En Hit Man, el director texano Richard Linklater subvierte la fórmula comúnmente asociada al romance y la comedia negra, sospecho, con la finalidad de intentar ofrecer algo nuevo en las típicas historias sobre asesinos a sueldo.

Al margen de lo que intenta cambiar en el género, Linklater presenta una comedia negra romántica que cuenta con una química notable entre Glen Powell y Adria Arjona, pero, desgraciadamente, a menudo sus personajes frecuentan lugares comunes que vuelven la trama aburrida y repetitiva, sin llegar a romper la rutina con un golpe de efecto que tenga algún componente de gracia o intriga.

Su trama se ambienta en Nueva Orleans y sigue a Gary Johnson, un profesor universitario de psicología y filosofía que, en su tiempo libre, trabaja a tiempo medio como un agente encubierto de la policía que asume la identidad de un falso asesino profesional para apresar a los clientes que confiesan comprar sus servicios para matar a otras personas, asumiendo varias identidades para parecer más auténtico en el rol.

En general, la trama me interesa hasta cierto punto desde las escenas en que el asesino narra sus experiencias como asesino ficticio y establece una relación sentimental con una clienta latina que atraviesa un vacío afectivo como producto de una crisis matrimonial. La premisa en sí misma tiene cierta originalidad. Pero luego de un rato obtengo la sensación de que lo que observo no va para ninguna parte porque, ante todo, me resulta superficial y poco creíble la astucia de un protagonista cool que supera los conflictos sin muchas dificultades, donde las situaciones suceden de una forma apresurada que parece encerrada en una circularidad de repeticiones inútiles y de diálogos a puerta cerrada sobre el caso encubierto de la vecina de enfrente.

La ausencia de desarrollo es visible en casi todos los personajes secundarios que solo funcionan como dispositivos para impulsar la trama. La música ni siquiera se escucha bien. Y permanezco sin obtener ni una respuesta emocional del presunto humor que sale del híbrido entre la comedia policial y la intriga romántica.

El ritmo se mantiene en estado de consistencia, pero los intentos de Linklater de añadir profundidad a la trama mediante subtramas y giros narrativos no hacen más que complicar innecesariamente el barullo, sin añadir valor real más allá de ese comentario sobre la identidad y el vacío afectivo que solo responde a las modas actuales de gente que no se arriesga a salir de la zona de confort.

Por lo menos, me conformo con saber que hay cierta química entre Powell y Arjona. Uno interpreta a un profesor con problemas de identidad que ejerce el rol de un asesino a sueldo ficticio que incrimina a los culpables para prevenir el crimen, en una actuación en la que suele cambiar el acento y la apariencia con facilidad. La otra actúa como una mujer fatal, seductora, obsesiva, que inicia una relación sexual con el macho alfa para encender el fuego que se había apagado al relacionarse con hombres blandos.

Con ellos, Linklater a menudo conserva un tono irregular sobre una puesta en escena plástica, acartonada, que emplea la elipsis para solventar los conflictos que surgen sin la necesidad de disparar una sola bala ni mostrar los asesinatos. Sus escenas de acción de acción, por lo regular, se reducen a coloquios en interiores sobre planes policiales, sexo casual en la cama, discusiones de pareja, identidades equivocadas, enredos románticos y atrapar culpables potenciales.

Representa, en términos generales, un ejemplo claro de que en esta década el cine del realizador atraviesa una crisis creativa para agregar sustancia a la ecuación de sus guiones. Aunque Linklater tiene obras significativas de comedia negra como Bernie y La última bandera, esta, ciertamente, no es una de ellas.

Ficha técnica
Título original: Hit Man

Año: 2023
Duración: 1 hr. 55 min.
País: Estados Unidos
Director: Richard Linklater
Guion: Richard Linklater, Glen Powell,
Música: Graham Reynolds
Fotografía: Shane F. Kelly
Reparto: Glen Powell, Adria Arjona, Austin Amelio, Retta
Calificación: 5/10