailan y cantan parecen solo accesorios cosméticos para reiterar obviedades.
Estas se integran con cierta pretensión, pero debo reconocer que hay algunos hallazgos visuales interesantes en un par de planos. Todo lo demás es un desfile hueco, ridículo, apresurado, que intenta ser una continuación banal del estudio psicológico del Joker y, en general, una obra acartonada que busca mostrar la locura compartida como la metáfora de una relación tóxica.
Ficha técnica
Título original: Joker: Folie à Deux
Año: 2024
Duración: 2 hr. 18 min.
País: Estados Unidos
Director: Todd Phillips
Guion: Scott Silver, Todd Phillips
Música: Hildur Guðnadóttir
Fotografía: Lawrence Sher
Reparto: Joaquin Phoenix, Lady Gaga, Brendan Gleeson, Catherine Keener
Calificación: 4/10