Independencia de México: el sanguinario origen del pozole, uno de los platos más tradicionales de las fiestas patrias del país azteca
El pozole es una de las comidas favoritas por los mexicanos para celebrar su independencia cada mes de septiembre, pero ¿sabes cómo se preparaba originalmente su antecedente prehispánico?

Posiblemente es, junto a los chiles en nogada, uno de los platillos que no puede faltar en las mesas de los mexicanos cuando celebran su independencia en el mes de septiembre.El pozole, una sopa de la que dicen que "cura las penas", está hecho a base de maíz cacahuacintle, carne -tradicionalmente de cerdo- acompañado por lechuga, rábano, cebolla, chile y orégano u otras variaciones según la región.Sin embargo, hay que remontarse al México prehispánico para encontrar el antecedente del pozole actual y que era cocinado de una manera un tanto diferente. Tanto, que la carne que utilizaban era deseres humanos.En aquel entonces, preparar este platillo formaba parte de rituales que se hacían en ceremonias como ofrendas a los dioses -se cree que a Xipe Tótec, señor de la fertilidad y la regeneración del maíz y la guerra-, aunque siguiendo una receta mucho más simple que la actual. "Era básicamente maíz, agua y un pedazo de pierna o muslo", le dice a BBC Mundo Yolanda García González, doctora en Historia y especialista en la alimentación de los siglos XVI y XVII en México.A aquel guiso le llamaban tlacatlaolli, que en náhuatl significa "maíz de hombre".En el ritual se celebraba el sacrificio de la persona que formaría parte de este pozole prehispánico. "Entonces, los sacerdotes se apresuraban para abrirle el pecho y ofrecer su corazón a dios", se lee en una columna del diario Milenio escrita por la historiadora Laura Ibarra.
Consciente del horror que despierta esta práctica si la vemos con nuestros ojos a día de hoy, la experta subraya el contexto de la época y el hecho de que aquellos antiguos mexicanos la realizaban como parte de su cosmovisión. "No se trataba de un mero acto de crueldad, efectivamente estaban convencidos de que la sangre y el corazón humanos eran necesarios para mantener con vida todos los fenómenos necesarios para la sobrevivencia humana, como la fertilidad de la tierra, el viaje del sol por los cielos, el crecimiento de las plantas, la lluvia", añadió.
Voluntarios para ser el ingrediente
Ese ingrediente principal de carne humana era generalmente aportado por guerreros de grupos enemigos capturados por los mexicas, los fundadores de México-Tenochtitlan sobre la que después se fundaría Ciudad de México. Aunque algunos incluso se ofrecían voluntarios para ello."Algunos de esos grupos enemigos se entregaban por mostrar su orgullo, que preferían hacerlo antes de ser capturados en la batalla. O bien porque, cuando eran guerras muy cercanas a Tenochtitlan, realmente se consideraba un honor formar parte de ese sacrificio", cuenta García González.Y aunque el pozole sea hoy un platillo muy popular en México, en su momento era un auténtico manjar reservado únicamente a los más altos estratos sociales encabezados por el emperador (o tlatoani).Cerdo por carne humana
La experta, sin embargo, subraya el matiz importante que supone que la mayoría de estos relatos nos lleguen de cronistas españoles tras su llegada a lo que llamaron el "Nuevo Mundo"."Cada crónica que empieza en el siglo XVI tiene una intención. Muchas veces se usaban para recalcar las discordancias que existían entre una y otra cultura en plena conquista religiosa, y así lograr la autorización del papado y la Corona para iniciar la evangelización de Nueva España", remarca.Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido. https://www.youtube.com/watch?v=_cDXqCfnycM
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