
Este viernes, después de muchas presiones por varios sectores de la oposición, Giorgio Jackson presentó su renuncia al gabinete del presidente de Chile Gabriel Boric.
Jackson ocupaba actualmente la cartera de Desarrollo Social y previamente había ocupado el ministerio que se encarga de las relaciones con el Congreso.
Las presiones para que renunciara vienen desde la oposición por un escándalo de asignación de recursos públicos a fundaciones vinculadas con el oficialismo.
Ya los adversarios del gobierno habían anunciado que abrirían un nuevo juicio político contra Jackson pero también que se apartarían de las discusiones de reformas clave que actualmente impulsa Boric.
“Doy un paso al costado tras constatar también que mi presencia en el gabinete ha sido ocupada por la oposición política como una excusa para no avanzar en los acuerdos que Chile hoy día demanda, que Chile requiere y se lo he comunicado al Presidente de esta forma y él también así lo entendió", dijo Jackson a los periodistas tras reunirse con Boric en el palacio de gobierno.
La salida de Jackson no solo es compleja por el marco en que se produce, sino que es un varapalo para el presidente Boric en lo personal.
Ambos son amigos desde hace años y tienen una historia política común como líderes estudiantiles en las movilizaciones de hace una década, posteriormente como diputados en el Congreso y, desde que Boric ganara la presidencia, como parte de si gabinete.
“Trabajar bajo su mandato ha sido el honor más grande de mi vida. En estos 17 meses, y como fruto del trabajo colectivo, hemos logrado grandes avances que de seguro con la distancia del tiempo, y fuera del calor de la contingencia, podrá ver frutos sólidos y valorados por la población”, indicó en una carta.
Jackson fue, junto a Boric, uno de los fundadores del Frente Amplio, que aglutina a varios partidos de la coalición oficialista.

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