Tras el visionado de Decision to Leave, me asalta una estela de sentimientos encontrados y, ante todo, la sensación de que la poética de la venganza de Park Chan-wook repite inútilmente algunas de sus señas particulares como esteta hegemónico del cine surcoreano. La encuentro diametralmente alejada de la tensión y sentido de sorpresa de La doncella.
Como thriller policial tiene unos cuantos momentos de suspense hitchcockniano que examinan de forma retorcida tópicos sobre la obsesión, la culpa y los corolarios de la violencia doméstica, pero pierde el efecto de intriga en una segunda mitad algo accidentada en la que el misterio cede el paso a una redundancia aparatosa que debilita la exposición de los personajes en el terreno melodramático, durante dos horas bastante largas que parecen ensambladas con un montaje de muy poca cohesión y avanzan como las olas de una playa en marea alta.
Su trama se sitúa en Busan y trata sobre Hae-Joon, un detective de la policía con un amplio registro de casos sin resolver que, en medio de una larga jornada de trabajo, investiga el homicidio de un trabajador de inmigración jubilado que es encontrado muerto en una montaña y cuya principal sospechosa es la viuda, Seo-Rae, una emigrante china que esconde un pasado siniestro.
A través de mecanismos como la analepsis, la elipsis simbólica y un encuadre móvil bastante dinámico que a veces encierra planos ambiguos, Park estructura el argumento como si fuera un laberinto sin solución, en el que la memoria fracturada, la manipulación, la desrealización y las mentiras calculadas juegan un papel determinante en las acciones de los personajes, especialmente a partir de las escenas en el que detective con insomnio interroga a la mujer sinuosa de la que sospecha y se obsesiona compulsivamente para olvidarse, impulsado por el adulterio, del matrimonio rutinario que lleva con la esposa a la que ve una vez a la semana. Hay persecuciones, interrogatorios a puerta cerrada, atracciones fatales, evidencias falsificadas, asesinatos, tiroteos, escenas del crimen, casos sin archivar, investigaciones policiales al estilo de CSI.
El arranque es, desde luego, interesante y me mantiene enganchado en las peripecias del policía obsesionado con la femme fatale sociópata que busca vengarse de los hombres que no amaron a las mujeres, en cuyo vínculo se encierran, a modo subtextual, lecturas sociopolíticas bastante soterradas sobre las relaciones bilaterales entre China y Corea; pero sospecho que ni siquiera las pericias estéticas de Park para la puesta en escena son suficientes para evitar que la narración se desplome con giros predecibles y suspenda a los personajes en una especie de vacío, en el que se suplanta la supuesta complejidad del rompecabezas con el artificio más manido de los estereotipos, donde se habla muchas cosas, pero nada de lo que se revela en el ensortijado romance posee el impulso necesario para ser impactante o sorpresivo. En pocas palabras, carece del brío de otras películas del director como El nombre de la venganza, Oldboy: cinco días para vengarse y Señora venganza. Al menos, por el lado sonoro, escucho una buena banda sonora de Cho Young Wuk. Todo lo demás, en su desequilibrio tonal, pasa ante mis ojos con la rapidez de un parpadeo.
Ficha técnica
Título original: Decision to Leave (Heojil kyolshim)
Año: 2022
Duración: 2 hr 19 min
País: Corea del Sur
Director: Park Chan-wook
Guion: Jeong Seo-Gyeong, Park Chan-wook
Música: Cho Young Wuk
Fotografía: Kim Ji-yong
Reparto: Tang Wei, Park Hae-Il, Go Kyung-pyo, Park Yong-woo, Lee Jung-hyun,
Calificación: 6/10