Fue un error del gobierno de Trump creer y actuar como si Maduro fuera a abandonar el poder en cuestión de semanas o meses”
Desde 2019, Carrie Filipetti estuvo al frente de la política de máxima presión que el gobierno de Donald Trump aplicó sobre Venezuela y Cuba. En esta entrevista con BBC Mundo analiza los aciertos y errores que cree que se cometieron, así como los cambios que está aplicando el gobierno de Joe Biden.

El 23 de enero de 2019 fue una fecha convulsa para la política venezolana: el jefe del Parlamento, el opositor Juan Guaidó, se juramentó como presidente interino del país desconociendo así el mandato de Nicolás Maduro, quien se había reelecto en 2018 en unos comicios que no fueron considerados ni libres ni justos por gran parte de la comunidad internacional, señalamiento que Maduro rechaza.Ese mismo día, Carrie Filipetti asumió el cargo de subsecretaria de Estado de EE.UU. para Venezuela y Cuba, dos de los países de América Latina que mayor atención recibieron durante el gobierno del entonces mandatario estadounidense Donald Trump."Llegué a trabajar ese día y me enviaron al piso 7, donde estaban poniendo en marcha un grupo de trabajo permanente, pero no me habían dado ninguna información. Solamente me habían dicho que iba a ser un día muy ajetreado y que estaban ocurriendo cambios. Probablemente fue el día más ocupado de toda mi vida profesional", cuenta Filipetti.Ella venía de trabajar como asistente de Nikki Haley, entonces embajadora de EE.UU. ante la ONU, cargo desde el cual asegura que comenzó a conocer a fondo la situación política en Venezuela.En la actualidad, Filipetti es directora ejecutiva de la Vandenberg Coalition, una ONG centrada en promover una política exterior estadounidense basada en la defensa de los intereses del país por encima de las posiciones partidistas.En esta entrevista con BBC Mundo, analiza la dura política de Trump hacia el gobierno Venezuela y los cambios que parece estar aplicando su sucesor, Joe Biden.
Desde la invasión de Ucrania, el gobierno de Biden ha enviado dos misiones de alto nivel a Venezuela, ha levantado las sanciones a un altofuncionario del gobierno y ha tomado medidas que ayudan a Maduro a aumentar la producción de petróleo como la concesión de permisos a empresas españolas e italianas para volver a trabajar en Venezuela. ¿Cuál es su opinión sobre estos cambios?A menudo puede ser difícil juzgar desde fuera. Estoy segura de que hay muchas cosas que están sucediendo a las que no tenemos acceso. Hecha esa salvedad, espero que haya una estrategia, incluso si no hemos sido alertados sobre ella. Creo que el gobierno de Biden tiene que aclarar lo que trata de lograr tanto con estas reuniones como con respecto a su política sobre Venezuela en su conjunto. Desde afuera, lo que parecía era que había una situación en Ucrania que nos preocupaba por el acceso al petróleo y, por tanto, decidimos cambiar de la dictadura rusa a la venezolana.Si ese no es el caso, el gobierno tiene que explicar qué está pasando, porque cada día que transcurre con la gente creyendo que intentamos negociar con Maduro debilita a la oposición venezolana y su capacidad de ir a una negociación con el régimen de Maduro, quien al poder negociar directamente con Estados Unidos no va a querer tener nada que ver con el gobierno interino. Me preocupa que esta estrategia y su falta de articulación está realmente quitando poder a la oposición y reduciendo la probabilidad de que tengamos una solución negociada con ellos.
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