Ilustración con la palabra Jopará.

BBC
El jopará nace de la combinación del español con el guaraní.

"Ando medio kaigue".

Si vives en Paraguay posiblemente entiendas esta frase. Si hablas solo español, tal vez no termines de captar el sentido.

Es que kaigüé –que se pronuncia así pero se escribe sin tilde y sin diéresis– es una palabra en guaraní que describe a alguien que está cansado o con poca energía para hacer actividades.

En Paraguay existen dos lenguas oficiales: el guaraní y el español. Pero además está el jopará –que se pronuncia yopará y que en guaraní se escribe sin tilde–, el modo de hablar que se escucha a diario en este país.

Apodada la "tercera lengua" de Paraguay, esta forma de comunicarse surge de la combinación de palabras y gramática del español con el guaraní.

"El jopará nace de la mezcla de estas dos lenguas hace más de 200 años", le dice a BBC Mundo el doctor en Lengua Guaraní David Galeano Olivera, profesor en la Universidad Nacional de Asunción y presidente del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní de Paraguay.

Según la Encuesta Permanente de Hogares de 2022, el 34% de la población suele intercambiar palabras del guaraní con el español a la hora de hablar en sus casas, mientras que el 32,6% prefiere hablar solo en guaraní.

"El jopará es hablar dos idiomas o, mejor dicho, mezclar dos lenguas, porque no hay ahí una cuestión estética sino práctica", explica Galeano Olivera, quien formó parte del proyecto para incluir al guaraní entre los idiomas disponibles en Wikipedia y en el traductor de Google.

El jopará es para los paraguayos una manera de comunicarse en un país bilingüe.

La "mezcla" de dos lenguas

La palabra jopará significa "mezcla" en guaraní.

El jopará –que no debe confundirse con el plato típico de Paraguay que lleva el mismo nombre– se basa en la combinación de dos sistemas lingüísticos, según explica el doctor en Filología Guido Kallfell en su libro "¿Cómo hablan los paraguayos con dos lenguas?".

Por eso, más que una lengua, el jopará es un cambio de código en el momento del habla que le permite al bilingüe paraguayo pasar de un idioma al otro incluso dentro de un mismo enunciado.

Y esto se hace de distintas maneras.

Por un lado, se pueden combinar palabras en guaraní y español. Por ejemplo, "a escribí ndéve una carta ha nde ne re contestá", dice la letra de una canción, que significa: "te escribí una carta y no me contestaste".

Pero también es posible agregar morfemas, prefijos o sufijos en guaraní a palabras en español para cambiar el significado de la frase o reforzar el carácter del mensaje que se busca transmitir.

Por ejemplo, la palabra piko aporta un carácter de sorpresa o pregunta. Entonces podemos escuchar decir en Asunción: "¿Por qué piko me decís eso?". O anga puede ser traducido como "pobrecito" lo que suaviza el mensaje: "Él no sabía anga lo que hacía".

También existe la terminación -na que agregada a las palabras en español atenúa una orden y convierte el imperativo en un modo llamado imperativo-cariñoso: "venína" que en español es "vení, por favor".

Un pizarrón con el alfabeto guaraní.

Getty Images
El guaraní tiene su propio alfabeto y reglas gramaticales.

Por eso, en Paraguay suelen describir al guaraní como el "idioma de confianza de los paraguayos" y una lengua más cálida que el español, capaz de transmitir más sentimientos y emociones.

"En Paraguay nos tratamos con amabilidad incluso en los tonos imperativos porque la parte afectiva tiene un lugar central en nuestra lengua. El guaraní es un idioma que transmite más humanidad", explica el presidente del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní.

El jopará combina elementos del alfabeto español con el guaraní, de 33 letras con 12 vocales, divididas en vocales orales y vocales nasales, y 33 sonidos, con sus reglas gramaticales propias.

Por ejemplo, en guaraní no existe la letra "c" ni la "z". Tampoco existe la tilde en las palabras agudas porque éstas son predominantes.

Pero no fue siempre así.

La escritura en el guaraní llegó recién con los misioneros franciscanos y jesuitas quienes desarrollaron una ortografía basada en el alfabeto latino, donde además sumaron reglas y vocabulario propio.

Por ejemplo, vaca en guaraní se pronuncia vaka, caballo es kavaju y camisa kamisa, todas estas palabras están acentuadas en la última sílaba en guaraní aunque no llevan tilde.

Por lo tanto, kaigüé se escribe en guaraní con k y sin tilde o un lugar como Caaguazú es Ka’aguasu, aunque cuando se llevan al español pueden encontrarse escritas de distintas maneras porque son adaptaciones para que sean entendidas por las personas que no hablan esta lengua indígena.

Por eso, los lingüistas suelen decir que los límites entre una lengua y la otra -que son los que terminan por dar forma al modo de hablar de los paraguayos, o al jopará- son borrosos.

Las raíces del guaraní

Paraguay es un caso particular en América Latina.

En este país, al menos el 70% de su población habla o entiende guaraní, lo que lo distingue del resto de los países latinoamericanos, donde las lenguas originarias solo son habladas en las comunidades indígenas.

Teniendo en cuenta que en este país solo 140.000 personas se reconocen indígenas, es decir, menos del 2% de la población, Paraguay es un caso singular debido a la gran cantidad de personas que se comunican en guaraní, incluso sin tener raíces indígenas.

Pero este amplio grado de aceptación no ha sido siempre el mismo.

Durante largas décadas, "el guaraní fue una lengua discriminada y sus hablantes sufrieron acoso y agresiones durante siglos", según explican desde Naciones Unidas.

Mujeres indígenas de Paraguay.

Getty Images
Las mujeres indígenas que sobrevivieron a las guerras de Paraguay expandieron el guaraní.

En la época de la colonia, la lengua española chocó con los modos de comunicarse de las diversas comunidades indígenas de América Latina, lo que incluyó a lo que más tarde sería conocido como Paraguay, con sus 19 lenguas indígenas.

Pero la cultura guaraní no desapareció ni quedó reducida a las pequeñas comunidades indígenas como pasó en otras partes de América Latina.

Galeano Olivera relaciona la permanencia y expansión del guaraní con las dos grandes guerras de Paraguay: la Guerra de la Triple Alianza con Argentina, Uruguay y Brasil (1864-1870), que eliminó a gran parte de la población masculina del país, y la Guerra del Chaco con Bolivia (1932-1935), que generó cohesión social en torno a la identidad paraguaya.

En Paraguay existe una lectura extendida de que fueron las mujeres indígenas guaraníes las que transmitieron la lengua a los niños y las que garantizaron la supervivencia del guaraní.

"Cuando terminó la guerra, Paraguay quedó devastado, solo quedaron vivas las mujeres y muy pocos hombres. Fueron ellas las que educaron a sus hijos en el guaraní pese a existir una orden de prohibición", dice Galeano Olivera.

Hombre cebando un mate en Paraguay.

Getty Images
El guaraní se expandió en Paraguay más allá de las comunidades indígenas.

A lo largo de la historia, la expansión del guaraní enfrentó duras resistencias.

Por ejemplo, a principios de 1900, empezó a usarse el término "guarango" –una palabra que se usa hasta estos días no solo en Paraguay sino en países como Argentina, Bolivia y Uruguay– como sinónimo de maleducado.

En ese momento, una minoría selecta de personas de origen europeo que se estableció en el país buscó por la vía de las prohibiciones y sanciones impedir la expansión de esta lengua.

"En Paraguay existieron castigos físicos como tener que arrodillarse, recibir golpes en la boca o sanciones en las escuelas por hablar en guaraní", explica Galeano Olivera.

Más tarde, la Guerra del Chaco generó un fuerte sentido de unidad nacional en Paraguay donde la cultura guaraní empezó a ser reivindicada.

"En momentos cruciales, pese a la tragedia que significó la guerra, el Paraguay se sintió muy unido y lo hizo a través del idioma", sintetiza el lingüista.

En aquel momento, a mediados del siglo pasado, empezó a aparecer una nueva camada de intelectuales guaraní hablantes como Reinaldo Decoud, que fue el primero en introducir en 1944 la enseñanza del guaraní en las universidades, lo que abrió la puerta a la enseñanza en las escuelas secundarias una década después.

Fue recién en la Constitución de 1967 que se estableció el guaraní como lengua nacional, para en 1992 adoptar el idioma como una de las dos lenguas oficiales del país.

El idioma de la calle

El uso extendido del guaraní y su mezcla con el español en gran parte de la población paraguaya, incluso en aquella que no tiene raíces indígenas, convierte a Paraguay en una rareza lingüística en todo el continente.

En la década de 1970, cuando empezó a estudiarse de manera sistemática la lengua guaraní con la idea de rescatar el llamado "guaraní puro" o guaranieté, los lingüistas identificaron al jopará como la mezcla de ambos.

Hoy el guaraní sigue siendo el idioma de uso mayoritario en el país. Sin embargo, muchas veces no está bien enseñado, según dicen los especialistas.

"Muchos niños en Paraguay, que se comunican en guaraní en sus casas, nunca recibieron alfabetización en guaraní sino en castellano y eso ha llevado a que abandonen la escuela", explica el académico sobre un país donde 1 de cada 4 niños no terminan sus estudios secundarios, según datos del Ministerio de Educación.

En la actualidad, existe un consenso de que el guaraní que se habla en Paraguay –salvo excepciones– es el jopará, que no es otra cosa que un mezcla entre dos lenguas, de forma similar a lo que ocurre con el spanglish como combinación del inglés y el español.

Así se constituyó el llamado "español paraguayo", el "guaraní paraguayo" o "guaraní hablado" que como resultado dio forma a este modo de comunicarse con dos lenguas que los paraguayos llaman jopará.

Línea.

BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.