Godzilla Minus One es la película número 33 en la popular franquicia kaiju de Toho y, en general, es la quinta rodada en la actual era Reiwa que ha servido como reinicio desde hace ya ocho años. A diferencia de lo han hecho los señores de Hollywood en los últimos años con sus versiones recicladas, esta, por el contrario, me resulta interesante porque recupera la esencia que se halla en las cintas del período Shōwa.
Desde el minuto uno, es una película kaiju muy entretenida que, además ofrecer una mirada a la crisis de la posguerra, saca de las profundidades al rey de los monstruos y deja el rastro de unos efectos especiales que nunca pierden el sentido de espectacularidad, durante dos horas en las que permanezco adherido a mi asiento sin preocuparme por lo que sucede en el mundo exterior.
Su trama se ambienta justo cuando acaba la Segunda Guerra Mundial y tiene como protagonista a Kōichi Shikishima, un piloto kamikaze que se convierte en un desertor cuando estaciona su avión en la base japonesa de una isla tras fingir un fallo mecánico y, en medio de las discusiones con los mecánicos, descubre a una criatura gigantesca que ataca la guarnición.
En términos generales, la narrativa sigue la línea de esa estructura de tres actos en la que el héroe afectado por la culpa del pasado busca redimirse, pero ahora este es colocado sobre el escenario de la posguerra que, por añadidura, funciona como telón de fondo para ampliar la motivación intrínseca de un objetor de conciencia con estrés postraumático que huye del conflicto bélico y lucha consigo mismo por la deshonra de desertar. Los dilemas éticos del protagonista tienen un desarrollo justificado. La relación entre los personajes humanos y el monstruo se maneja con sutileza en cada situación, evitando caer en lugares comunes y, ante todo, ofreciendo en su lugar una narración cohesionada que se distribuye adecuadamente entre las secuencias de destrucción del monstruo que sale del mar para destruir la ciudad; el melodrama familiar del piloto que forma una familia inesperada con una mujer y una niña huérfana; los días de trabajo de los voluntarios que recuperan minas en un barco; las conversaciones a puerta cerrada con los hombres que planean sepultar a la bestia en el fondo marino usando la logística de la ciencia.
En su síntesis discursiva, Yamazaki muestra el espectáculo de catástrofes, en la superficie, para explorar tópicos como la pérdida, la redención y las secuelas de la guerra, desde la óptica de un soldado adolorido que anhela recuperar la voluntad de vivir tras sentirse culpable por escapar al sacrificio y al orgullo patriótico. También sintetiza, a modo subyacente, un comentario sobre el espíritu resiliente del pueblo japonés frente a los momentos de desesperación que a menudo debilitan la moral en medio del caos y la adversidad, donde la fuerza destructiva del monstruo no es más que una alegoría de los efectos de la bomba atómica sobre la sociedad japonesa de la posguerra y las consecuencias que obstaculizaron la reconstrucción.
El elenco, encabezado por Ryunosuke Kamiki y Minami Hamabe, consigue que el asunto se sienta creíble. Ellos son encuadrados en una puesta en escena que, a fin de cuentas, encuentra su mayor virtud en los increíbles efectos visuales en CGI que renderizan la atmósfera de devastación y acentúan el diseño imponente de Godzilla cada vez que emerge del océano y causa estragos en las ciudades al escupir su rayo de calor, en unas secuencias que trasladan el mito hasta sus raíces genéricas entre las explosiones y los rugidos. Hay, asimismo, atención al detalle en la recreación del período. Y el tono de desolación y esperanza se complementa, además, con una banda sonora de Naoki Sato que agrega una capa adicional de emoción con sus partituras que arreglan el leitmotiv clásico de Akira Ifukube y, sobre todo, evocan melodías sinfónicas que subrayan el lado melancólico, épico y peligroso del relato.
Estos elementos se integran de una forma calibrada que, dentro de sus limitantes previsibles, impulsa la franquicia hacia nuevas fronteras y reafirma a Godzilla como el rey indiscutible de los monstruos.
Ficha técnica
Título original: Godzilla Minus One (Gojira -1.0)
Año: 2023
Duración: 2 hr. 04 min.
País: Japón
Director: Takashi Yamazaki
Guion: Takashi Yamazaki
Música: Naoki Sato
Fotografía: Kôzô Shibasaki
Reparto: Ryunosuke Kamiki, Minami Hamabe, Yûki Yamada, Munetaka Aoki, Hidetaka Yoshioka
Calificación: 7/10